[1] O. Ruiz Manjón, El Partido Republicano Radical, Madrid, Tebas, 1976, pp. 390 y ss. J. Avilés Farré, La izquierda burguesa en la II República, Madrid, Espasa Universitaria, 1985, p. 215. <<
[2] Gil-Robles, No fue, p. 93. <<
[3] Arrarás, Historia, II, pp. 232-3. <<
[4] Largo Caballero, Discursos, p. 109. <<
[5] Arrarás, Historia, II, pp. 224 y 232. El Debate, 17 de octubre de 1933. <<
[6] Acción Española, nº 43 (16-XII-33). Arrarás, Historia, II, p. 236. <<
[7] Arrarás, pp. 233-7-8. Ruiz Manjón, El partido, p. 399. <<
[8] El Debate, 19 de noviembre de 1933. <<
[9] El Socialista, 19 de noviembre de 1933. <<
[10] Cifras (redondeadas) de W. Irwin, The 1933 Cortes elections, recogidas en S. Payne, La primera democracia española, Barcelona, Paidos, 1995, p. 210. O. Ruiz Manjón, El partido, p. 401 y ss. Tuñón de Lara, La II República, II, pp. 350 y ss. <<
[11] Cortes, Diario de sesiones, 4-VII-33. <<
[12] Martínez Barrio, Memorias, Madrid, Planeta, 1983, p. 84-5. Vidarte, El bienio, p 42.<<
[13] Macarro, en VV AA, Octubre 1934, p. 270. <<
[14] Azaña, Diarios 1932-33, p. 106. <<
[15] Azaña, Memorias, I (A. A.) pp. 345-6 y 363. <<
[16] M. Maura, Así cayó Alfonso XIII, Barcelona, Ariel, 1968, p. 251. Alcalá-Zamora, Memorias, pp. 218-20. J. Pla, De la monarquía a la república, Barcelona, Planeta, 1970, p. 61. M. Portela, Memorias. Dentro del drama español, Madrid, Alianza, 1988, p. 137. Prieto, Convulsiones de España, III, México, Oasis, p. 142. <<
[17] J. Ortega y Gasset, Rectificación de la República, Madrid, Rev. de Occidente, 1931, p. 141. <<
[a] Circunscripciones electorales eran las provincias (50) más las ciudades mayores de 100.000 habitantes: 61 circunscripciones, aparte de Ceuta y Melilla. <<
[b] Los beneficiarios de la amnistía serían anarquistas y derechistas colaboradores de Primo y de Sanjurjo. La CEDA argüía que los líderes izquierdistas de 1917, condenados a largas penas, estaban libres, y varios de ellos en el Parlamento, en marzo de 1918, cuando el golpe revolucionario había causado ocho veces más muertes que el de Sanjurjo, que ocasionó 10. <<
[c]Vidarte reproduce este expresivo diálogo entre Prieto y Largo Caballero:
—Si me hubierais hecho caso dejando en suspenso el voto de la mujer para otras elecciones, no tendríamos ahora problema alguno.
—Pero habríamos ido contra nuestros acuerdos y principios —le replicó Caballero.
—Nadie se hubiera dado la menor cuenta. Bastaba con decirles a unos cuantos diputados, que lo estaban deseando, que se quedaran en el café o no entraran en el salón.
—Eso hubiera sido una traición —insistió Caballero.
—¿Traición a qué o a quién?
—A nosotros mismos, que es la peor de las traiciones.
—¡Pues sí que estás tú hecho un buen Lenin!
(Vidarte, El bienio, p. 42). <<
[d] Tuñón de Lara en La España del siglo XX titula: «Triunfo de las derechas por división de los republicanos». La idea no concuerda con los votos. Y en la derecha también había republicanos, no siendo legítimo considerar tales a los socialistas. <<
[e] En los movimientos subversivos, en particular en el de octubre del 34, solían aparecer maestros de escuela en primera fila. El director general de Enseñanza había sido durante dos años el socialista Rodolfo Llopis, que la había imbuido de un fuerte carácter antirreligioso. Los organismos del departamento estaban bajo control político socialista o de izquierda burguesa extrema. El «Boletín de Educación» de la Dirección General de Primera Enseñanza difundía textos como éste: «El comunismo ofrece una solución al difícil problema de la familia y de la igualdad de los sexos, solución de la que podemos discrepar, pero que no es absurda y puede ser un éxito. Ofrece una educación de la que desaparece la idea antisocial de la competencia. Crea un sistema económico que parece ser el único modo práctico de terminar con el de los amos y los esclavos. Destruye la barrera entre la escuela y la vida que levantó el origen monacal de las escuelas y que ha hecho que el intelectual de Occidente haya sido un miembro inútil de la sociedad». En suma, «si el comunismo conquistara el mundo, lo que no es imposible, resolvería los mayores males de nuestro tiempo». (Boletín de Educación, nº 7, julio-sept. 1934, recogido en F. Suárez «Notas para la historia de la revolución de Asturias», Razón española, nº 8, diciembre de 1984, p. 396). <<
[f] Franco opinará: «La ley de retiros no estaba mal proyectada ni era tan mala como se decía». (F. Franco Salgado-Araújo, Mis conversaciones, p. 397). <<
[g] Si bien su aversión al clero tenía raíces complejas. Cuenta Azaña: «En un teatro averigüé, de súbito, que aborrecía a los curas sin saber la causa: revelación fue o, dicho en otro estilo, flechazo (…) Oíamos un concierto de música eclesiástica. Gustamos unos trozos de misa y unas cantatas en el modo altisonante, vulgar, que corresponde a sentimientos triviales, hinchados (…) El director, frenética la batuta, se retorcía como un poseído. La sotana bailábale en los hombros, subía, bajaba dejando al descubierto los pantalones y los zapatos, volaba de una a otra parte según el meneo de los brazos. Entonces me entró el acceso de clerofobia. Zafiedad, palabrería, ignorante engreimiento, chabacano gusto: eso vi en tantas almas de pazguato. Me abrasó la cólera, y comencé a odiar al director en representación de todos, por zurdo, por basto: no podía reírme de él, no obstante sus ridículas contorsiones. La saña vencía a la risa. Salí a la calle preguntándome por el motivo de aquel rapto: si no fue persuasión del demonio sería un estallido de los malos humores almacenados sin advertencia mía por el despecho y la inquina». (Azaña, Plumas y palabras, Barcelona, Crítica, 1976, pp. 143-4). <<
[h] La idea, no muy democrática, de que los intereses o programas distintos de los de la izquierda carecerían de legitimidad para defenderse, está claramente implícita en el argumento. <<