[1] Grossi, La insurrección, pp. 65, 67, 70, 79. F. Solano, recogido en Taibo, Asturias, II, p. 56. <<
[2] López Ochoa, Campaña, 192. Llano, Pequeños anales, p. 35. M. Grossi, La insurrección, p. 80. <<
[3] F. Solano, La revolución, pp. 125, 136, 126. <<
[4] López Ochoa, Campaña, pp. 90-92. Vidarte, El bienio, p. 359. <<
[5] Arrarás, Historia, II, p. 627. Grossi, La insurrección, pp. 71 y 76. <<
[6] Grossi, La insurrección, pp. 77, 91. <<
[7] Grossi, La insurrección, pp. 80-81. <<
[8] En Sánchez García-Saúco, La revolución, p. 189. López Ochoa, Campaña, p. 100. Grossi, La insurrección, p. 80. Arrarás, Historia, II, pp. 591-2. <<
[9] E. Comín Colomer, Historia del Partido Comunista de España, p. 346. <<
[10] Declaración de Diego Vázquez ante el tribunal, recogido en Arrarás, Historia, II, p. 591. <<
[11] Arrarás, Historia, II, p. 591. Grossi, La insurrección, p. 37. M. D. Benavides, La revolución, p. 38. Taibo, Asturias, II, pp. 30 y 57-8. <<
[12] Arrarás, Historia, II, p. 586. M. D. Benavides, La revolución, p. 338. <<
[13] Llano, Pequeños anales, p. XIII. Grossi, La insurrección, p. 58. <<
[14] Arrarás, Historia, II, pp. 591-3. <<
[15] Llano, Pequeños anales. p. 72. <<
[16] Solano Palacio, Revolución, p. 31. Grossi, La insurrección, pp. 84-5. <<
[17] Llano, Pequeños anales, p. 87. <<
[18] Arrarás, Historia, II, p. 614. <<
[19] Taibo, Asturias, II, pp. 45-7. <<
[20] Grossi, La insurrección, pp. 87-8. <<
[21] Sánchez García-Saúco, La revolución, p. 193. Grossi, La insurrección, pp. 86-7. <<
[22] Vidarte, El bienio, p. 267. <<
[23] Taibo, Asturias, II, pp. 45-7. <<
[24] J. A. Ansaldo, ¿Para qué…? (De Alfonso XIII a Juan III), Buenos Aires, Editorial vasca Ekin, 1951, pp. 92-93. <<
[a] El Partido Comunista francés pretendió luego que la política de mayor colaboración y unidad de acción con el resto de la izquierda fue iniciativa suya, seguida por Moscú. La realidad fue distinta, y difícilmente podría haber sido de otro modo, dada la extrema centralización de la Comintern en Moscú. (Véase François Furet, El pasado de una ilusión, México, Fondo de Cultura Económica, 1995, p. 263, o Fernando Claudín, La crisis del movimiento comunista internacional, París, Ruedo Ibérico, 1970, p. 137). <<
[b] Según otra versión, los rebeldes se habrían adueñado de la planta de la catedral. (Taibo, Asturias, II, p. 34). <<
[c] Unos 3.000 millones al cambio actual (1999). <<
[d] Debe haber error en la fecha. Si Fernández salió de Madrid el día 4 por la tarde, no podía haber llegado a Asturias antes de la mañana siguiente, y para entonces ya había estallado la insurrección asturiana. No pudo, por tanto, hacer el plan insurreccional esa noche. Además, el plan estaba trazado de antes, con arreglo a las instrucciones que el comité insurreccional del PSOE venía dando durante meses, expuestas en la tercera parte de este libro. <<