[Jesika Hendrinks carga las últimas «capturas» del día en el trineo: quince cadáveres y un montón de miembros descuartizados.]
Intento no sentir ira, no sentir rencor por esta injusticia. Ojalá pudiera encontrarle sentido. Una vez conocí a un antiguo piloto iraní que viajaba por Canadá en busca de un lugar donde establecerse; decía que los estadounidenses eran las únicas personas que había conocido que no eran capaces de aceptar que a la gente buena les pueden pasar cosas malas. Quizá tenga razón. La semana pasada estaba oyendo la radio y, por casualidad, oí a [nombre eliminado por motivos legales]. Estaba haciendo lo de siempre, chistes de pedos, insultos y sexualidad de adolescentes, y recuerdo haber pensado: «Este hombre ha sobrevivido, y mis padres no». No, intento no sentir rencor.