AL ENVEJECER

Ser joven y hacer el bien es fácil,

y estar lejos de todo lo vulgar;

pero reír cuando el pulso se retarda

es algo que hay que aprender.

Y quien lo logra no es viejo,

luminoso aún se yergue entre llamas

y con la fuerza de su puño doblega

por entero los polos del mundo.

Al esperar anhelosos la muerte,

no nos quedemos quietos.

Queremos transigir con ella,

queremos expulsarla.

No está la muerte ni allí ni aquí,

se alza en todos los senderos.

Está en ti y está en mí

tan pronto como traicionamos la vida.