Un sonido tan suave, un aliento tan nuevo
recorre el día sombrío,
tímido como un revuelo de pájaros,
tan delicado como un olor de primavera.
Desde las horas matinales de la vida
soplan los recuerdos,
como aguaceros de plata sobre el mar
tiemblan y pasan.
El hoy parece lejos del ayer
y cercano al largo olvido,
el mundo prehistórico y el tiempo fabuloso
están ahí como un jardín abierto.
Quizá despierte hoy mi bisabuelo,
que descansa desde hace mil años,
y al hablar ahora con mi voz
con mi sangre se calienta.
Quizá hay fuera un mensajero
y enseguida entrará a verme;
quizá aun antes que pase el día
ya me encuentre yo en mi casa.