Es ciertamente cómico que la desgracia provenga en este mundo, tantas veces, de hombres bajitos. Son mucho más enérgicos e intratables que los altos. He procurado siempre no verme obligado a formar parte de compañías que tuviesen un capitán de escasa estatura. En general, son seres de cuidado.
ERICH MARIA REMARQUE
Sin novedad en el frente