Hoy, al fin, se permite en España lo mismo que hace ya muchos años se permite en otros países; el que sepáis la verdad. Aquí la veréis en este libro. Vuestros curas comprenderán que, si leéis, vais a descubrir las mentiras con que os tienen engañados, y os lo prohibirán, amenazándoos con el infierno. No tengáis miedo. Ni hay infierno, ni hay purgatorio. Leed este libro y quedaréis convencidos. Nosotros, que no ganamos nada en engañaros, como ganan ellos, os lo aseguramos.
Guardad este libro; leedle con cuidado hasta que lo comprendáis bien; leedle cien veces, si es preciso; leedle los domingos a vuestras mujeres, a vuestros hijos, a vuestros compañeros que no sepan leer. Dios misericordioso no nos ha hecho para quemarnos, del mismo modo que vosotros no sembráis el trigo para quemar después las espigas.
Advertid, sin embargo, que si hoy se permite informaros de que no hay infierno y de que nada os pasará ni en este mundo ni en el otro aunque no vayáis más a misa, no confeséis, ni comulguéis, ni os entierren en cementerio alguno, en cambio las leyes no dejarán en adelante escapar a ningún culpable.
El que no quiera ingresar en la cárcel, o el presidio, o subir a la horca, que cumpla los mandamientos que Jesucristo nos dio, y que son éstos: No mates. No robes. No adulteres. No digas falsos testimonios. Honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.