CERO

Sobre la muralla que rodea a Uruk, Gilgamesh arrodillóse y dirigió estas palabras al dios Shamash:

«¡Deseo partir, oh Shamash,

y elevo mis manos hacia ti!

¡Ojalá pueda volver con vida!

¡Haz que regrese a la amurallada Uruk!

¡Concédeme tu protección!»

Y, dirigiéndose a Enkidu, dijo:

«Voy a emprender un viaje desconocido;

si triunfo, te celebraré en la alegría de mi corazón, te haré sentar en un trono.»

Los herreros trajeron las espadas, el arco y el carcaj, y los pusieron en las manos del héroe…

POEMA DE GILGAMESH (Tablilla III. Columna V)