Cuando entró en el laboratorio, encontró a la científico en su puesto, absorta en su trabajo, tal y como había esperado.
—Buenos días, Lilith. —Se acercó a su banco.
—Ah, estás ahí.
—Sí. Eeeh… ¿Tienes los resultados?
—¿Cuál de todos?
—El del ADXN de juggernaut, ya sabes… El de…
—Sí. Me preguntaste sobre las regiones con hipoxantina en lugar de 5-metil-adenina. Pues bien, las regiones H, como las llamo yo, son regiones continuas, o casi. O sea: hay tramos enteros de ADXN con regiones H. ¿Era eso lo que esperabas? ¿Qué significa?
—Bien, esto… Verás. ¿No te parece extraño que haya genes en los juggernauts idénticos a los de los cintamanis? Los genes de los cintamanis tienen hipoxantina y no 5-metil-adenina. Son todo región H.
La mujer frunció el ceño. Era un gesto natural en ella, como si sus músculos faciales estuviesen permanentemente contraídos y necesitase un esfuerzo para relajarlos.
—Hmmm. ¿Y qué significa?
—Significa que… Bien, ahora sabemos de dónde salen los cintamanis.
—Un momento, hay otra cosa. En las regiones H hay intercalados fragmentos de ADXN normal. Con 5-metil-adenina.
—Ah, eso lo esperaba.
—¿Lo esperabas? No lo creo. Tú sostienes que los cintamanis son algo así como parte de los juggernauts. No deberían, por tanto, llevar ADXN de juggernaut.
—Tal vez no. Pero, dime, ¿por qué no intentas expresar los genes de las regiones H?
Lilith volvió a concederle una de sus miradas de cero absoluto.
—Tú te crees que todo es muy fácil. ¿No te das cuenta de que esos genes están bloqueados por represores que desconozco, y que se supone que tengo que eliminar? ¿No comprendes que tengo que purificar… ?
—Bueno, bueno, bueno. La verdad, sabes que no tengo tu habilidad manual y tus conocimientos técnicos, pero… eh…, precisamente por eso te necesito…
—Escucha, yo llevo ya casi un año con este asunto…
—Mientras que yo, prácticamente acabo de llegar, de acuerdo. Sé que es estúpido por mi parte el querer liquidar este asunto en sólo unas pocas semanas, pero…
—En mi opinión no eres en absoluto necesario en todo esto.
¡Ajajá! —pensó Jonás. Replicó:
—Un momento, espera… Yo no puedo hacer nada sin ti… En realidad, los últimos tiempos me he dedicado a la arqueobiología, y…
—No debiste dejarla.
—Su Divina Gracia no opinaba así. Pero no importa. De acuerdo, no te interrumpiré más.
—Ah, un momento —dijo Lilith—: ¿Qué esperas que encuentre en cuando active los genes de las regiones H?
—Proteínas de cintamani.