TRES

El técnico en comunicaciones de la Vajra se dispuso a completar la compleja maniobra necesaria para recibir la emisión de Vaikunthaloka.

En común acuerdo con el timonel hizo girar la nave sobre sí misma, encarando la vela hacia el lejano planeta, como si de una gigantesca antena parabólica se tratara.

Una maniobra costosa y difícil, pero que el Reglamento ordenaba que se cumpliera al menos una vez cada siete días, para que las naves en el espacio no permanecieran desconectadas de los acontecimientos que tenían lugar en los planetas.

Noticias, cartas personales y órdenes del Almirantazgo eran así rápidamente radiadas en un compacto paquete cifrado, durante las escasas horas que duraba la comunicación. Inmediatamente, la nave debería recuperar su posición original, volviendo a dirigir la vela para que captara los fotones propulsores y siguiera su débil pero constante aceleración.