Estaba a punto de dormirme cuando escuché un ruido y me levanté sobresaltada.
Lo tenía allí, delante de mí.
Vestido totalmente de negro pero con la capucha quitada, con un pelo mojado que le caía a trozos por la frente, con unas ojeras que le caían lentamente sobre la boca, con una mirada medio perdida que caía sobre mi cuerpo…
Observé sus ojos.
Unos ojos sin brillo, pensé.
Nos quedamos frente a frente sin saber quién sería el primero en hablar, sin saber si habría alguna conversación.
* * *