Un bar no es lugar para un niño. Pero había algo en ellos que nos atraía como si fuésemos alcohólicos: las maquinitas.

El primer contacto que tuvimos con los videojuegos, antes de que existiesen las salas recreativas, fue en la sordidez de un bar de barrio.

Conseguíamos abstraernos del suelo pegajoso, del olor mezclado de lejía y alcohol y de las conversaciones cargadas de testosterona sobre fútbol o política, para sumergirnos en un espacio sideral de marcianitos pixelados.

Invasores del espacio fue la primera invasión de maquinitas electrónicas. Cada partida llegó a costar 25 pesetas, un precio más que razonable por pilotar una nave espacial.

Otro gran hit fue el Pac-Man, que en nuestro país se llamó Comecocos. La empresa Atari dio en el clavo con esta bola amarilla. Y sabemos que era un personaje esférico, con cara y todo, ya que era así como aparecía en la ilustración de los laterales de la máquina, porque en la pantalla aquel personaje parecía un queso.

Ocurría como con Bob Esponja, que por mucho que me repitan que es una esponja, para mí que también es un queso.

No tardaron en sacar una versión de bolsillo de aquellas enormes máquinas. Aparecieron gran variedad de maquinitas con la misma tecnología que tu reloj Casio, pero que, en lugar de servir para mirar cómo pasaban las horas, servían directamente para perderlas.

Los videojuegos también llegaron a las pantallas de nuestro televisor, aunque eran tan rudimentarios y tan lentos que, si hoy en día hay quien se pasa la tarde entera jugando a la PlayStation, en aquella época empleabas el mismo tiempo solo para cargar el juego.

Y todo para conseguir jugar al tenis con dos palitos que hacían rebotar un puntito de luz.

Un año me regalaron los Reyes esta maquinita. Fui el rey de mi grupo y también del universo.

Los videojuegos ya forman parte de nuestra vida, pero no nos olvidemos de dónde empezó todo.

No, un bar no es lugar para un niño. Aunque quizá nuestra generación sigue acudiendo sistemáticamente a los bares buscando en ellos esa evasión que ya no puede conseguir salvando el mundo de ataques alienígenas.