11. Patty mito

Antes de irme quiero hacer mi testamento crítico para que nadie piense que estoy enferma, o me he casado.

ADIOS.

Ya nada me divierte y mucho menos cuando la DIVERSION es MODA. La GLORIA es aquello que te obliga a repetirte capítulo tras capítulo. Si eres una chica graciosa esperan que lo seas siempre. Si te confiesas excitable se supone que debes estar HUMEDA todo el tiempo. Si eres espontánea, la gente espera que seas una maleducada. Si has tenido la GRAN IDEA de ESCRIBIR TUS MEMORIAS, sin otra pretensión que demostrar que también tienes máquina de escribir, y esas memorias son alegres, desvergonzadas, frívolas, ingeniosas, etc., y ponen de moda la alegría, la desvergüenza, la frivolidad y el ingenio, una no tiene la culpa de eso. Odio a toda la pandilla de ineptos lectores que se atreven a identificarse conmigo y que celebran todo lo que hago y digo.

Cuando hago algo lo hago para ser UNICA. No quiero que nadie me comprenda y mucho menos que me imiten. No hay nada más desesperante que oír el eco de tus palabras. Resulta repugnante salir por la noche y encontrar sólo palabras de admiración, gente que te confiesa que SIN PATTY LA LUNA NO EXISTIRIA, que se reconocen iguales que YO, que declaran que después de GENOVEVA DE BRAVANTE no había aparecido en la literatura española un personaje tan intenso como YO. El otro día, en un diario madrileño había una encuesta en la que un montón de intelectuales y gente del mundo de la sopa de letras votaban las novelas más importantes escritas en castellano durante los últimos siglos, y todos, TODOS, votaban mis CONFESIONES, incluso antes que Cien años de soledad. Pero ¿por quién me han tomado? ¿Por una novelista? Pues se equivocan. ¿O es que nadie ha notado que no duermo y que por eso tengo que emplear el tiempo en algo?

¿Quién soy YO para imponer el mal gusto y la grosería? Estoy segura de que Dios me ha castigado. Al verme reflejada en los demás he sentido desprecio de MI MISMA. Y NO me gusta. ¿Por qué he tenido que convertirme en un MITO? Mi única ambición era ganar mucho dinero y ser feliz, y sin embargo, de la noche a la mañana, simplemente por narrar mis cosas con increíble encanto e inteligencia me veo convertida en un modelo a imitar cuando debería ser lo contrario. ¿Qué está ocurriendo en España? ¿Por qué una ZORRA como YO acaba siendo tan respetada como la Reina Sofía y casi más admirada que ella? MI poder de FASCINACION, mi talento, mi agudeza cuando hablo del Rabo, las drogas, etc. no lo justifican.

Hasta ahora España era el reino de la MEDIOCRIDAD; ¿por qué con mi advenimiento a la vida pública la cosa ha cambiado? ¿Por qué ahora se valora el talento, el charme natural, la espontaneidad, el desparpajo, llamar a las cosas por su nombre y hacerlo además con inteligencia, si hasta hace unos meses todo eso era para que te quemaran en la hoguera?

Es evidente, la situación ha cambiado. Y YO no quiero ser la responsable, y mucho menos vivir de ello. Hasta ahora he vivido de la prostitución y no he necesitado del reconocimiento oficial para seguir adelante. No soy tan intelectual como para hacerme pasar por frívola.

ADIOS

O sea me voy. O sea. Ya me inventaré algo para entretenerme. Detesto crear modas, si lo llego a saber no escribo ni una línea. La Luna se ha convertido en mi sombra, pero multiplicada. Todo son fiestas, todo es sexo, todo es alegría e inconsciencia. Pues no. Los juegos dejan de serlo cuando se convierten en una manifestación cultural. Antes, una fiesta era un lugar donde a una le robaban las joyas o el novio, lo cual creaba una tensión, una historia digna de ser vivida. Ahora una fiesta es un plato donde tus antiguas amigas convertidas en momias se pasan la velada posando para fotógrafos amateurs que después escogen las peores fotos y las publican. ¿A quién van a engañar? En las fiestas últimamente lo único que ocurre son las fotos, y lo siento, a mí no me basta. O sea, paso de fiestas. Y paso de la gente que habla de fiestas, que pinta fiestas en sus comix o que hace fotos en las fiestas y las publica como si aquello importara a alguien.

Prefiero el muermo, la depresión, la reflexión, la abstinencia, el tedio, el nihilismo, la discreción, el no tener nada que decir, la inactividad, los buenos modales, la antipatía, la country, el tener un horario, la precaución, la melancolía, las visitas a la familia, el comunismo soviético, la cordura, la inhibición, las raíces, la tradición, los cantautores, etc.

Es insufrible esa necesidad que tiene todo el mundo de demostrar que son divinos.

La fama me ha convertido en una persona triste y melancólica y no estoy dispuesta a tomar drogas para superarlo.

No tengo nada que decir, y no quiero decir nada. No tiene sentido que siga escribiendo. Esta página, a partir de este momento, estará vacía. Que la rellenen otros.