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¿Adónde intentaba volver? ¿A Praga?

Ya nada sabía de ella.

¿A la pequeña ciudad de Europa occidental?

No, simplemente quería marcharse.

¿Eso quiere decir que quería morir?

No, no, eso no. Al contrario. Tenía unas ganas tremendas de vivir.

¡Pero de algún modo tenía que imaginarse el mundo en el que quería vivir!

No se lo imaginaba. Lo único que le quedó fue un terrible deseo de vivir y su cuerpo. Sólo esas dos cosas, nada más. Quería llevárselas de la isla para salvarlas. Su cuerpo y mis ganas de vivir.