PREFACIO

El prefacio de una novela —por lo menos si se trata de reciente publicación— puede parecer pretencioso; pero en este caso una breve explicación es esencial.

Hace muchos años escribí cuatro novelas acerca de la familia Poldark y Cornwall en el siglo XVIII. Pero después de terminarlas el mundo moderno, y sobre todo las técnicas del suspenso, me interesaron más. Aunque solía pensar, de un modo no muy definido, que más tarde o más temprano me agradaría volver a los Poldark, tanto por la actitud como por el estilo poco a poco me alejé cada vez más de ellos. Uno no envejece sin que haya desarrollo y cambio. Con el tiempo, la idea de escribir otro libro acerca de ellos se convirtió en un tema que en realidad yo no contemplaba seriamente.

Pero a veces ocurre lo totalmente inesperado, y un día del año pasado, sin que ello respondiese a una razón visible, me pareció necesario investigar el destino de esta gente después de la Nochebuena de 1793 . Me preocupó mucho saber a qué atenerme, y con razón o sin ella me pareció que retornar a un antiguo estado de ánimo implicaba un desafió tan importante como crear uno nuevo. El resultado es La luna negra.

Pero el lector no debe pretender que aquí se «resuelva» todo, que se aten cabos sueltos y no aparezcan otros nuevos. Ciertamente las cosas no ocurrieron de ese modo.