Una infancia venturosa es uno de los mejores regalos que los padres pueden hacer a sus hijos.
M. CHOLMONDELEY
¡No siga! Si usted ha leído el libro hasta aquí puede dar por finalizada su lectura.
Si usted no tiene ningún problema actualmente con su hijo, con todas las explicaciones que le hemos dado hasta ahora, seguramente va a continuar así, sin problemas. Y si tiene un conflicto seguramente sabrá cómo resolverlo.
La mejor crianza se basa en la prevención: vamos a hacer las cosas bien para que nuestro hijo no tenga ningún problema a posteriori. Y de ahí que lo más importante sea lo que ya hemos explicado.
Un niño al que hemos recibido en un parto respetado, una lactancia instaurada correctamente, una crianza con apego… conformará una infancia feliz, llena de experiencias positivas, sin traumas y con una incidencia más baja de las enfermedades tanto médicas como psíquicas:
El que el niño/a se sienta atendido, satisfecho y estimulado influye decisivamente en la construcción de su tejido nervioso, enriqueciendo sus arborizaciones dendríticas y creando mayor contingente de sinapsis o, contrariamente, frustrando su desarrollo neuronalsináptico si son deficientemente atendidos. La estimulación en esta primera etapa de la vida influye notablemente en la personalidad futura del individuo. […]
Cuando los progenitores son egoístas y no cumplen con dedicación y afecto esta función, se pueden frustrar algunas expectativas del desarrollo generando dificultades en la maduración y en la interrelación del niño con el entorno natural y social[82].
De ahí que sea tan importante lo que hagamos desde el primer momento con nuestros hijos y que lo hagamos con amor y con atención hacia ellos.
A partir de aquí, cada familia actuará de una forma distinta porque cada niño es diferente y los problemas que planteará serán diferentes: los hay que no tienen problema con el sueño pero que no comen nada; los hay que sí comen pero no duermen; los hay que dejan muy pronto el pañal pero muy tarde el chupete, y los hay que llevan pañal y chupete hasta la escuela.
Lo que sucede es que el modelo dominante hoy en día es un modelo reduccionista. Se ataca el problema sin intentar solucionar aquello que lo provoca.
Esto lo explica muy bien Robert Sapolsky[83] que dice: «Por ejemplo, para solucionar las diarreas de la población infantil, se inventan nuevos antibióticos, en lugar de depurar mejor el agua».
Estas cosas pasan cada día en nuestro entorno. Para que los padres puedan conciliar la vida laboral y familiar se incrementa el número de guarderías sin tener en cuenta que muchos padres no llevarían a sus hijos allí si el Estado les diera el dinero equivalente a lo que cuesta la plaza de su hijo. O si la mejora de las leyes facilitara un retraso de la incorporación de los padres al mundo laboral cuando el niño aún es pequeño. No intentamos prevenir el problema, sino que cuando el problema estalla, intentamos solucionarlo con medidas puntuales.
Los Kung San no tienen problemas para quitar el pañal de sus hijos, pues nunca se lo ponen. Mientras son pequeños van en cabestrillo colgados de sus madres, que colocan hierbas secas para que empapen sus deposiciones. Una vez el niño anda, ya no lleva nada. Aquí, por nuestra comodidad, obligamos[84] a llevar pañales a los niños y luego hemos de buscar estrategias para que los dejen. Los pañales no son malos, póngaselos tranquilamente a su hijo porque van a facilitar la vida en familia y el trabajo de los padres, pero sea respetuoso con el menor cuando usted decida quitárselo. El niño no se mal acostumbra al pañal, somos nosotros quien le mal acostumbramos a llevarlo.
Por todo ello no soy partidaria de «recetas» para educar a los niños, porque muchos problemas no se darían si se actúa se desde el principio de otra forma. Hemos de cambiar la mentalidad y dejarnos de visiones reduccionistas.
Pero de la misma forma que pienso que las recetas mágicas para criar niños no existen, y por eso no me gusta darlas, también soy realista y sé que hay personas que con unas pautas detalladas se organizarían mejor. Por esta razón, a partir de este momento vamos a dar una serie de orientaciones a unos determinados problemas para ayudar a los lectores en su vida familiar. En ningún momento deben aplicarse las orientaciones tal cual sin haber leído los capítulos anteriores a este, puesto que el espíritu que debe enmarcar nuestras actuaciones se encuentra expuesto allí.
GONZÁLEZ, C., Bésame mucho, Temas de Hoy, Madrid, 2003.
JUUL, J., Su hijo, una persona competente, Herder, Barcelona, 2004.
ODENT, M., El bebé es un mamífero, Ob Stare, Santa Cruz de Tenerife, 2007.
STADLEN, M., Lo que hacen las madres, Urano, Barcelona, 2005.