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Preparativos de traición
Al día siguiente, en la cafetería del hotel Príncipe, Pasteles informaba a don Carlos del resultado del encuentro. También le hizo entrega del dinero. Tras comprobar que no faltaba nada, el Francesito separó dos billetes de quinientas y grapó el resto, introduciéndolo en el bolsillo interior de su americana.
—¿Crees que desconfían, camarada?
—No. El único que recela es Raque, pero como sus jefes han dado el visto bueno, ha tenido que callarse.
De los dos billetes con el rostro de Juan de Austria, introdujo uno en el bolso del pantalón, y entregó el otro a su mensajero.
—Para gastos imprevistos.
—Gracias, don Carlos. Nos vemos el 20, en la reunión con Caxigal para marcar la ubicación de las entregas.
—Giovanni, el camarada Vincén me ha informado de que en cuanto terminemos esta misión hemos de repetirla en Andalucía. ¿Cuento contigo?
—Supongo que estaremos hablando de la misma ricompensa.
—La misma.
—Entonces sí, camarada.
—Antes de que te vayas: ¿qué ha sido del guardia infiltrado por Novo, el que hablaba en sueños?
Pasteles colocó la mano derecha en el cuello y la deslizó rápido.
—Mejor así. Hasta el 20. Y suerte, camarada.
Al quedar solo, don Carlos apuró su copa de vermú y deslizó entre sus dientes el palillo con la aceituna clavada. Después se dirigió a recepción a solicitar su conferencia.
—¿Camarada?… Será el 27. Habría que decirle a la Guardia Civil que… Ya, hasta cuatro días antes no… Me parece muy bien que asistas personalmente… Entiendo, por lo de las filtraciones… ¿Cada punto de encuentro? Me lo indicarán el 20, sí… Aún no han pagado. Lo harán después de la entrega… Supongo que el dinero lo tienen guardado los de Bóger… Sí, son los últimos… De acuerdo, nos vemos el 22. A tus órdenes, camarada. ¡Arriba España!