Pat Jennings dejó a un lado el libro que estaba leyendo, cogió el mando a distancia del televisor y lo encendió para ver las noticias de las diez.
—Vamos a ver qué está pasando en el mundo —le dijo a su marido, que estaba adormilado con una revista en la mano. Sin esperar respuesta, concentró su atención en la pantalla.
—Tenemos una noticia muy importante —estaba diciendo el presentador de Fox News—. El cuerpo de Alexandra Lloyd, de cuarenta y seis años, ha sido descubierto flotando en el East River. La víctima sufrió numerosas puñaladas. Un vecino y buen amigo la describió como una profesora de arte que acababa de perder su trabajo en un instituto de secundaria debido a un recorte presupuestario. Todo aquel que disponga de información que pueda estar relacionada con el caso puede llamar al 212-555-7000.
—¡Alexandra Lloyd! —exclamó Pat justo cuando sonaba el teléfono.
Era Trish.
—Pat, estaba viendo las noticias y…
—Lo sé —dijo Pat—. Yo también las estoy viendo.
—¿Vas a llamar a ese número y contar lo de las llamadas a Richard Walker?
—Por supuesto, y además ahora mismo.
—Pobre mujer… Qué horror, que te apuñalen y tiren tu cuerpo al río… Dios mío, ¿crees que lo hizo él?
—No lo sé, eso ya lo investigará la policía.
—Mantenme informada —le urgió Trish mientras colgaba.