45

—En el archivo no encontré ninguna mención a la revista que Grace Carrington había estado leyendo justo antes de su muerte —dijo Nicholas Greco a Barbara Krause mientras tomaba asiento en el despacho de ésta.

—Por lo que sé, la tiraron —contestó Krause—. Grace había arrancado una página para acordarse de pedir entradas para un espectáculo de una sola actriz que acababa de estrenarse en Broadway.

—Sí, eso creo. Me he reunido con los Hammond, la pareja que estuvo en la cena aquella noche, y hablamos de eso.

—Nosotros les interrogamos en su momento —dijo Krause—. En sus declaraciones, ambos confirmaron que Grace había estado bebiendo y que Peter llegó a casa y le montó una escena. Los Hammond se fueron poco después de eso. Es una lástima que durante años Philip Meredith no nos dijera que Grace estaba liada con otro hombre, aunque ella nunca le revelase su nombre.

Greco tenía claro que Barbara Krause no compartía su sospecha de que Jeffrey Hammond hubiera sido «el otro hombre» con el que Grace había pensado casarse, y en ese sentido no tenía nada que compartir con ella. No había necesidad de involucrar a Hammond en ese asunto. Por lo menos todavía no. Suponía que aquel hombre ya estaría viviendo su propio infierno si creía que Peter Carrington se había enterado del asunto y que ese conocimiento podría haber añadido un motivo más para matar a su esposa.

—El señor Hammond está completamente seguro de que la revista estaba sobre la mesa cuando se fueron —dijo Greco a Krause—. Esta mañana me tomé la libertad de telefonear a la señora Barr, el ama de llaves. Ella recuerda claramente que no tiró la revista, y dice que ella y su marido se retiraron a su casa antes de que los Hammond se marchasen. Por la mañana, fue ella la que encontró el cuerpo de Grace en la piscina. Llamó al 911 antes incluso de despertar a Peter Carrington.

—Carrington tuvo tiempo de deshacerse de la revista antes de que el coche patrulla llegara, pero ¿qué sentido tendría hacerlo? —Preguntó Krause—. Sería de lo más fácil conseguir otro ejemplar. No entiendo qué significa esto.

Greco se dio cuenta de que la fiscal empezaba a enojarse. Se puso en pie inmediatamente.

—No pretendo robarle más tiempo —dijo—. Sólo quería estar seguro de haber entendido bien los hechos.

—Por supuesto. —Krause se levantó y le tendió la mano—. Señor Greco, ha sacado usted un conejo de la chistera. No me importa decirle que estamos siguiendo todas las pistas posibles para localizar al amante de Grace Carrington. En caso de que lo encontremos, su testimonio no será suficiente para acusar a Carrington del asesinato de Grace, pero está claro que le dará un buen motivo. Cuanto más sepamos de esta situación, más posibilidades tendremos de que Peter confiese y podamos negociar una sentencia.

«Todo esto no tiene que ver con quién era el amante —pensó Greco—. Tiene que ver con la revista». Había ido al despacho de Krause por un solo motivo: confirmar que la revista había desaparecido justo antes o después de que Grace Carrington se hubiese ahogado.