Prólogo

MARÍA MARTÍNEZ

«Me gustaría que tú escribieras el prólogo de mi novela». Esa era la sorpresa que me tenía preparada Victoria una tarde del pasado mes de septiembre, y jamás imaginé la responsabilidad que se esconde tras estas palabras. Por supuesto, yo le contesté que me sentía feliz de hacerlo, de que hubiera pensado en mí para algo tan importante. Aunque mientras lo hacía, un latigazo de terror me sacudía cada terminación nerviosa. Nunca había hecho algo así, tan personal y delicado. No sabía si estaba capacitada para asumir la responsabilidad que conlleva un privilegio así. Ni si mi criterio se merecía la confianza y el riesgo que la autora asumía al pedirme que presentara su obra. Pero Victoria estaba tan convencida, que logró que yo perdiera el miedo y afrontara este prólogo como el precioso regalo que era.

Me sumergí en La portadora de almas sin saber muy bien qué me iba a encontrar, y lo que hallé me recordó por qué la literatura juvenil paranormal es mi género preferido y lo será siempre. Captó mi atención desde la primera página, y logró que me enamorara de unos personajes que irradian misterio y magnetismo, de una historia repleta de emociones, sensaciones y giros imposibles que consiguen sorprender con un mensaje muy claro: No des nada por supuesto. Y eso fue lo que me atrapó y por lo que no pude dejar de leerla. Eso, y que tiene amor, acción, sensualidad; escenas increíbles que se han quedado grabadas en mi retina. He disfrutado de cada página de este libro que ahora tienes en tus manos.

No miento si digo que Victoria tiene un talento innato a la hora de escribir. Puede presumir de poseer una facilidad asombrosa para transportarte y sumergirte en sus historias, y que olvides que solo son una ficción en el papel. Vives y sientes a través de su imaginación con la misma intensidad que si contemplaras las imágenes en movimiento de una película. Y nada de eso es fácil, os lo aseguro. Las librerías están llenas de miles de novelas, de argumentos; se ha escrito sobre todo. El reto está en coger esa idea conocida, en apariencia simple y trillada, y reinventarla. Victoria ha superado ese reto. La portadora de almas es única, especial, original; tiene una identidad y una voz propia que la hacen destacar. Y todo ese cúmulo de sensaciones me lo han transmitido sus páginas.

Solo me queda decir, que para mí es muy importante que Victoria haya confiado en mis palabras, que me haya dejado ser parte de su aventura.

¡Mucha suerte, fabricante de sueños! Aunque sé que no la vas a necesitar.