Nicolás Fouquet

Mazarino tenía otros enemigos aparte de los frondeurs y de la Compagnie du Saint-Sacrement. Uno de los más poderosos era Nicolás Fouquet, quien en 1653 se había convertido en el hombre más rico y más poderoso del reino. A veces le llamaban «el verdadero rey de Francia». Y no carecía de aspiraciones políticas. Corrían rumores de que se proponía transformar Bretaña en un ducado independiente presidido por él mismo.

La madre de Fouquet era miembro destacado de la Compagnie du Saint-Sacrement. También lo era su hermano Charles, arzobispo de Narbona, en el Languedoc. Su hermano menor, Louis, también era eclesiástico. En 1656 Nicolás Fouquet envió a Louis a Roma por motivos que nunca han sido explicados, aunque ello no significa forzosamente que fueran misteriosos. Desde Roma Louis escribió la carta enigmática que se cita en el capítulo 1, la carta que habla de un encuentro con Poussin y de un secreto «que hasta a los reyes les costaría mucho sacarle. Y, a decir verdad, si Louis se mostró indiscreto en la correspondencia, Poussin no lo fue en absoluto. Su sello personal llevaba el lema Tenet Confidentiam.

En 1661 Luis XIV ordenó la detención de Nicolás Fouquet. Las acusaciones eran extremadamente generales y nebulosas. Había vagas acusaciones de malversación de fondos y otras, aún más vagas, de sedición. Basándose en tales acusaciones, todos los bienes y posesiones de Fouquet fueron secuestrados por orden del rey. Pero éste prohibió a sus funcionarios que tocasen los papeles y la correspondencia del superintendente e insistió en ser él mismo quien los examinara en privado.

El proceso de Fouquet duró cuatro años y fue la sensación de la Francia de la época, escindiendo y polarizando violentamente a la opinión pública. Louis Fouquet —que se había entrevistado con Poussin y escrito la carta desde Roma— ya había muerto. Pero la madre del superintendente y el hermano que aún vivía movilizaron a la Compagnie du Saint-Sacrement, entre cuyos miembros se contaba también uno de los jueces que presidieron el juicio. La Compagnie prestó todo su apoyo al superintendente y trabajó activamente a través de los tribunales y de la opinión popular. Luis XIV —que no solía ser sanguinario— exigió que la condena fuese a muerte. El tribunal, negándose a ser intimidado por el monarca, dictó sentencia de destierro perpetuo. Exigiendo todavía la pena de muerte, el rey, enfurecido, sustituyó a los recalcitrantes jueces por otros más obedientes; pero, al parecer, la Compagnie siguió desafiándole. A la larga, en 1665, Fouquet fue condenado a cadena perpetua. Por orden del rey se le mantuvo en riguroso aislamiento. Fue privado de todo lo que sirviera para escribir y de todo lo que le permitiera comunicarse con alguien. Y, según se dice, los soldados que conversaban con él eran encerrados en prisiones flotantes o, en algunos casos, colgados.[17]

En 1665, el año en que Fouquet fue encarcelado, Poussin murió en Roma. Durante los años siguientes Luis XIV persistió en sus esfuerzos, a través de sus agentes, por conseguir un solo cuadro: Les bergers d’Arcadie. En 1685 consiguió por fin su propósito. Pero el cuadro no fue exhibido, ni siquiera en la residencia del monarca. Por el contrario, quedó secuestrado en los aposentos privados de Luis XIV, donde nadie podía verlo sin contar con el permiso personal del rey.

La historia de Fouquet tiene una nota a pie de página, por así decirlo. Su desgracia, fuera cuales fuesen sus causas y su magnitud, no recayó sobre sus hijos. A mediados del siglo siguiente el nieto de Fouquet, el marqués de Belle-Isle, era ya, de hecho, el hombre más importante de Francia. En 1718 el marqués de Belle-Isle cedió la propia Belle-Isle —que era una isla fortificada ante la costa bretona— a la corona. A cambio obtuvo ciertos territorios interesantes. Uno de ellos era Longueville, cuyos anteriores duques y duquesas habían aparecido repetidas veces en nuestra investigación. Y otro era Gisors. En 1718 el marqués de Belle-Isle se convirtió en conde de Gisors. En 1742 pasó a ser duque de Gisors. Y en 1748 Gisors fue elevado a la categoría de ducado principal.