El convento de 1981 y los estatutos de Cocteau

Recientemente parecen haberse esclarecido algunas de las cuestiones relativas a François Ducaud-Bourget. Este esclarecimiento ha sido el resultado de una publicidad repentina que recibió la Prieuré de Sion en Francia a finales de 1980 y principios de 1981.

En agosto de 1980 la popular revista Bonne Soirée —especie de amalgama entre un suplemento dominical de la prensa británica y la TV Guide norteamericana— publicó un artículo en dos partes sobre el misterio de Rennes-le-Château y la Prieuré de Sion. En el artículo tanto Marcel Lefebvre como François Ducaud-Bourget aparecen vinculados explícitamente con Sion. Se dice que hace poco ambos hicieron una visita especial a uno de los sitios sagrados de Sion, el pueblo de Sainte-Colombe, en Nevers, donde estaba situado el dominio de los Plantard en Château Barberie antes de su destrucción por orden del cardenal Mazarino en 1659.

Al publicarse el artículo en cuestión, nosotros ya habíamos establecido contacto, tanto telefónico como postal, con el abate Ducaud-Bourget, que se mostró bastante cortés. Pero dio respuestas vagas a la mayoría de nuestras preguntas, por no decir que contestó con evasivas; y negó toda afiliación con la Prieuré de Sion, lo cual no es de extrañar. Esta negativa la reiteró en una carta que poco después envió a Bonne Soirée.

El 22 de enero de 1981 apareció un artículo corto en la prensa francesa[16] que vale la pena citar en su mayor parte:

Una verdadera sociedad secreta de 121 dignatarios, la Prieuré de Sion, fundada por Godofredo de Bouillon en Jerusalén en 1099, ha contado entre sus grandes maestres a Leonardo da Vinci, Víctor Hugo y Jean Cocteu. Esta orden convocó su convento en Blois el 17 de Enero de 1981 (el convento anterior se había celebrado en París el 5 de Junio de 1956).

Como resultado de este convento celebrado recientemente en Blois, Pierre Plantard de Saint-Clair fue elegido Gran maestre de la orden por 83 votos a favor de un total de 92 en la tercera votación.

Esta elección de Gran maestre señala un paso decisivo en la evolución de la concepción y el espíritu de la orden en relación con el mundo, porque los 121 dignatarios de la Prieuré de Sion son en su totalidad eminencias grises de las altas finanzas y de las sociedades políticas o filosóficas internacionales y Pierre Plantard es el descendiente directo, a través de Dagoberto II, de los reyes merovingios. Su descendencia ha sido demostrada legalmente por los pergaminos de la reina Blanca de Castilla descubiertos por el abate Sauniére en su iglesia de Rennes-le-Cháteu (Aude) en 1891.

En 1965 la sobrina del sacerdote vendió estos documentos al capitán Roland Stanmore y a Sir Thomas Frazer y quedaron depositados en una caja fuerte del Lloyds Bank Europe Limited de Londres.[17]

Poco antes de que este artículo apareciera en la prensa, habíamos escrito a Philippe de Chérisey, con quien ya habíamos establecido contacto y cuyo nombre figuraba tan a menudo como el de Pierre de Plantard como portavoz de la Prieuré de Sion. En respuesta de una de las preguntas que le hicimos, Philippe de Chérisey declaró que François Ducad-Bourget había repudiado públicamente su afiliación a la orden. Esto último nos pareció poco claro. Sin embargo, tenía más sentido en el contexto de algo que Philippe de Chérisey y adjuntaba su carta.[18]

Poco tiempo antes la subprefectura de Saint-Julien nos había proporcionado los estatutos de la Prieuré de Sion.[19] Una copia de estos mismos estatutos la había publicado una revista francesa en 1973. No obstante, Jean-Luc Chaumeil nos había dicho en París que los citados estatutos eran fraudulentos. En la carta que nos escribió el señor De Chérisey incluía una copia de lo que, según él, eran los verdaderos estatutos de la Prieuré de Sion, traducidos del latín. Estos estatutos llevaban la firma de Jean Cocteu; y a menos que fueran obra de un falsificador de habilidad portentosa, la firma era auténtica. Ciertamente, no pudimos encontrar ninguna diferencia entre ella y otras muestras de la firma de Cocteu. Y, basándonos en esto, nos sentimos inclinados a aceptar como auténticos los estatutos que llevaban dicha firma. Son los siguientes:

ARTÍCULO PRIMERO. Por la presente se forma entre el infrascrito en ésta constitución presente y los que posteriormente se unirán y cumplirán las condiciones siguientes, una orden iniciática de caballería, cuyos usos y costumbres se basan en los cimientos puestos por Godofredo VI, llamado el Pío, duque de Bouillon, en Jerusalén en 1099 y reconocidos en 1100.

ARTÍCULO SEGUNDO. La orden se llama Sionis Prioratus o Prieuré de Sion.

ARTÍCULO TERCERO. La Prieuré de Sion tiene por objetivos la perpetuación de la orden tradicionalista de caballería, su enseñanza iniciática y la prestación de ayuda mutua, tanto moral como material, entre los miembros y en todas las circunstancias.

ARTÍCULO CUARTO. La duración de la Prieuré de Sion es ilimitada.

ARTÍCULO QUINTO. La Prieuré de Sion adopta, como oficina representativa, el domicilio del secretario general nombrado por el convento.

ARTÍCULO SEXTO. La Prieuré de Sion comprende 121 miembros. Dentro de estos límites, está abierta a todas las personas adultas que reconocen sus miras y aceptan las obligaciones que se especifican en su actual constitución. Los miembros son admitidos sin tener en cuenta su sexo, raza o ideas filosóficas, religiosas o políticas.

ARTÍCULO SÉPTIMO. No obstante, en el caso de que uno de los miembros designara por escrito a uno de sus descendientes como sucesor suyo, el convento accederá a su solicitud y puede, si es necesario en el caso de minoría de edad, encargarse de la educación del citado designado.

ARTÍCULO OCTAVO. Un miembro futuro debe proporcionar, para su entrada en el primer grado, una túnica blanca con cordón, a su propia costa. Desde el momento de su admisión en el primer grado el miembro tiene derecho a votar. Al ser admitido, el nuevo miembro debe jurar que servirá a la orden en todas las circunstancias, así como que trabajará por la PAZ y el respeto a la vida humana.

ARTÍCULO NOVENO. Al ser admitido, el miembro debe pagar una cuota simbólica cuyo importe será discrecional. Cada año debe remitir al secretario general una aportación voluntaria a la orden consistente en una suma que él mismo decidirá. ARTÍCULO DÉCIMO. Al ser admitido, el miembro debe proporcionar un certificado de nacimiento y una muestra de su firma. ARTÍCULO UNDÉCIMO. Un miembro de la Prieuré de Sion contra el cual haya pronunciado sentencia un tribunal por un delito de derecho común puede ser suspendido de sus deberes y títulos, así como de su pertenencia a la orden.

ARTÍCULO DUODÉCIMO. A la asamblea general de miembros se la designa el convento. Ninguna deliberación del convento será tenida por válida si el número de miembros presentes es inferior a ochenta y uno. La votación es secreta y se efectúa por medio de bolas blancas y bolas negras. Para ser adoptadas, todas las mociones deben recibir ochenta y una bolas blancas. Todas las mociones que no reciban sesenta y una bolas blancas en una votación no pueden presentarse de nuevo.

ARTÍCULO DECIMOTERCERO. El convento de la Prieuré de Sion es el único que decide, basándose en una mayoría de 81 votos del total de 121 miembros, todos los cambios de la constitución y el reglamento interno de ceremonial.

ARTÍCULO DECIMOCUARTO. Todas las admisiones serán decididas por el Consejo de los trece Rose-Croix. Los títulos y los deberes serán conferidos por el Gran maestre de la Prieuré de Sion. Los miembros ingresan a título vitalicio. Sus títulos pasan por derecho a uno de sus hijos elegido por ellos mismos sin consideración de sexo. El hijo designado de esta manera puede efectuar un acto de renuncia a sus derechos, pero no puede hacer este acto a favor de un hermano, hermana, pariente o cualquier otra persona. No puede ser readmitido en la Prieuré de Sion.

ARTÍCULO DECIMOQUINTO. En el plazo de veintisiete días completos se requerirá de dos miembros que se pongan en contacto con un miembro futuro a fin de obtener su asentimiento o su renuncia. A falta de una escritura de aceptación después de un período de reflexión de ochenta y un días completos, la renuncia será reconocida legalmente y se considerará que la plaza está vacante. ARTÍCULO DECIMOSEXTO. En virtud del derecho hereditario confirmado por los artículos precedentes, las obligaciones y los títulos de Gran maestre de la Prieuré de Sion serán transmitidos a su sucesor de acuerdo con las mismas prerrogativas. En el caso de estar vacante el cargo de Gran maestre, y de ausencia de un sucesor directo, el convento debe proceder a una elección en el plazo de ochenta y un días.

ARTÍCULO DECIMOSÉPTIMO. Todos los decretos deben ser votados por el convento y ser validados por el sello del Gran maestre. El secretario general lo nombra el convento para un período de tres años, renovable por consentimiento tácito. El secretario general debe tener el grado de comandante para hacerse cargo de sus obligaciones. Las funciones y las obligaciones no se remuneran.

ARTÍCULO DECIMOCTAVO. La jerarquía de la Prieuré de Sion se compone de cinco grados:

ARTÍCULO DECIMONOVENO. Hay 243 hermanos libres, llamados Preux o, desde el año 1681, Enfants de Saint Vincent, los cuales no participan ni en la votación ni en los conventos, pero a los cuales la Prieuré de Sion concede ciertos derechos y privilegios de conformidad con el decreto del 17 de enero de 1681.

ARTÍCULO VIGÉSIMO. Los fondos de la Prieuré de Sion se componen de donativos y cuotas de los miembros. Una reserva, llamada «el patrimonio de la orden», es asignada al consejo de los trece Rose-Croix. Este tesoro sólo puede utilizarse en caso de absoluta necesidad y de grave peligro para la Prieuré y sus miembros. ARTÍCULO VIGÉSIMO PRIMERO. El convento lo convoca el secretario general cuando el consejo de la Rose-Croix lo juzga conveniente.

ARTÍCULO VIGÉSIMO SEGUNDO. La repudiación de la pertenencia a la Prieuré de Sion, manifestada públicamente y por escrito, sin causa o peligro personal, incurrirá en la exclusión del miembro, la cual será pronunciada por el convento. Texto de la constitución en XXII artículos conforme al original y a las modificaciones del convento del 5 junio de 1956.

Firma del Gran maestre Jean Cocteau.

En ciertos detalles estos estatutos no concuerdan con los que nos facilitó la policía francesa ni con la información relativa a Sion que aparece en los «documentos Prieuré». Éstos indican un total de 1093 miembros; aquéllos, 9841. Según los artículos que acabamos de citar, el número total de miembros de Sion, incluyendo los 243 «niños de Saint Vincent», es sólo de 364. Los «documentos Prieuré», además, establecen una jerarquía de siete grados. En los estatutos facilitados por la policía francesa esta jerarquía aparece ampliada a nueve grados. Según los artículos que acabamos de citar, hay únicamente cinco grados en la jerarquía. Y los títulos específicos de estos grados difieren también de los que se indican en las dos fuentes previas.

Estas contradicciones podrían ser la prueba de la existencia de algún cisma, o cisma incipiente, en el seno de la Prieuré de Sion que datase de alrededor de 1956, fecha en que los «documentos Prieuré» empezaron a aparecer por primera vez en la Bibliothéque Nationale. Y, de hecho, Philippe de Chérisey alude precisamente a un cisma en un artículo reciente.[20] Se produjo entre 1956 y 1958 y amenazó con adquirir las mismas proporciones de la escisión entre Sion y la orden del Temple que tuvo lugar en 1188, la escisión que comportó la tala del olmo. Según el señor De Chérisey, el cisma fue evitado gracias a la habilidad diplomática del señor Plantard, que logró que los posibles disidentes volvieran al redil. En todo caso, y fuera cual fuese la política interna de la Prieuré de Sion, parece que a partir del convento celebrado en enero de 1981 la orden ha constituido una entidad unificada y coherente.

Si François Ducaud-Bourget era el Gran maestre de la Prieuré de Sion, parece claro que ya no lo es. El señor De Chérisey declaró que no había sido elegido por el quorum necesario. Esto puede significar que fue elegido por los cismáticos incipientes. No está claro si se somete o infringe el artículo vigésimosegundo de los estatutos. Podemos suponer que su afiliación a la orden —fuera cual fuese en el pasado— ya no existe.

Los estatutos citados dan la impresión de esclarecer la categoría de François Ducaud-Bourget. En todo caso, dejan bien sentado el principio de selección que rige a los grandes maestres de la Prieuré de Sion. Ahora se comprende por qué ha habido grandes maestres cuya edad era sólo de cinco u ocho años. También se comprende por qué el título de Gran maestre entra y sale de determinada estirpe o red de genealogías vinculadas entre sí. En principio, diríase que el título es hereditario, transmitido a lo largo de los siglos a través de un grupo de familias entrelazadas, todas las cuales afirman ser descendientes de los merovingios. Sin embargo, cuando no había ningún aspirante elegible, o cuando el aspirante designado rechazaba la categoría que se le brindaba, el título de Gran maestre, seguramente de conformidad con los procedimientos que establecen los estatutos, era conferido a alguien que no pertenecía a la orden. Seguramente fue de esta manera que individuos como Leonardo, Newton, Nodier y Cocteau pasaron a formar parte de la lista.