Agradecimientos

Como siempre, estoy en deuda con numerosas personas que me ayudaron a hacer este libro mejor de lo que habría sido sin ellos. Me gustaría dar las gracias al también autor Paul Doiron (www.pauldoiron.com), quien, además de ser un excelente escritor, dirige la revista Down East (www.downeast.com), de la que me enorgullezco de ser suscriptor. Fue Paul quien renunció a su tiempo para ayudarme a entender los usos y costumbres de los cazadores en Maine, y le estoy profundamente agradecido por sus conocimientos y el placer de su compañía. Por otra parte, los doctores Robert y Rosey Drummond me asesoraron amablemente en cuestiones médicas, por lo que les debo una buena comida india, y Rachel Unterman y su hermana me ayudaron a jurar en hebreo. Gracias, también, a mi buen amigo neoyorquino Joe Long por presentarme a todo el mundo en la excelente tienda de especialidades italianas Nicola’s en Nueva York. A Nick y Freddy Santilli les expreso mi gratitud por permitirme celebrar reuniones en su despacho; y a Dutch le agradezco los libros. Deben ustedes visitarlos. Están en la Primera Avenida, entre las calles Cincuenta y cuatro y Cincuenta y cinco. Díganles que van de mi parte.

Tengo la inmensa suerte de estar rodeado de personas, en su mayoría mujeres, que son mucho más inteligentes que yo, y que han asumido la responsabilidad de cuidar de mis extraños libritos y, por extensión, de mí. Estaría perdido sin mis editoras, Sue Fletcher de Hodder & Stoughton y Emily Bestler de Atria, y todos cuantos trabajan con ellas: Swati Gamble, Kerry Hood, Lucy Hale, Auriol Bishop, Jamie Hodder-Williams y los excelentes agentes comerciales de Hodder; y Judith Curr, Louise Burke, Carolyn Reidy, Caroline Porter, David Brown, y el equipo de ventas de Atria y Pocket. Mi amiga Clair Lamb me ha simplificado la vida de manera inconmensurable asumiendo la ingrata función de publicista, ayudante y organizadora general de todo aquello relacionado con los libros, auxiliada por la manifiestamente talentosa Madeira James, quien se ocupa de mi website y, hasta fecha reciente, por Jayne Doherty, quien se ha trasladado a climas matrimoniales más soleados. Vaya mi agradecimiento también, como siempre, a mi agente, Darley Anderson, sin cuya intervención yo no me hallaría en la afortunada posición de ser un autor publicado, y a su equipo: Clare Wallace, Mary Darby, Sophie Gordon, Vicki Le Feuvre, Andrea Messent, Camilla Wray, Rosanna Bellingham, Peter Colegrove, y, en Los Ángeles, a mi agente cinematográfico, Steve Fisher.

Por último, a la gente de mi casa, que tiene que aguantar muchas cosas. A mi encantadora Jennie, a Cameron y Alistair, y a los dos perros, Sasha y Coco, que me hacen compañía en el despacho, mi amor y mi gratitud.