La víspera de Navidad, Nor's Place solía recibir un flujo constante de clientes a la hora del almuerzo. Unos acudían a comer algo rápido para seguir con las compras de última hora; otros, más organizados, iban a almorzar con calma antes de que empezaran las celebraciones religiosas y familiares.

Hoy esto tiene un aspecto muy misterioso, pensó Dennis, mientras escrutaba el local desde la barra. Meneó la cabeza. Al menos, Nor había aceptado que era inútil tener abierto el día de Navidad.

—Supongo que tienes razón —le había dicho a Dennis—. ¡Solo diez reservas! Esas personas harían mejor en ir a comer a un local más animado.

La cosa está a punto de irse a pique, pensó Dennis mientras le pasaban una nota para una sola cerveza.

En ese instante sonó el teléfono de la barra.

—¡Dennis! ¡Dennis! —Era la voz de Nor, alegre y vigorosa—. Estamos en el aeropuerto, volvemos a casa. Ya no tenemos que escondemos. Los hermanos Badgett están en chirona. —Hizo una pausa—. Consigue un pastel de cumpleaños para esta noche y telefonea a los invitados de siempre. Diles que Nor' s Place servirá cenas por Navidad, y a cuenta de la casa. ¡Pero que no se entere Marissa! Queremos darle una sorpresa.