Por qué estás obsesionada con la historia de una mujer que no conociste? ¿De una mujer que murió antes de que tú nacieras? ¿Por qué es tan importante para ti? ¿Hay algo oscuro en ti?
El Señor Oscuro y yo pasamos el día leyendo sobre Selene. Él lee todas las notas que yo he escrito; repasa el guión que he hecho para un probable documental. Nos refugiamos en el trabajo, ya que no podemos refugiarnos en el amor. Podría preguntarle qué es lo que a él le interesa de Selene pero no lo hago. Lo que a él le interesa de Selene soy yo.
Me aconseja que traduzca al castellano actual el lenguaje farragoso y la letra picuda de los documentos de los escribanos del siglo XVI. «Debe ser un lenguaje inteligible que tenga resonancias del pasado, pero no debe ser la lengua del pasado. Debe sonar tan natural como cuando Selene y sus jueces le hablaban». Se interesa por mi método de trabajo. Censura, critica, corrige. Revisa todo y lo imprime para mí. Parece fascinado con Selene y con su proceso, pero yo sé que no le importan nada. Para él sólo son un camino. Ni él ni yo sabemos adónde lleva.