Selene

Los que no reúnen las condiciones para ser vanidosos, se quedan en envidiosos».

Al oír esto, el esbirro la golpeó y la lanzó contra el suelo pero ella consiguió levantarse y decir:

«Señor, me siento cansada de tanto estar de pie y por el ayuno y por el esfuerzo; le suplico que me deje descansar y que haga que me den de comer, y diré luego la verdad de todo cuanto sé».

Sabes cosas que no sabes. Sabes cosas que no quieres saber. Ves cosas que no has visto. Oyes cosas que no has oído, que nadie ha oído. Y todo el tiempo te preguntas: ¿era esto?

¿Es esto?

Cierras los ojos porque sabes que la voz estará ahí y te responderá: sí, esto es lo que tenía que ser. Lo que siempre ha sido.