El franquismo

Emitido el 17 de noviembre de 2005

El próximo domingo se cumplirán treinta años de la muerte de Franco. Acabamos de ver el reportaje «Así murió Franco», que es como el making off de la democracia.

Estos días se repite la socorrida pregunta: «¿Qué hacías tú el día que murió Franco?». Y la gente pensando y pensando… Y uno: «Tú no pienses más, que tienes veinticuatro años, gilipollas». «Ay, es verdad». Yo estaba en la cama, con fiebre… Estaba malo. Nos dieron una semana de fiesta en el colé y yo me la pasé en la cama. En mi época escolar no me salió bien ni eso.

Ahora, hay muchos niños que no conocen a Franco… y muchos abuelos que no lo hubiesen querido conocer. Así que, queridos niños, hoy vamos a hablar de Paquito, que fue la única persona que le puso letra al himno de España: (cantando). «Franco, Franco, que tiene el culo blanco porque su mujer se lo lava con Ariel…».

No, en serio, ¿se acuerdan del franquismo? Yo, muy poco. Era muy pequeño y lo recuerdo todo como la tele: en blanco y negro y con muchos grises. Todo lleno de grises dando palos. Bueno, yo era un niño y sólo veía a los grises en las fotos del periódico. No iba a manifestaciones. Sólo me manifestaba en el pasillo de mi casa en contra de comer pescadilla: (tono Libertad sin ira). «Libertad, libertad con postre, libertad…».

Era un crío, pero ya me enteraba de todo. Sí, sí. Me preguntaban en el mercado: «¿Quién es el Caudillo?». Y yo: «Un dictador». Y mi madre me daba un capón: «¡Calla, niño!». Aunque yo no tenía muy clara su profesión. Decían que era dictador y yo pensaba: «Ah, claro… por eso habla tan despacio, para que escribamos bien los dictados». Los dictadores son como los halitósicos: su problema lo nota todo el mundo, excepto ellos.

Una de las cosas que más recuerdo de Franco es su voz. Qué vocecilla tenía… Parece mentira que, con ese tono, el tío tuviera tan mala hostia y pudiera arruinar un país durante cuarenta años: «Españoles, permítanme que turbe la paz de sus hogares…». ¿Qué hubiera pasado si Franco hubiera aspirado un globo con helio? Los cristales de El Pardo a tomar por saco. ¿Y si hubiera tenido la voz de Carmen de Mairena? Eso sí que hubiera acojonao: «Españoles. Cautivo y desarmado el Ejército rojo… ¿Quieres ver cómo te desarmo yo, chato…?».

Franco era muy exagerado. Era gallego, pero parecía, andaluz. Esto quedó claro en el entierro. Me lo imagino antes de morir: «No, no me hagáis nada especial, quiero una ceremonia sencilla… Con una cruz de ciento veinte metros sobre un valle construido por todos a los que puteamos me vale».

La tele del franquismo también era muy distinta. De entrada, los televisores eran enormes y no tenían mando a distancia. El mando a distancia de mi casa era yo: «Niño, dale al UHF. No, cambia, que no dan nada». Tampoco tenía mando el equipo de música, ni el aire acondicionado, ni la puerta del parking, ni nada de nada… ¡Joder, no te debías sentar nunca! Todo el día de pie, encendiendo cosas: «No, ya que estás levantao…». Yo acabé arrastrándome por el pasillo de casa. No me extraña. La gente que venía del extranjero decía: «¡En Estados Unidos hay sesenta canales!». Y tú: «¡Qué fuerte! ¿Y a Kiko Ledgard le da tiempo a salir en todos?». Claro, para ti, la tele era Kiko Ledgard.

En fin, eran otros tiempos… Aunque muchas personas mayores todavía dicen aquello de: «Con Franco se vivía mejor». No, abuelo, lo que pasa es que con Franco usted no tenía mal la próstata, ni reuma, ni artrosis… No hay que confundir la salud con la felicidad.