Emitido el 5 de abril de 2005
Para quien se incorpore ahora les informo que el Papa ha muerto. No, por si alguien no lo sabía. Yo lo he seguido todo a través de Antena 3. Felicidades, desde aquí, a los compañeros de informativos. Que, por cierto, ¡qué raro era ver a Matías Prats currando en fin de semana!
El que tuvo mucha vista es el programador de la cadena. Para el sábado por la noche estaba prevista la peli Un papá genial. No es broma. Y, claro, tuvieron que posponerla.
Y venga reportajes sobre el Papa. Llevaban tanto tiempo preparando los vídeos que se les ha ido la mano. Como resultado, la gente se ha hecho experta en el Papa: «La clave de todo la tiene el cardenal in péctore». «No sabía que eras católico». «Qué va, si soy ateo. Pero era tragarme todos esos reportajes o hablar con la parienta». Cardenal in péctore. ¿Por qué será? ¿Por qué usa mucho Vicks Vaporub? Al menos, tanto reportaje ha servido para enriquecer nuestro vocabulario. Ya sabemos, por ejemplo, qué es un camarlengo. Aunque, más bien, parece el nombre de una tapa: «Tenemos chocos, chipitones, carne mecha y camarlengos a la plancha».
En estos momentos, la noticia está en quién será el nuevo papa. Aunque, con todo esto de la elección, estamos todos como Pino Zamorano: parece que no nos sabemos muy bien las reglas. Según tengo entendido, lo primero que hay que hacer es señalar el día para celebrar el clónclave, el cóncave, el clone… la reunión de cardenales, vaya. Por ahora, han llegado a Roma unos 90 cardenales de los 117 que deben asistir. No es por faltar al respeto, pero sus señorías van viniendo con un poco de pachorra. Que los medios de transporte se han modernizado mucho: «¿Empezamos el cónclave?». «No, que falta el cardenal Willy Fogg, que viene en globo». Cuando por fin se hayan presentado todos los cardenales, se encerrarán a deliberar en una sala de reuniones del Vaticano, que, en este caso, es la Capilla Sixtina. Estarán con los frescos, y con las pinturas también… Como seguro que se aburrirán, ya me veo que alguno, para entretenerse, hará una de esas pintadas con un rotulador Carioca: «Ratzinger estuvo aquí» o «Ateo el que lo lea». Y, por último, la «fumata blanca, fumata negra». Que yo, la última fumata que vi, primero era blanca y luego ya la vi de todos los colores.
Hay que ver, para cambiar de jefe, el Cristo que montan (nunca mejor dicho…). Porque, al final, esto es como un cambio de jefe en una empresa. Imagínense estar en la oficina y que la secretaria empiece a quemar un paquete de folios: «Habemus jefem». Y el tío saliendo del despacho, saludando: «Yo quiero que me llaméis Paco 23, el que despide de tres en tres».
Hasta aquí, todo lo que yo he entendido. En cambio, hay cosas que a mí no me quedan tan claras. Por ejemplo, ¿cómo se aguantan el birrete los cardenales? Porque hay muchos cardenales que son calvos y se les aguanta igual. Quizá lamen el birrete, rollo ventosa. O igual van a rosca.
En fin, a lo largo de los próximos días continuaremos con este «Curso Intensivo de Papado» en 49 fascículos, y de regalo, las tapas. De camarlengo, claro. Que Dios nos coja confesados.