[1] En lo que sigue se tienen en cuenta únicamente obras de teatro y películas relativas al Conde Drácula mismo. No se trata aquí de los innumerables filmes sobre vampiros y cazadores de vampiros, muchos de los cuales dependen muy directamente de la novela de Stoker —o de la película de 1931 de Tod Browning— por lo que se refiere a las características del vampiro. Tampoco se consideran muchas películas y producciones televisivas en las que Drácula, o una versión de este escasamente disimulada, aparece como un personaje menor o en una sola ocasión. Por ejemplo, en la serie de la televisión de tanto éxito («Buffy Cazavampiros»), de la que se trata ampliamente en «El árbol genealógico de Drácula», en esta misma segunda parte del presente libro, Drácula aparece en un episodio («Buffy contra Drácula»), que salió en antena en los Estados Unidos el 26 de septiembre del año 2000.
[2] Fue presentado para su aprobación en el Departamento de lord chambelán el 31 de mayo de 1897. El texto fue publicado en 1997 con el título de Dracula, or The Un-Dead, en Sylvia Starshine (ed.), Nottingham, Pumpkin Books.
Página inicial de Dracula, or The Un-Dead; escrita a mano por Stoker.
[3] La obra (en sus dos versiones, la de Deane y la de Deane/Balderston) ha sido publicada como de Hamilton Deane y John L. Balderston: Dracula: The Ultimate, Illustrated Edition of the World-Famous Vampire Play, editada y anotada por David J. Skal, Nueva York, St. Martin Press, 1993. En la producción original, Deane dio a una mujer, Frieda Hearn, el papel de Quincey Morris.
[4] Citado en Harry Ludlam, A Biography of Bram Stoker, Creator of Dracula, Nueva York, New English Library, p. 161.
[5] Liveright se hizo famoso por su forma extravagante de gastar el dinero, sus grandes éxitos y sus grandes fracasos. Creó la Modern Libray y publicó obras de «radicales» tales como William Faulkner. Incorporó a su compañía a los mejores talentos, incluyendo a Bennett Cerf, Lillian Herman, Louis Kronenberger y Richard Simon. En 1930, arruinado, vendió su editorial a W. W. Norton & Co. En correspondencia personal con quien esto escribe, Drake McFeely, presidente de Norton, señala que «Típico de Liveright es que si bien fue lo bastante astuto como para llevar a los Estados Unidos la versión teatral de Dracula, ¡se olvidó de conseguir los derechos cinematográficos!».
Horace Liveright.
[6] Hubo una tercera adaptación autorizada por Florence Stoker, escrita en 1927 por Charles Morrel. El texto tuvo algunas dificultades con el Departamento de Censura. «Es una obra repugnante… y lamento que haya podido ser puesta en escena alguna vez», escribió el Departamento del lord chambelán el 14 de septiembre de 1927, «En la actual versión parece que esta horrible obra sea más hórrida y repugnante que antes» (?). Tuvo una muerte rápida.
[7] A pesar de las apariencias, Van Sloan y Lugosi nacieron con sólo un año de diferencia, 1881 y 1882, respectivamente. Van Sloan comenzó su carrera de actor en la segunda década del siglo XX, y apareció en Broadway en 1918. La carrera de Lugosi no empezó hasta 1922, participando con un pequeño papel en The Red Poppy.
Edward van Sloan (Van Helsing) y Bela Lugosi (Drácula).
Drácula (1927).
[8] John Anderson, «Dracula», New York Post, 6 de octubre de 1927; Percy Hammond, «The Theaters», New York Herald-Tribune, 6 de octubre de 1927.
[9] Richard Eder, «Theater: An Elegant but Bloodless “Dracula”», New York Times, 21 de octubre de 1977.
[10] Terence Stamp fue la estrella de la producción londinense de esta renovación que funcionó bastante mal en la taquilla.
[11] Son las siguientes: Dracula: Sabbat (1970), de Leon Katz; Count Dracula (1972), de Ted Tiller; The Passion of Dracula (1977), de Bob Hall y David Richmond; Dracula: A Musical Nightmare (1978), de Douglas Johnson y John Aschenbrenner, la historia de una compañía teatral inglesa que va de gira representando Drácula; Dracula: The Story You Thought You Knew (1983), de Richard Sharpe; Dracula (1985), de Liz Lochhead; Mac Wellman’s Dracula (1994), esta decididamente posmoderna; Dracula: A Chamber Musical (1999), de Richard Ouzounian; y Dracula, The Musical (2001), de Des McAnuff, que se mantuvo en Broadway durante casi seis meses, a partir de agosto de 2004.
[12] Si bien este es el primer filme conocido que utilizó el nombre de «Drácula», no es el primero con el tema vampírico. David J. Skal tiene una lista de 41 películas tempranas con la palabra «vampiro» en el título o en la presentación del argumento, incluyendo muchas con mujeres predatorias que agotan a sus víctimas sexual o económicamente. Véase David J. Skal (ed.), Vampires: Encounters with the Undead, Nueva York, Black Dog and Leventhal, 2001, pp. 555-558.
[13] Esta película es comentada en detalle por Lokke Heiss en «Discovery of a Hungarian Dracula», en Elizabeth Miller (ed.), A Documentary Volume, Detroit, Thomson Gale, 2005, pp. 296-300.
[14] Este tópico de que el vampiro se quema con la luz del sol hasta ser destruido ha sido servilmente copiado en prácticamente todas las películas posteriores, aunque, como se señala en varias notas del presente libro, Drácula demuestra una y otra vez su capacidad para moverse libremente durante el día. Por ejemplo, en Blacula (1972), el vampiro de igual nombre se expone deliberadamente al sol en lo alto de un tejado para liberarse de la «no muerte». Véase «El árbol genealógico de Drácula», en este libro, acerca de dicha característica del vampiro.
[15] Laemmle fue un prolífico productor: su primera película es de 1926, cuando tenía dieciocho años; su nombre figura en más de 130 filmes, entre ellos Frankenstein (1931), Destry Rides Again (1932), The Wolfman (1932), The Bride of Frankenstein (1935), The Werewolf of London (1935) y Show Boat (1936). Su Allt Quiet on the Western Front (1930) consiguió el Oscar a la mejor película.
[16] James Craig Holte, «Film Adaptations of Dracula», en Elizabeth Miller (ed.), Bram Stoker’s Dracula: A Documentary Volume, Detroit, Thomson Gale, 2005, pp. 318-334.
[17] William Gillette, que hizo este papel sin descanso entre 1899 y 1933; Basil Rathbone, de 1939 a 1946, y Jeremy Brett, de 1985 a 1994.
[18] La película estaba dirigida por el prolífico George Melford, de quien se dice que no sabía español. Melford dirigió más de 100 filmes a lo largo de veinticinco años, muchos de ellos en español, y después de 1937 llegó a ser un actor de carácter, apareciendo en más de 75 películas. Carlos Villarias (figurando como Carlos Villar) pudo ser visto en más de 80 a lo largo de su carrera, representando a un Drácula menos ampuloso; la popular Lupita Tovar, madre de la actriz Susan Kohner y esposa del productor Paul Kohner durante cincuenta y seis años, brilló haciendo de Eva (Mina).
[19] «Christopher Lee on Dracula», entrevista de John Exshaw (1 de mayo de 1993), Bram Stoker Society Journal 6 (1994), pp. 7-10.
[20] Ibid.
[21] Hizo además tres interesantes películas: El último hombre sobre la tierra (1964), con Vincent Price en el papel del doctor Robert Morgan; otra versión de la misma, El último hombre vivo (1971), con Charlton Heston como el doctor Robert Neville; y de nuevo en el año 2007 con el título Soy leyenda, con Will Smith haciendo el mismo papel de Nevilla. Cada uno de estos doctores sobrevive a una plaga de vampirismo biológico.
Vincent Price (Dr. Robert Morgan).
El último hombre sobre la tierra (Associated Producers, 1964).
El último hombre vivo
(Warner Bros. Pictures, 1971).
[22] Dark Shadows, que se mantuvo en la televisión de 1966 a 1971 como una popular serie vespertina y en 1991 permaneció en la mejor franja horaria, trata de la llegada de Barnabas Collins a la ciudad de Collinsport (Maine, Estados Unidos). Collins es un vampiro profundamente atormentado, que quiere recuperar su humanidad y vivir en paz con su amor reencarnado. La serie consiguió un enorme número de seguidores, con personas que lo mismo se interesaban por los problemas argumentales de clásicos como Cumbres borrascosas, Vuelta de tuerca o El retrato de Dorian Gray, como por el inequívoco atractivo sexual de actores como Jonathan Frid y Joan Benett, que turnaban sus intervenciones en momentos inteligentemente melodramáticos y vagamente irónicos, mientras el programa se mantenía con un bajo presupuesto para los decorados (en ocasiones podía escucharse cómo se desplomaban). La trémula partitura de Robert Cobert contribuía en gran medida a la atmósfera creada así como el logo de tipo gótico tan bien diseñado, con el Dark Shadows [«Sombras oscuras»] en caracteres teutónicos sobre la amenazadora silueta del tejado de una casa. Se produjeron también dos secuelas, House of Dark Shadows (1970) y Night of Dark Shadows (1971). Para más información al respecto, véase Kathryn Leigh Scott (ed.) The Dark Shadows Companion: 25th Anniversary Collection, Los Ángeles, Pomegranate Press, 1990, con un prefacio de Jonathan Frid.
[23] En su brillante artículo de 1997 titulado «Coppola’s Dracula» (en Skal, Vampires: Encounters with the Undead, pp. 53-594), Kim Newman imagina que Coppola hubiese hecho su película sobre Drácula con los mismos actores (y los mismos problemas) que su Apocalypse Now (1979). Imaginarse a Martin Sheen como Harker y a Marlon Brando como Drácula corta realmente la respiración.
[24] Entre las versiones fílmicas para adultos de la novela figuran Dracula’s Bride (1979), redistribuida como Dracula Sucks y en 1980 como Lust at First Bite, con Jaime Gillis en el papel del Conde y muy dependiente de la novela de Stoker; Dracula (1994), distinguida sólo por la presencia del ubicuo Ron Jeremy haciendo de jorobado; Dracula, the Dirty Old Man (1969), con el legendario Johan Holmes en el papel de «Conde Spatula» y Vince Nelly como Alucard; Guess What Happened to Dracula (1970), filme en el que Drácula es el Conde Adrian; y Dracula and the Boys (1969), película también conocida como Does Dracula Really Suck?, de vampiros homosexuales.
[25] Holte, «Film Adaptations of Dracula», 324.