[1] De acuerdo con las Notas, Stoker pensó en un principio comenzar su libro con un capítulo formado por cartas. Se incluía una de Sir Robert Parton, presidente de la Law Society; a Peter Hawkins, en la cual se mencionaba a un nuevo cliente, el Conde Drácula, y otra de Kate Reed a Lucy Westenra contándole una visita que Jonathan Harker había hecho a la escuela para ver a Mina Murray. Había también cartas cruzadas entre Mr. Hawkins (del que más tarde se sabrá que es el jefe de Harker) y el Conde Drácula acerca de la compra de una residencia en Londres. Este capítulo nunca ha sido publicado y se sabe poco acerca de él, excepto que al final del mismo Harker «sale para Múnich». En el Manuscrito, el presente capítulo aparece claramente encabezado con un «ii» (cambiado a «I»), y la segunda página lleva el número 103.
La acción del capítulo siguiente, también descartado, ocurre ya en Múnich, según se menciona en las Notas; describe la llegada de Harker, su estancia en el Mar [ilegible] Hoff (después transformado en las Notas en el hotel Quatre Saisons) y sus visitas a un museo y a una «Casa de los Muertos» (un depósito de cadáveres). Las Notas dan la fecha del 27 de abril para la «aventura de la tempestad de nieve y el lobo». Este suceso ha sido identificado por algunos investigadores con lo publicado por la viuda de Stoker en 1914 como una narración corta incluida en Dracula’s Guest and Other Weird Stories. Clive Leatherdale dice en «Stoker’s Banana Skins» que el capítulo podría haber sido pensado para publicarlo como una historia corta en 1890. Se desconoce quién lo eliminó finalmente. «El huésped de Dracula» se incluye como apéndice 1 en el presente volumen, con notas que demuestran los escasos lazos que unen a dicha narración con Drácula, así como las numerosas inconsistencias que existen entre ambos textos. El subsiguiente material fue, muy probablemente, por lo tanto, pensado como tercer capítulo de la obra.
[2] La taquigrafía moderna fue inventada en Inglaterra en 1837 por el educador Isaac Pitman (1813-1897). Como gran novedad, su sistema estenográfico utilizaba la fonética en vez del letra a letra habitual para representar palabras completas. Varios grados de sombreado indicaban los diferentes fonemas. Si bien es considerado como el sistema taquigráfico más rápido —lo que hace que siga siendo el favorito entre los informadores de los tribunales— y es el predominante en Inglaterra, el método Pitman ha sido en gran medida sustituido en los Estados Unidos por el método Gregg, sistema en que se utilizan curvas en vez de sombreados para indicar los sonidos. John Robert Gregg, nacido en Irlanda (1867-1948), dio a conocer su método en Light-Lane Phonography (1888). Si bien Harker usaba probablemente el sistema Pitman, habían aparecido ya otros muchos. En 1888, la novena edición de la Encyclopaedia Britannica estimaba que habían sido dados a conocer nada menos que 483 métodos diferentes de taquigrafía («y sin duda muchos más han sido ideados para uso privado»).
Es evidente que, según espera Jonathan, más adelante (véase capítulo 3, nota 50) lo escrito en taquigrafía sería inteligible para Mina Harker (de soltera Wilhelmina Murray), bien porque ambos utilizaban la misma taquigrafía «privada», bien porque conocían un método común ya estandarizado.
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 14 - nota 16.
[3] Capital del distrito de Bistritz-Naszod, a orillas del río Bistritz Besztercze (en húngaro). En 1896 tenía una población de sólo 10.300 habitantes (Karl Baedeker, Austria, Including Hungary, Transylvania, Dalmatia, and Bosnia; a partir de ahora citado como «Baedeker». Austria, 1896).
[4] En alemán «München», la cuarta ciudad más grande del Imperio germano, capital del reino de Baviera. Sus más notables edificios se alineaban en la Ludwigstrasse y en la Maximilianstrasse; la Encyclopaedia Britannica (novena edición) la definía como «casi sin rival por su magnificencia arquitectónica entre las capitales más pequeñas de Europa». A fines del siglo XIX estaba llegando a ser también uno de los grandes centros industriales europeos, famosa de modo especial por su producción de cerveza. Si realmente Harker estuvo en Múnich durante cinco días, como señalan las Notas, pudo dedicarse a asuntos no relacionados con Drácula; las atracciones turísticas de Múnich difícilmente debieron de llamar su atención durante un viaje tan importante. En las Notas, el agente del abogado inglés viaja a Múnich; visita allí una «Casa de los Muertos» (donde ve por primera vez a Drácula); tiene la «aventura de la tempestad de nieve y el lobo» (véase apéndice 1 del presente libro, «El huésped de Drácula») y visita también el Pinakothek Museum (un museo de pinturas y tesoros del arte antiguo y moderno) y la Ópera (para asistir a una representación de El holandés errante, de Wagner), todo ello antes de salir en tren hacia Estiria, donde se encontrará con Drácula en guisa de cochero.
La Casa de los Muertos de Múnich aparece en varias obras de la literatura victoriana. Las leyes muniquesas requerían que todos los fallecidos permaneciesen durante tres días en un depósito de cadáveres antes de ser enterrados. Cada cuerpo de adulto llevaba en el dedo pulgar un anillo con una cuerda atada por el otro extremo a una polea que se conectaba con una campana instalada en la habitación del vigilante por si el «cadáver» se movía. Charles Dudley Warner escribe en su libro de viajes, Saunterings (1872), lo que sigue: «¡Qué terrorífico sería si sonase alguna vez la campana y si [el vigilante] tuviese que ir al depósito de cadáveres para ver quién la tocaba! Y sin embargo es una previsión sabia y humana; es una tradición de años que impide un enterramiento en vida». En su Life on the Mississippi (1883) cuenta Mark Twain su propia visita a una «casa de los muertos» de Múnich y su conversación con un vigilante nocturno retirado.
[5] En alemán «Wien». La capital y la ciudad más grande del Imperio austro-húngaro tenía ya ganada a fines del siglo XIX su reputación de ser el centro intelectual y material de Austria, y poseía un gran número de grandes y elegantes edificios que podían rivalizar con cualquier otra ciudad europea. La Encyclopaedia Britannica (novena edición) calificaba la Ring-Strasse como «uno de los más imponentes logros arquitectónicos urbanos».
En el Texto Abreviado, lo que dice el diario de Harker ha sido considerablemente resumido omitiendo las paradas del viaje entre Múnich y Klausenburg, así como la receta culinaria que anota para su prometida Mina.
[6] Sabremos que Harker salió del despacho de su jefe, Peter Hawkins, en Exeter, y que viajó hasta Múnich, Viena y Budapest, y de aquí a Bistritz. Las Notas indican que Hawkins recibió un telegrama de Drácula el lunes 24 de abril; salió para París al día siguiente, adonde llegó en la mañana del 26 de abril, partiendo para Múnich esa misma noche. De hecho, las Notas son muy concretas acerca de los trenes, señalando una salida de Múnich a las 8:35 de la tarde (el 1 de mayo); una llegada a Salzburgo a las 6:45 de la mañana (2 de mayo); una salida de Viena a las 8:25 de la mañana (2 de mayo); una llegada a Budapest a la 1:30 de la tarde (2 de mayo); una salida de Budapest hacia Klausenburg a las 10:34 de la noche (2 de mayo); una llegada a Klausenburg a las 8:00 de la mañana (3 de mayo), y una llegada a Bistritz a las 8:00 de la tarde (3 de mayo). Todo esto tiene que ver con la fecha de la anotación en el diario, que debió de ser hecha esa misma noche, en el hotel donde se hospedaba Harker.
No hay razón aparente pare el viaje de Harker a Múnich, y hubiera sido mucho más práctico haber ido directamente hasta Viena. En 1910, el trayecto Londres-Viena podía hacerse en unas treinta y siete horas, vía Dover, Calais, Bruselas, Colonia, Mayence, Darmstadt, Würzburg. Nüremberg, Ratisbona, Nassau y Linz. Desde París, el viaje directo podría haberse hecho en sólo veintiséis horas en servicio especial de coche-cama o en treinta y tres horas en un expreso norma), vía Estrasburgo y Múnich (W. J. Rolfe, Satchel Guide to Europe). En cambio, Harker necesitó para llegar a Viena desde el 25 de abril hasta el 2 de mayo, esto es, ocho días.
Podemos concluir que Harker había estado en París anteriormente, pues de otro modo seguramente hubiera comentado algo sobre la Ciudad-Luz, mucho más impresionante que Budapest. A lo que parece pasó cinco días en Múnich (27 de abril-1 de mayo), pero nada se sabe, en última instancia, de lo que hizo en esta ciudad. Si bien algunos investigadores afirman que «El huésped de Drácula» (apéndice 1 del presente volumen) se refiere parcialmente a la estancia de Harker en Múnich, hay razones de peso para dudar de que la persona ahí descrita sea Harker. Véanse las notas al apéndice 1.
[7] De hecho, Harker debió de haber ido corriendo por las calles si las horas de llegada y de salida que menciona en las Notas son correctas. El tren de Viena llegó o bien a la Estación del Oeste de los Ferrocarriles Húngaros del Estado, en la parte norte del Waitzner-Ring, o a la Estación del Este, al final de la Kerepeser-Strasse, dependiendo de que el tren fuese vía Marchegg o vía Bruck. Ambas líneas tenían trenes expresos que hacían el viaje en aproximadamente cinco horas, según el horario de las Notas.
Sin embargo, es posible que Harker estuviese confundido por lo que a la hora local se refiere. La estandarización horaria era un fenómeno nuevo. Si bien el moderno sistema de franjas horarias basadas en el meridiano de Greenwich había sido adoptado en la conferencia internacional celebrada en Washington a tal respecto en 1884, participaron en la misma sólo veintisiete países (incluyendo Austria-Hungría), y muchos fueron adoptando el nuevo sistema con lentitud. Europa central estaba lejos de la uniformidad; todavía en 1910 Bélgica y Holanda tenían la hora de Greenwich, mientras que Suiza, Italia y la Alemania central la contaban quince grados al este de Greenwich y Francia todavía no había abandonado la hora de París. El «Baedeker» (Austria, 1896) advierte que la hora local de Viena llevaba cinco minutos de adelanto con respecto a la centroeuropea, que era la utilizada por el sistema ferroviario.
Budapest.
Bradshaw’s Continental Railway, Steam Transit, and General Guide (Londres, Henry Blacklock and Co. Ltd., 1903).
En 1877 las ciudades de Buda (en alemán Ofen), Ó Buda (Alt-Ofen), Köbanya (Steinbruch) y Pest o Pesth, a ambos lados del Danubio, se unieron para convertirse en la capital oficial de Hungría. Budapest era la segunda residencia del emperador austríaco, sede del gobierno húngaro, de la Dieta (Parlamento) y del Tribunal Supremo, así como cuartel general de la Houvéds o Ejercito Territorial Húngaro. En 1880 Budapest tenía 370.767 habitantes, incluyendo una guarnición de 11.000 soldados de la monarquía austro-húngara y una población judía de 100.000 personas («Baedeker», Austria, 1896).
Pest.
John Paget, Hungary and Transylvania (1850).
Budapest, ca. 1900.
[8] Harker se refiere, presumiblemente, al puente de cadenas Széchenyi, un puente colgante sobre el Danubio que une Buda y Pest, construido por mandato del conde István Széchenyi (1791-1860), el famoso reformador húngaro conocido popularmente como «el más grande de los húngaros». Obra de los ingenieros británicos William Tierney Clark y Adam Clark entre 1842 y 1849, era uno de los más largos de Europa, pues medía 389,5 metros; se elevaba a 12,8 metros sobre el nivel medio del agua. Al contrario que los puentes colgantes modernos, tiene una gran cadena en lugar de cables. En los extremos del puente hay cuatro colosales leones de piedra. En 1897 comenzó en Budapest la construcción de otro puente colgante sobre el Danubio, conocido como Puente Elisabeth; terminado en 1903, era el más largo del mundo, con 289,8 metros. Ambos fueron destruidos en 1945 y reconstruidos después.
El puente de cadenas de Széchenyi.
[9] Buda fue conquistada por el sultán Solimán el Magnífico en 1541, que instaló una guarnición en la ciudad y estableció en ella la sede de un visiarato. Permaneció bajo el poder turco durante casi ciento cincuenta años, hasta que los aliados alemanes (bajo Carlos de Lorena y Luis de Baden) expulsaron a los otomanos en 1686.
[10] En el texto aparece aquí como «Klausenburgh» y más adelante como «Klausenburg» (en húngaro Kolozsvár, actualmente Cluj, con una población de más de 200.000 habitantes). Según el «Baedeker» (Austria. 1896), tenía entonces 33.000 habitantes, y era una ciudad «muy animada en invierno» y «centro de la numerosa nobleza de Transilvania». El Hotel Royal es inventado; sin embargo, el citado «Baedeker» recomienda el Königen von England («Reina de Inglaterra»), nombre que probablemente atrajo a Harker (y le sugirió el mencionado alias). McNally y Florescu (The Essential Dracula) lo identifican como el Royal Mathias Hotel, no mencionado en el «Baedeker», por lo que difícilmente hubiera sido elegido por el viajero inglés. En el Manuscrito, el hotel es el Kron, y ha sido eliminada la frase «que el Conde le había recomendado en su carta».
[11] «Mina» será identificada más adelante como Wilhelmina Murray, con quien Harker, evidentemente, está prometido. Mina alude en su correspondencia a la propuesta de Harker, y Lucy Westenra la llama «prometida». Ello debió de ser anterior al viaje de Harker.
[12] John Paget escribe lo que sigue en su Hungary and Transylvania (1850): «No creo haber ilustrado todavía al lector acerca del misterio del paprika hendl; olvidarme de ello constituiría un abismo de ingratitud, de lo cual confío no ser nunca culpable. Bien, lector, si viaja a Hungría y quiere comer o cenar de modo rápido, no tenga en cuenta la variedad de platos que mencione su hospedero, pero pida de inmediato paprika hendl. Dos minutos después percibirá señales de revolución en el basse tour; gallos y gallinas se alarman; uno o dos de los componentes más grandes y probablemente más viejos de la comunidad son atrapados, sus cuellos retorcidos y sumergidos en agua hirviendo cuando todavía se agitan. Sus plumas y piel son arrancadas al mismo tiempo, se llevan a cabo con presteza unas pocas operaciones preparatorias e inmencionables —ante la vista del viajero, seguramente—; los desventurados son cortados en pedazos, metidos en una olla con agua, manteca, harina y nata, así como una desorbitada cantidad de pimentón rojo o páprika, y muy poco después puede verse una cantidad de pedazos de ave nadando en una fuente con salsa picante y grasienta, de delicioso recuerdo».
Una versión más moderna de la receta dice así:
1 pollo cortado en 8-10 trozos
2 cucharadas de aceite
1 cebolla rallada
1 cucharada de páprika húngara
Sal
2-3 cucharadas de concentrado de tomate.
Lave y seque los trozos de pollo, caliente el aceite en una sartén y añada la cebolla rallada basta que se dore. Añada la páprika, y cuando la mezcla haga burbujas, incorpore los trozos de pollo, dándoles la vuelta hasta que queden recubiertos. Ponga sal al pollo y tape la sartén. Cocine a baja temperatura, dándole la vuelta al pollo de cuando en cuando, entre cuarenta y cinco minutos y una hora. Añada más concentrado de tomate para espesarlo, si así se desea. (Se trata de una versión de la recela de Pagel más baja en colesterol, que se espesaba con manteca, nata y harina.)
El interés de Harker por esta «comida reconfortante» es una indicación de cuán ajena al paladar inglés era la cocina húngara. Aunque Isabella Beeton incluía en su Book of Household Management (1861) —al igual que hacían otros populares libros de cocina ingleses de la época— platos sazonados con curry, así como otras muestras culinarias hindúes, tales gustos constituían una novedad.
[13] Superada sólo por los Alpes como la mayor cadena montañosa de Europa central, los Cárpatos se extienden en un arco que va desde Presburg, junto al Danubio, hasta Orsova, en el mismo río, a lo largo de 1.500 kilómetros. En la época en que ocurren los sucesos narrados en Drácula, los Cárpatos estaban casi por completo dentro de las fronteras del Imperio austro-húngaro, con gran parte en Hungría y la otra en Transilvania.
Mapa de los Cárpatos con los nombres de lugar de la época.
Encarta.
[14] El «Baedeker» (Austria, 1896) señala que la lengua oficial de Transilvania era el húngaro. «El alemán, sin embargo, le llevará al viajero a casi todas partes… Quienes viajen por las montañas encontrarán de utilidad el conocimiento de algunas frases en rumano.» Las capacidades lingüísticas de Harker, a lo que parece, se extendían sólo al inglés y al alemán. Más adelante, camino de Bukovina, se dará cuenta de que es incapaz de comprender «las lenguas» que hablan sus compañeros de viaje. Acaso Harker haya querido ocultar su conocimiento del alemán ante Drácula, pues este había insistido en su primera carta al jefe de Harker que no hablase alemán nadie que se le enviase. No hay ninguna evidencia directa de que este mismo hablase tal lengua, pero no sin duda Harker, pues, en caso contrario, Drácula no hubiese consentido su visita (véase capítulo 2, nota 16).
—— Retorno a otras notas ——
Apéndice 1 - nota 5.
[15] De hecho, Harker sólo dispuso de un día para llevar a cabo su investigación. Según las Notas, Drácula telegrafió a Peter Hawkins el 24 de abril. Harker salió de Londres a las 8:05 de la tarde del 25. Lo que sigue después de esta frase ha sido recortado de otro lugar del Manuscrito y pegado aquí, lo que sugiere que pudo haber formado parte de los capítulos eliminados anteriormente. Lo relativo a la breve estancia en Londres está insertado en el Manuscrito con letra que parece ser la de Stoker.
[16] El núcleo de los fondos originales del Museo Británico consiste en la vasta colección —un museo por derecho propio— de Sir Hans Sloane, que la vendió a la nación por mucho menos de su verdadero valor poco antes de morir en 1753. La colección de Sloane, compuesta de valiosos grabados, dibujos y manuscritos, así como de fósiles, piedras preciosas, herbarios y esqueletos humanos y de animales, junto con la Harleian Library (colección de documentos legales reunida por Roben Harley, primer conde de Oxford y Mortimer), y los manuscritos griegos y romanos y mapas anglosajones de Sir Roben Cotton, todo ello se conservaba en un edificio que había pertenecido a los duques de Montague. El museo fue abierto al público en 1759. En sus primeros años, el Museo Británico fue, en palabras de Roy Porter, «mal dirigido e inaccesible» (London: A Social History); de hecho, la novena edición de la Encyclopaedia Britannica señala que los campos de detrás del museo estaban «tan solitarios que eran usualmente elegidos como lugar para dirimir lo que se llamaban lances de honor». A lo largo del siglo XIX, sin embargo, el museo experimentó diversas ampliaciones cruciales y realizó importantes adquisiciones, incluyendo la Piedra de Rosetta, estatuas del Partenón y los libros de la colección de Jorge III. En 1883, los objetos de la sección de Historia Natural fueron trasladados a un nuevo lugar en South Kensington, llegando por ultimo a constituir en 1963 el independiente Museo de Historia Natural.
La Sala de Lectura del Museo Británico se inauguró en 1857, y sólo tenían acceso a ella los visitantes con «tarjeta de lector». A cada uno de estos se le proveía de un asiento, un pupitre abatible, un pequeño estante para libros, plumas, tinta y papel secante, y un gancho para colgar el sombrero. Durante una visita a la Sala de Lectura, a mediados de los años setenta, le dieron a quien esto escribe un folleto con una lista de lectores famosos, lista que incluía a Karl Marx pero no a Jonathan Harker ni a otro conocido lector, Sherlock Holmes. Cuando un vigilante que parecía ya muy anciano fue preguntado acerca de esta omisión, contestó muy secamente que él «nunca les había visto por aquí». Después de haber sido abierta al público en el año 2000, la Sala de Lectura fue cerrada para llevar a cabo obras de restauración. Hoy despliega de nuevo su esplendor de 1857, y dispone de ordenadores de acceso público para consultar las grandes bases de datos del Museo. Los materiales disponibles para la lectura, sin embargo, se hallan ahora en la nueva e independiente British Library, cerca de la estación de St. Pancras.
[17] Las Notas dejan claro que Stoker pensaba, en un principio, relatar un viaje a Estiria y no a Transilvania. Resulta fascinante el hecho de que la condesa Mircalla Karnstein, cuyas actividades vampíricas fueron conocidas del gran público gracias a Camilla (1872), de Joseph Sheridan le Fanu, era de una «muy antigua y noble familia» de Estiria. ¿Podían Mircalla/Carmilla y Drácula haber tenido alguna relación? Véase «El árbol genealógico de Drácula», en la segunda parte del presente volumen. Que Stoker pensara en situar las aventuras de Harker en Estiria sugiere que su primera intención podría haber sido la de ocultar el verdadero emplazamiento del castillo de Drácula en una región que ya tenía que ver con los vampiros. Si Transilvania es, en efecto, el verdadero lugar o simplemente una «tapadera» más plausible, será algo de lo que se tratará más adelante. En «Bram Stoker’s Transilvania. A Critical Reassessment», Bernard Davies especula sobre si el orientalista y viajero húngaro Arminius Vambéry podría haber sugerido a Stoker que Transilvania sería un escenario apropiado para los acontecimientos descritos en la novela (véase capítulo 18, nota 41).
«¡Qué extraño país es esta pequeña Transilvania!», exclama John Paget escribiendo en 1950 (Hungary and Transylvania). «Es muy posible que el lector nunca haya oído antes su nombre, y, sin embargo, hace unos cien años era íntimo aliado de Inglaterra; y mucho antes de que pudiera ni siquiera soñarse entre nosotros la libertad religiosa, los parlamentos anuales, el pago de sus miembros y la elección de los magistrados, disfrutaban de ello en Transilvania gracias a una solemne Carta otorgada por su príncipe, el emperador de Austria. He aquí este país, en los confines mismos de la civilización europea, y pese a ello, con instituciones y derechos para los que los más civilizados no han sido considerados como suficientemente preparados.» Transilvania había pertenecido a la provincia romana de Dacia hasta el siglo XI, fecha en que llegó a ser parte de Hungría. Conquistada por los turcos en el siglo XV, fue un principado semiautónomo hasta ser anexionado a Austria en 1713.
—— Retorno a otras notas ——
Apéndice 1 - nota 11.
[18] No es posible saber con exactitud qué libros había consultado Harker, pero las Notas sugieren que incluían los siguientes:
Charles Boner, Transilvania: Its Products and Its People (1865).
Andrew F. Crosse, Round About the Carpathians (1878).
A Fellow of the Carpathian Society, «Magyarland»: Being the Narrative of our Travels Through the Highlands and Lowlands of Hungary (1881).
Comandante E. C. Johnson, On the Track of the Crescent: Erratic Notes from the Piraeus to Pesth (1885).
Rev. W. Henry Jones y Lewis L. Kropf, The Folk-Tales of the Magyars (1889).
William Wilkinson, An Account of the Principalities of Wallaquia and Moldavia: with various Political Observations Relating to Them (1820).
Podrá verse que muchas de las observaciones que hace Harker coinciden muy de cerca con las descripciones de esos primeros viajeros y escritores. Hay muchas explicaciones posibles:
Pero hay otra explicación que no es posible descartar: Harker nunca fue a Transilvania. Si Harker (o Stoker) decidió ocultar la verdadera localización del castillo de Drácula (por las razones señaladas en el ensayo introductorio de este volumen, «El contexto de Drácula»), se necesitaba una «tapadera», proporcionar un plausible lugar de origen para Drácula. ¿Dónde mejor que en Transilvania, país envuelto en leyendas? Si alguien quisiera fabricar una historia tal, un mentiroso cuidadoso utilizaría descripciones apropiadas para la localización imaginada en la narración. Pero esto necesitaría un largo camino de explicaciones de los errores y de los plagios cometidos en las descripciones geográficas que aparecen en la primera versión de Drácula.
Nótese que esta es la primera mención que se hace del propósito del viaje, según Harker.
[19] El «noble» continúa sin tener nombre. Esta rareza podría ser el resultado de la eliminación del material introductorio.
[20] Su nombre alemán es Siebenbürgen, cuyo origen es probablemente Cibinburc, «la fortaleza de los Cibin», o bien el nombre puede aludir a siete ciudades fortificadas de la parte sajona de Transilvania («siete ciudades» o «siete castillos», en alemán). Los magiares la llaman Erdély y los rumanos, Ardealu; en ambos casos significa «país del bosque». Se encuentra entre Hungría (al oeste) y Rumanía (al este).
[21] Harker se equivoca al definir Moldavia como «estado». Un antiguo principado, Moldavia, junto con Valaquia, formaba parte del reino de Rumanía, que consiguió su independencia en 1878, después de la publicación de los libros de Boner y de Crosse, utilizados por Stoker para documentarse (véase nota 18). Su ciudad más importante era Iassi, no lejos del río Pruth. Moldavia limita al oeste con los Cárpatos, al este con el río Dnieper, y al sur con Valaquia
[22] Bukowina, como la llama el «Baedeker» (Austria, 1896), fue separada de Moldavia y anexionada a Austria en 1876. Región montañosa y boscosa, tenía en los tiempos de Drácula una población de aproximadamente 600.000 habitantes, formada por rutenos, rumanos, alemanes, polacos y armenios. Su capital era Gernauti (Czernowitz), donde residía el gobernador austríaco; el alemán era su lengua más importante.
[23] El Board of Ordnance —el Ministerio de Defensa inglés— comenzó a estudiar el sur de Inglaterra en 1791, en parte para prepararse ante una inminente guerra con Francia. Su primer mapa (en que 2.5 cm equivalían a 1.6 km), el de Kent, se editó en 1801. En la época victoriana, el Ordnance Survey publicaba mapas detallados en varias escalas tanto de Irlanda como de toda la Gran Bretaña.
[24] Una «ciudad con correo» o «ciudad correo» es una localidad (o grupo de aldeas) con una oficina de correos principal; hoy, por lo general, el centro de un distrito postal. Históricamente, una ciudad así llamada indicaba que contaba con caballos para transportar el correo o para ser alquilados por los viajeros.
[25] Frase añadida en el Manuscrito por el propio Stoker. Es probable que apareciese en el material eliminado al principio.
[26] La fuente de información de Harker parece ser aquí la obra del comandante mayor E. C. Johnson titulada On the Track of the Crescent (1885), quien escribe: «Este extraño país, que originalmente formó parte de Dacia, está habitado por húngaros, sajones, válacos y székelys. Los húngaros habitan en el oeste, los székelys en el norte y el este, y los sajones en el sur, mezclados en gran número con los válacos, descendientes de los dacios. Los székelys —que dicen proceder de Atila y los hunos— estaban ya instalados en la frontera oriental cuando el país fue conquistado por los húngaros, y ambos pueblos confraternizaron de inmediato… Para cubrir la pérdida de habitantes debida a las constantes guerras que tuvieron lugar en Transilvania, fueron traídos colonos de Alemania, que son los antepasados de los actuales sajones de Transilvania.
El «Baedeker» (Austria, 1896) hace una diferente descripción de estos habitantes. Los gobernantes o «privilegiados» fueron los magiares, incluidos los székelys (unos 698.000) y los sajones (unos 217.000). Sin embargo, la población más numerosa fue la constituida por los rumanos o válacos, que el «Baedeker» cifra en 1.270.000. Entre los grupos menores figuran los armenios (8.800), los gitanos (88.000), los judíos (26.000), eslovacos, rutenos, búlgaros, serbios y griegos. El «Baedeker» calcula la población total en 2.251.000 habitantes. Estadísticas tales son similares a las de Emily Gerard en su libro The Land Beyond the Forest (1888). Si bien Harker tenía sin duda un «Baedeker» —resulta difícil imaginarse a un europeo viajando sin su ejemplar—, no parece haber leído el libro de Gerard; si lo hubiera hecho, tendría más información sobre los usos y costumbres de Transilvania con respecto a los vampiros. Con todo, sí pudo haber leído los capítulos de Gerard publicados previamente como artículo en 1885, «Transylvanian Superstitions», pues figura en las Notas.
Emily Gerard.
[27] Los hunos eran una tribu tártara nómada. Atila (ca. 406-453), conocido como «el azote de Dios», era hijo del rey de los hunos. En el año 434 consiguió el control de una serie de tribus a las que llevó a la conquista de una región comprendida entre el Rin y las fronteras de China. En 451 invadió con sus hordas el Occidente, pero fue derrotado en el valle del Marne por Teodorico, rey de los visigodos, y el general romano Aecio, en una de las batallas más sangrientas nunca habidas, que dejó 250.000 muertos en el campo de combate. Hubo muchos que interpretaron este suceso como la «salvación» de la civilización occidental ante las razas «inferiores» de Oriente. La leyenda dice que cuando murió Atila (hay quien piensa que fue asesinado por su esposa el mismo día de su boda; otros atribuyen su muerte al alcohol y a una rotura de varices del esófago: véase Michael A. Babcock, The Night Attila Died) fue enterrado en tres ataúdes: uno de oro, otro de plata y otro de hierro; y que quienes cavaron la tumba fueron ejecutados para mantener en secreto el lugar del enterramiento.
Edward Gibbon, que en su libro del siglo XVIII titulado History of the Decline and Fall of the Roman Empire señala que los húngaros «modernos» remontan el origen de Atila hasta Cam, hijo de Noe, dice lo siguiente sobre el personaje: «Sus rasgos, según la observación de un historiador godo, denotaban su origen nacional… una gran cabeza, complexión oscura, ojos pequeños y hundidos, nariz achatada, escasos pelos en lugar de barba, anchos hombros y cuerpo pequeño, fuerte y nervioso, pero de formas desproporcionadas. El arrogante paso y porte del Rey de los Hunos ponía de manifiesto la conciencia que tenía de su superioridad sobre el resto de los mortales; tenía la costumbre de mirar a un lado y a otro con ferocidad, como si quisiera gozar del terror que inspiraba… Le gustaba la guerra, pero una vez que accedió al trono, ya en edad madura, su cabeza más bien que su mano fue la que logró la conquista del Norte, y su fama de caudillo audaz fue provechosamente sustituida por la de un prudente y exitoso general».
Johnson (On the Track of the Crescent) dice también que los székelys afirman ser descendientes de Atila.
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 3 - nota 14.
[28] Al menos el «noble» tiene ahora un título, «conde», lo cual parece ficticio. Un título tal carece de sentido entre la aristocracia rumana; la larga serie de condes malvados de la literatura «gótica» puede haber llevado a Stoker a otorgar este honor a Drácula. En esa serie figuran el Conde Morano de The Mysteries of Udolpho (1794), de Ann Radcliffe; el conde de Bruno de The Italian, or the Confessional of the Black Penitents (1797), de la misma autora; el Conde Manfred del poema «Manfred» (1817), de Lord Byron; el conde Fosco de The Moonstone (1868), de Wilkie Collins.
[29] Las siguientes palabras que aparecen en el Manuscrito no figuran en la novela publicada: «de la Casa de los Muertos de Múnich, que se me hace más extraño y terrible cada vez que pienso en ello. Todo parece tan extraño y misterioso».
[30] Un plato como la polenta italiana, simple maíz hervido.
[31] La más sencilla versión de la impletata consiste en una berenjena vaciada y luego rellena con su propia pulpa, carne picada, migas de pan y manteca; se hace en el horno. En inglés hay docenas de recetas bien conocidas con el nombre de «berenjena rallada». Los detalles acerca de las comidas de Harker, así como lo que sigue sobre los trenes de la Europa oriental, no aparecen en el Texto Abreviado.
[32] El 7 de septiembre de 1827 comenzó a funcionar una primera sección de los ferrocarriles austríacos dedicada al transpone de mercancías; en 1832 operaba ya por completo, Era la primera red de ferrocarriles de vía estrecha y de vapor de todos los países germánicos. En 1857 se hizo cargo de ello la compañía ferroviaria Kaiserin Elizabeth, en la línea Viena-Salzburgo; en 1869 la empresa adaptó las vías al ancho normal, utilizó locomotoras y llevó a cabo diversas mejoras. A finales del siglo XIX, el sistema estaba bien desarrollado, si bien el «Baedeker» (Austria, 1896) avisaba de que en Transilvania las conexiones imperfectas y la escasez de trenes en ramales secundarios «hacían las desviaciones de las grandes líneas muy incómodas». Los trenes tenían habitualmente tres clases (y a veces cuatro, esta última sin asiento). El «Baedeker» dice de los vagones de segunda clase que son «en ocasiones casi tan buenos como los de primera en Inglaterra», y describe a los viajeros típicos de tercera como «generalmente tranquilos y respetables».
Johnson (On the Track of the Crescent) cuenta su salida de Budapest para Transilvania del siguiente modo: «Estaba en la estación Theiss… Todo era tumulto y bulla… Gentes de cada una de las naciones existentes bajo el sol parecían apretujarse juntas en la abigarrada multitud. Eslovacos de los Cárpatos orientales, válacos, sajones colonos de la Transilvania meridional, dálmatas, búlgaros, serbios, croatas, polacos, lituanos, turcos, judíos, infieles y herejes, todos en una confusa masa, luchando y empujando para llegar a la taquilla, si es que puedo dignificar con este nombre el pequeño agujero a través del cual el empleado asomaba su cabeza. Por fin… fui “tiqueteado”, con maletas y todo… y depositado en un vistoso vagón de primera clase revestido de terciopelo. Desde este seguro refugio miré las oleadas embravecidas y forcejeantes de la multitud que asediaba los coches de tercera clase y disputaba la posesión de la estación a montañas de latas de leche y sacos de harina».
La idea de que los trenes eran «impuntuales» puede haber sido tomada de The Land Beyond the Forest, de Emily Gerard, donde su autora comenta que «las comunicaciones por ferrocarril están muy mal organizadas».
[33] Clive Leatherdale observa en su Bram Stoker’s Dracula Unearthed (desde ahora citado como Dracula Unearthed) que la ironía está fuera de lugar: los ferrocarriles chinos de la época estaban bien organizados. Las escasas líneas férreas construidas en China en el siglo XIX (la primera no lo fue hasta 1876) fueron en gran medida financiadas y llevadas a cabo por concesionarios extranjeros; las dos más importantes de Manchuria —la Chínese Eastern Railway y la South Manchurian Railway— fueron empresas rusas con poca participación china; el ferrocarril de Changtung, que iba de Kiao-cheu a Tsinan, fue financiado y operado por Alemania.
[34] El «Baedeker» (Austria, 1896) indica que la distancia de Klausenburg a Bistritz es de sólo 119 kilómetros, y que por ferrocarril el viaje debe durar cuatro horas y cuarenta y cinco minutos. Aunque la guía avisa de que en Austria los trenes no van por lo general a más de 40 kilómetros por hora, la duración de este trayecto parece excesiva. He aquí el primero de muchos errores geográficos que indican que la región ha sido «novelizada» y no estudiada realmente.
[35] Leatherdale (Dracula Unearthed) dice que, por lo general, no hay poblaciones en lo alto de las montañas en climas donde nieva, como en los Cárpatos. Gerald Walker y Lorraine Wright no están de acuerdo con esta observación en su «Locating Dracula: Contextualising the Geography of Transylvania»: «la estructura de los Cárpatos en bloques escalonados permite los cultivos en medio de las montañas. Hubo realmente granjas y aldeas en la zona [identificada por los autores] ahora casi deshabitada». La subida al desfiladero de Borgo es suave, como lo son las laderas de las colinas. Esta y muchas otras de las descripciones «turísticas» que se conservan en estos párrafos no aparecen en el Texto Abreviado.
El desfiladero de Borgo, hacia el oeste.
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
[36] Compárese con la descripción de Johnson en On the Track of the Crescent: «Las mujeres visten una prenda interior o camiseta blanca de amplias mangas, y encima un colorido delantal llamado katrinsa, que baja por delante y por detrás, y es tan apretado que marca las formas. Llevan también collares y grandes pendientes, y pañuelos en la cabeza que por detrás cubren hasta el cuello, medias de color y botines hasta el tobillo. Algunas mujeres llevan lo que después he visto constantemente en Transilvania, un ancho cinturón o faja llamado obreska ceñido a la cintura con fuerza. Elegantemente bordado con diferentes colores, tiene un grueso reborde colgante rojo y negro que llega hasta el final de la falda, como si el otro delantal hubiese sido cortado en tiras; pueden llevar asimismo pañuelos de colores diferentes en vez de lienzos blancos en la cabeza. Sin embargo, no he visto ni un solo rostro bonito entre tantas mujeres»
[37] Harker podría haber copiado esta descripción de Magyarland (véase nota 18): «sus ropas consisten en una chaqueta suelta y grandes pantalones, hechos de material de lana basta, cuyo color es originalmente blanco, y llevan a la cintura unos enormes cinturones de cuero de más de 1,3 centímetros de grueso y de 30,5 a 40,6 centímetros de ancho, tachonados con clavos con cabeza de latón colocados de tal manera que pueden formar diferentes diseños. En dichos cinturones llevan sus cuchillos, tijeras, saquitos de tabaco, un primitivo encendedor y cierta cantidad de otros pequeños y útiles objetos».
Si bien Harker se refiere con frecuencia a los eslovacos (y a los «cszeks») durante su viaje al desfiladero de Borgo y durante su visita al Conde, los datos censales de finales del siglo XIX muestran que los eslovacos constituían una parte muy pequeña de la población transilvana. El profesor de Geografía Duncan Light señala que en el censo de 1880 sólo figuraban 25.196 en toda Transilvania, con más del noventa por ciento de los mismos en la parte occidental («The People of Bram Stoker’s Transilvania»). Harker parece apoyarse más bien en la información de algún modo distorsionada de Johnson (en On the Track of the Crescent) que en sus propias observaciones. Aunque Harker podría haber pedido datos a Drácula sobre los habitantes de la región, no menciona haberlo hecho.
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 4 - nota 15.
[38] La Estación del Norte de Bistritz ya no es una estructura victoriana, y la línea férrea atraviesa ahora el desfiladero y llega a Bukovina.
Bistritz, Estación del Norte.
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
Trenes en Bistritz.
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
[39] El desfiladero de Borgo aparece en un mapa del libro de Charles Boner, Transylvania: Its Products and Its People (1865). La descripción del mismo dice así; «Desfiladero que conduce a Moldavia con un panorama que es cada vez más pintoresco; buena carretera. Cerca de Pruna hay un territorio continuamente disputado por las armas entre válacos y sajones». El «Baedeker» (Austria, 1896) muestra la carretera que va desde Bistritz a Pajana Stampi yendo por Borgó-Prund, Tihucza y el desfiladero de Borgo. El desfiladero propiamente dicho se extiende desde Borgó-Prund (a 22.5 kilómetros de Bistritz), a lo largo de 53 kilómetros.
Mapa de Transilvania.
Charles Boner, Transylvania: Its Products and Its People (1865).
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 1 - nota 46.
[40] En Transylvania: Its Products and Its People, de Charles Boner, se informa de que entre 1836 y 1850 «hubo cinco incendios en los que fueron destruidas por el fuego 325 casas». En 1896, el «Baedeker» menciona la iglesia gótica protestante que, terminada en 1563, «fue muy dañada por repetidos incendios».
[41] Por fin aparece el nombre del noble, Las Notas aluden con frecuencia a la figura central del libro como el «Conde Wampyr», cambiado en algún momento por el de «Conde Drácula». Véase capítulo 2, nota 47, para la fuente del nombre «Drácula». Parece claro que tanto «Drácula» como «Wampyr» son pseudónimos.
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 2 - nota 47.
[42] Un hotel ficticio, añadido por alguien al Manuscrito (el nombre anterior ha sido tachado y es ilegible). Había un Golden Krone en Salzburgo; las Notas sugieren que puede haber estado en el itinerario real de Harker cuando viajaba de Múnich a Viena vía Salzburgo y Linz. Sir Christopher Frayling señala en Vampyres: Lord Byron to Count Dracula que Andrew F. Crosse (véase nota 18) menciona también un Golden Krone Hotel en Bistritz, construido por el empresario Alexsandru Misiuga, y que ofrece una réplica de la cena de Harker, incluyendo el vino de Mediasch y el «filete de ladrón». Misiuga también ha construido el Castle Dracula Hotel en el desfiladero de Borgo, delante de cuyo establecimiento se alza una estatua de Stoker.
Castle Dracula Hotel.
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
¡Bienvenido al Castle Dracula Hotel!
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
Los únicos hoteles de Bistritz que aparecen en el «Baedeker» (Austria, 1896) son el Sahling’s y el König von Ungarn. Actualmente, la Asociación Turística Nacional de Rumanía construyó un «Golden Crown Hotel», el Hotel Coroana de Aur, con objeto de rentabilizar su relación con Drácula.
Aparentemente, el telegrama de Drácula del 24 de abril recomendaba a Hawkins dónde ir. ¿Fue el propio Drácula hasta Bistritz para enviar dicho telegrama?, ¿o lo hizo uno de los gitanos?
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 4 - nota 34.
[43] Este comentario puede reflejar, de modo inconsciente, el estado de la mente de Harker. Parece como si intentase reprimir toda posibilidad de poder encontrar otra mujer atractiva, y, lejos de Mina, hacer algo en esa dirección. John Paget describe en 1850 a una anciana válaca que viste una camisa «abierta hasta la cintura», dejando ver sus «pechos colgantes» (Hungary and Transylvania). Quizá esto refleja con más exactitud lo que observó Harker, silenciado mediante una expresión victoriana de decoro.
[44] Drácula espera que sea el propio Peter Hawkins quien venga.
[45] En el Manuscrito aparece lo que sigue, que no figura en la narración publicada: «y por la mañana vea algo de la hermosa ciudad fortificada. Bistritz». Es evidente que Stoker eliminó este inesperado consejo de guía turístico hecho por Drácula a causa de su incoherencia con la negra pintura que pensaba hacer del Conde en la narración.
[46] Una diligencia, llamada eilwagen o malleposte en Austria, era un carruaje público. El «Baedeker» (Austria, 1896) describe su versión austríaca como portadora de, por lo general, sólo tres pasajeros, dos en el interior y uno en el pescante con el cochero; si bien en la diligencia en que viajó Harker había sin duda muchos más. El trayecto de 127 kilómetros en diligencia desde Bistritz a Kimpolung (véase el mapa de la nota 39), en Bukovina, estaba previsto que durase diecisiete horas; véase nota 81.
Vorspann (carruajes).
John Paget, Hungary and Transylvania (1850)
Una diligencia.
[47] En su Hungary and Transylvania, John Paget cita las palabras de un escritor alemán de las que se hace eco Drácula: «No hay quizá ningún país que no tenga algunas bellezas que mostrar, pero jamás he visto ninguno que, como Transilvania, sea todo belleza», welches so wie Siebenbürger ganz Schönheit wäre. Y en el Manuscrito, lo citado continúa así: «… de modo que en el futuro podamos investigar juntos tantos lugares interesantes que todavía quedan…».
[48] La leyenda dorada, o vidas de los santos, compilada en 1275 por Jacobo de la Vorágine, arzobispo de Génova, y publicada en 1470 (primera edición inglesa de 1485), cuenta la leyenda del caballero conocido como san Jorge, que vivió ca. 250-300. En cierta ocasión llegó a la ciudad de Silene, cuyos alrededores eran asolados por un dragón. Los habitantes se cansaron pronto de apaciguarle, especialmente cuando sus hijos eran los sacrificados. Incluso la hija del rey fue requerida para serle ofrecida al dragón. Jorge se encontró casualmente con ella, quien le contó el destino que le esperaba; el caballero mató al dragón con su espada y su lanza. Según la Leyenda Dorada, Jorge le había dicho previamente a la joven: «Quítate el cinturón y pónselo al cuello al dragón, y no temas nada». Una vez que así lo hubo hecho, «el dragón fue tras ella como si fuera un manso y complaciente animalito». Llevaron así al dragón hasta la ciudad, donde Jorge sermoneó a sus habitantes para que creyesen en Dios y seguidamente mató al monstruo. Se dice que tras semejante hazaña se bautizaron el rey y tres mil hombres, y que se edificó una iglesia en cuyo interior comenzó a manar una fuente milagrosa.
San Jorge luchando contra el dragón.
Rafael, 1505.
Jorge llegó a ser el santo patrón de Inglaterra. La famosa Orden de la Jarretera, la más alta categoría caballeresca inglesa, venera a san Jorge y (entre otras muchas órdenes existentes) llama a sus miembros «Caballeros de San Jorge». En 1222 fue establecido el 23 de abril como «Día de San Jorge» por el Concejo de Oxford. La fecha que Harker calcula como el 4 de mayo (presumiblemente utilizando un calendario gregoriano inglés) sería el 22 de abril en el calendario juliano, todavía utilizado en aquella época en Transilvania. Ello pudo haber llevado a Harker —centrado en las fecha inglesas— a pensar que era la víspera del Día de San Jorge.
Pero ¿cuál es el significado de tal fecha? El clérigo inglés Montague Summers explica en The Vampire in Europe (1929) que por toda la Europa oriental se cree que los vampiros son más activos que nunca en las vísperas de los días de San Andrés y de San Jorge. «En Rumanía, en esos días en que el vampiro es más maligno, los campesinos untan con ajo las ventanas y sujetan ristras de ellos en las puertas y en los establos de las vacas. Deben apagarse todas las luces de la casa y es bueno que todos los utensilios sean colocados en posición invertida. La gente piadosa pasará toda la noche rezando, e incluso quienes no sean devotos harán todo lo posible para mantenerse despiertos.»
[49] Leatherdale (Dracula Unearthed) se pregunta, ante la actitud tan altamente protectora de la mujer, por qué Drácula insistió en que Harker permaneciese en su alojamiento. Hubiéramos podido esperar que las gentes del hotel estuviesen al servicio de Drácula.
[50] ¿Por qué esperar a que aumentasen las posibilidades de sobrevivir de Harker? Drácula no es, ciertamente, una criatura de las fuerzas malignas de la víspera del Día de San Jorge.
[51] El escaso conocimiento que la mujer tiene del alemán y el hecho de que le dé un crucifijo a Harker indica que ella (y su marido) son húngaros católicos. De hecho, la zona de Bistritz era mayoritariamente sajona (alemana); incluso Boner (Transylvania: Its Products and Its People), cuyos conocimientos geográficos no son totalmente fiables, señala que más del setenta por ciento de la población de tal territorio era alemana.
[52] Esta frase tan comúnmente utilizada significa que es anglicano, miembro de la Iglesia de Inglaterra, no que sea un clérigo. En el Manuscrito, la palabra es «inglés».
[53] La Iglesia de Inglaterra experimentó varios cambios de importancia durante el siglo XIX. Al comienzo del mismo, Newman, Pusey, Keble y otros reestructuraron la doctrina de esta Iglesia bajo la bandera del llamado Movimiento de Oxford (o «Alta Iglesia», «Renacimiento»). La generación siguiente de estos reformadores, sin embargo, hizo cambios en el ritual de los servicios religiosos, cambios llamados «ritualistas». En particular, se trataba de permanecer en pie en el lado oriental del altar y no en el lado norte, simbolizando así que el banquete eucarístico de Cristo se celebraría en la Nueva Jerusalén; también hubo cambios en el alumbrado de las velas del altar, en la utilización del incienso y en las vestiduras eucarísticas.
La propia reina Victoria estaba enojada con los ritualistas. En cierta ocasión, estando en Balmoral, comulgó con los presbiterianos de la localidad y no en la iglesia anglicana. Como respuesta a ciertos anglicanos que se consideraron ofendidos, la reina escribió así al deán Stanley: «Ella [esto es «yo» en el estilo imperial de Victoria] piensa que una reforma completa es lo que queremos. Pero si eso es imposible, el arzobispo debe tener el poder que el Parlamento le ha dado para impedir todas esas prácticas ritualistas, vestimentas, inclinaciones, etc., y todo lo de esa especie» (en A. N. Wilson, The Victorians).
En 1874, el Parlamento —bajo la dirección del primer ministro, Benjamín Disraeli— aprobó el Acta Reguladora de la Adoración Pública, que prohibía ciertas prácticas ritualistas que parecían poner de relieve la naturaleza católica de la Iglesia de Inglaterra. Sin embargo, como dice A. N. Wilson, lo que él llama «la placentera evidencia de la humana contrasugestión» muestra que, tras la adopción de dicha Acta, el uso del incienso y de las vestimentas se incrementó de manera espectacular y llegó a ser práctica normal entre los anglicanos. Así pues, la reacción de Harker ante el crucifijo es la respuesta conservadora al ritualismo, no una reacción de tipo popular.
[54] No queda claro si el carruaje salió en realidad con retraso. Aunque las Notas indican que partió a las 2:00 de la tarde, Drácula había escrito a su «amigo» que la salida era a las 3:00 (presumiblemente hora central europea). Bernard Davies, reseñando y corrigiendo el Dracula Unearthed de Leatherdale en su «Unearthing Dracula—Burying Stoker», señala que la hora local de Bistritz era aproximadamente las 3:37 de la tarde; que Harker podría haber calculado la salida atendiendo al reloj del hotel, no al de la estación.
[55] Nótese que la habitación de Harker da al este, y que el horizonte parece «lejano». Por lo tanto, las montañas se encuentras detrás del castillo, que debe de estar situado al sur o al este de dichas montañas (puesto que estamos en el extremo sur de los Cárpatos, el lado norte tendría las montañas hacia el este).
[56] Leonard Wolf (The Annotated Dracula) se pregunta quién le llamará y cómo sabrá que Harker está despierto. Pero esto es un malentendido. No hay, en efecto, «llamada», y Harker hace esta observación con la idea equivocada de que hay sirvientes en el castillo.
[57] Una tradición londinense era la constituida por «el hombre de la carne de gato», que vendía pequeños trozos de carne en brochetas para consumo de los gatos. Todavía en 1929, la revista Time informaba de cierta persona que se había dedicado a este negocio durante más de treinta años. El «filete de ladrón» mencionado por Harker suena más bien a shish kebab, un plato tradicional armenio o turco. Andrew F. Crosse habla de algo idéntico en su guía Round About the Carpathians, que aparece entre las fuentes mencionadas en las Notas. Hay también referencias al «filete de ladrón» en la cocina gourment: existe la leyenda de que el chateaubriand, el filete de primera clase, se cocinaba originalmente entre dos cortes baratos de carne que luego eran desechados. Ello se hacía para impedir que el filete quedase demasiado hecho. Los cortes desechados fueron llamados «filetes de ladrón».
De nuevo, el Texto Abreviado no incluye ni la receta ni los comentarios enológicos que siguen.
[58] El vino es mencionado por su nombre (pero con el marbete de «Golden Mediasch») por Andrew Crosse (Round About the Carpathians), quien lo califica como «uno de los mejores vinos de Transilvania». Crosse menciona también ese «agradable picor en la lengua», llamado tschirpsen en alemán. Resulta absolutamente imposible identificar de modo seguro el vino que Harker llama «Golden Mediasch». Mediasch, o Medgyes en húngaro, era una aldea cercana a Hermannstadt, cuyo nombre procede de la palabra húngara meggy, cereza amarga. Aproximadamente a medio camino entre Klauserburg y Mermannstadt, o a unos 8 kilómetros de Bistritz, dicha localidad aparece en el «Baedeker» (Austria, 1896) como «el centro del negocio de vinos de Transilvania». Según André L. Simon en su obra Wines of the World, son habituales los nombres locales para las diferentes variedades de uva, y el nombre suele describir una particular variedad propia de la localidad en cuestión. Según la descripción hecha por el nada sofisticado Harker, es posible que se trate de un vino espumoso o de alta graduación, que en cualquier caso produce un «picor» en la lengua.
Hermannstadt.
Charles Boner, Transylvania: Its Products and Its People (1865).
Si bien algunos estudiosos han ridiculizado este vino como cosa inventada, el único motivo posible por el cual Harker o Stoker han ocultado el nombre del bebido por el primero de estos (o para insertar un episodio alcohólico totalmente ficticio) hubiera podido ser el de hacer la (falsa) identificación de dicho vino con Bistritz. Esto es: si alguien piensa que el nombre Golden Mediasch es ficticio, debe también dudar de si Harker viajó realmente a Bistritz y al desfiladero de Borgo. Véanse al respecto las posibles razones para ocultar la localización en el ensayo introductorio del presente volumen. «El contexto de Drácula».
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 2 - nota 20.
[59] El Manuscrito incluye la siguiente observación, omitida en la narración publicada quizá porque Harker aparecía como poco inglés: «hasta la cena, en que tomé dos vasos de viejo Tokay, el mejor vino que nunca había probado; pero no bebí tanto como hubiera deseado por temor a que fuese demasiado fuerte y a que el Conde quisiera hablar de negocios de inmediato. Un pollo asado fue mi cena».
[60] Este extraño termino —szohordok en húngaro— se aplica, según Magyarland (véase nota 18), a los bancos que pueden verse en el exterior de las casas campesinas, queriendo representar, quizá, un lugar para conversar.
[61] Un diccionario con el texto en varias lenguas.
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 18 - nota 46.
[62] «Armlog» en el Manuscrito. Errores como este (y los espacios en blanco para los nombres de lugar y para datos históricos) dan crédito a la idea de que Stoker cambió la localización de los sucesos descritos en los papeles de Harker en una etapa relativamente avanzada de los preparativos de la narración.
[63] El traductor ha escrito mal la palabra, que ha de ser strigoaica, la mujer vampiro no muerta; strigoi es el vampiro hombre no muerto.
[64] Serbio, esto es, la lengua de Serbia, un estado balcánico situado entre Rumanía y Bosnia.
[65] Montague Summer (nota 48) identifica el varkolac como un ser mítico, pero cita a Agnes Murgoci («The Vampire in Roumania») como fuente de información, según la cual la palabra se aplicaba también a los vampiros «muertos», distintos de los «vivos», asociados íntimamente con las brujas.
[66] Harker nunca lo hace, y la nota recordatoria no figura en el Texto Abreviado.
[67] No se dice nuda del número de componentes de esa «multitud» en el Texto Abreviado.
[68] Frederick Thomas Elworthy se ocupa en su clásico estudio de 1895 titulado The Evil Eye de las protecciones más comúnmente utilizadas: «Si en pasadas edades la mano era considerada como un instrumento del mal cuando era utilizada por los malvados, mucho más lo ha sido como instrumento del bien, poderoso protector contra esa forma especial de maldad que se suponía era transmitida por una persona a otra, bien por medio de los ojos o de un toque perverso». La mano cornuta o «cornuda» es un gesto que aparece representado en muchas culturas y religiones (incluyendo las antiguas estatuas hindúes y los iconos cristianos) como forma de protegerse contra el «mal de ojo» u otras desgracias. Se desconoce por qué los cuernos tienen esta propiedad. Elworthy aconseja así: «Sin embargo, cuando se desea utilizar este gesto contra un individuo concreto, la mano se extiende señalando hacia él, y si no se tiene excesivo miedo, hacia sus mismísimos ojos, tan temidos. Esto, sin duda, si la tal persona está presente, pero si estuviese ausente, el gesto se hace en la dirección hacia donde se supone se encuentra». Un gesto semejante, fiero que no podría ser descrito por Harker como el de los «dos dedos» señalando, es el de la mano fica o manus obscaena, mencionado a través de toda la historia como indicador de desprecio o de desafío, y también utilizado para alejar la brujería u otra malignidad. Parece que Harker se equivoca al pensar que el gesto en cuestión se lo hacían a él, pues es seguro que aquellas gentes no percibían el mal en él. McNally y Florescu (The Essential Dracula) afirman que el folclore rumano tiene pocos gestos de la mano para ser utilizados contra el mal, excepto la señal de la cruz, que se hace con tres dedos.
Mano cornuta.
Frederick Thomas Elworthy, The Evil Eye (1895).
Mano fica.
Frederick Thomas Elworthy, The Evil Eye (1895).
Leatherdale sugiere en Dracula Unearthed que el hecho de que Harker sea inglés explica su ignorancia y le hace particularmente vulnerable. Sin embargo, Elworthy cita un recuerdo del deán Ramsey, quien recordaba cómo, en Yorkshire, él y sus compañeros de colegio solían, entre 1800 y 1810, «poner su pulgar entre el primero y el segundo dedos de la mano señalando hacia abajo como protección infalible contra los poderes de una bruja especialmente maligna y poderosa» (tomado de John Christopher Atkinson, Forty Years in a Moorland Parish). Quizá los habitantes de la localidad sabían de los planes que Drácula tenía acerca de Inglaterra (véase capítulo 4, nota 53).
—— Retorno a otras notas ——
Capítulo 26 - nota 10.
[69] Johnson (On the Track of the Crescent) describe hombres que llevan «una suelta y bordada camisa y unos enormes pantalones de lino llamado gatya. Son tan grandes que cuando el cochero de un magnate se sienta en el pescante cubren toda la parte delantera del carruaje». He aquí otro sospechoso ejemplo de cómo las descripciones de Harker coinciden con las de otros viajeros. Las frases comentadas no aparecen en el Texto Abreviado.
Ejemplos de vestimentas de la región.
Comandante Mayor E. C. Johnson, On the Track of the Crescent (1885).
Gatya.
Comandante Mayor E. C. Johnson, On the Track of the Crescent (1885).
[70] Si bien esto parece raro (y Wolfe, en The Essential Dracula, lo deja de lado como algo que nunca ha aparecido en ningún filme basado en la novela), Crosse (Round About the Carpathians) sí habla de la existencia de carruajes tirados por caballos de cuatro en fondo. Ello está, al parecer, en función del tamaño de la diligencia. Francis Ford Coppola incluye este detalle en su Bram Stoker’s Dracula (1992), que, por lo demás, guarda pocas semejanzas con la novela.
[71] En el Texto Abreviado ha sido omitido el comentario de Harker acerca de la incomprensibilidad de lo que dicen los otros viajeros.
[72] Descrita por Boner (véase nota 18) como «una cadena de bajas colinas que se alzan en el valle situado entre las altas montañas» cerca de Borgó-Prund, al este de Bistritz.
Monte Lemnitzer, el más elevado de los Cárpatos.
G. F. Hering, en John Paget, Hungary and Transylvania (1850).
[73] En su Account of the Principalities of Wallachia and Moldavia, de 1820, escribe Wilkinson: «Los hospodares descuidan a propósito la reparación de esas carretera; el temor a levantar las sospecha de la Puerta y que no piensen que quieren así facilitar el paso de tropas extranjeras hacia los principados les lleva a abstenerse de un trabajo que, en otros aspectos, ha legado a ser tan imperiosamente necesario». Hospodar, o bien Hospadar, como diría Harker, es una corrupción de Gospodar; una habitual palabra rumana que significa «terrateniente» o «señor», aquí con connotaciones aristocráticas. Que Harker cometa el mismo error que Wilkinson parece sospechoso. Nótese que este comentario acerca de la política de la zona es anterior a las explicaciones que recibe de Drácula en el capítulo 3.
Walker y Wright («Locating Dracula») señalan que Harker (y después Van Helsing, Seward y Mina Harker) parece no haberse dado cuenta de ninguno de los cambios «producidos por la industrialización del mundo europeo. Las líneas férreas que conducían a Transilvania funcionaban como eslabones militares con las grandes fortalezas de los Habsburgo de Viena y de Budapest, pero también contribuyeron a la reorganización de la industria textil. Al propio tiempo, la redefinición de la propiedad privada en la agricultura puso en marcha la desaparición del campesinado y la creación de una clase trabajadora industrial». Harker y los cazadores del vampiro tienen en cuenta solamente lo que Walker y Wright llaman «un fragmento fosilizado del mundo antediluviano que sobrevive en la impenetrable montaña del interior».
[74] En el Texto Abreviado, la mayor parte del «color local» ha sido podado de los párrafos siguientes.
[75] De nuevo Harker parece haber tomado su pintoresca descripción de otra fuente; en On the Track of the Crescent, de 1885, Johnson escribe: «Frente a nosotros, hasta donde podían alcanzar nuestros ojos, se veía una interminable extensión de bosque que llegaba hasta la base de la cadena de montañas, brillando con innumerables matices de verde, azul y castaño, y como fundiéndose en un púrpura oscuro conforme se hacía más achaparrado y se perdía en la neblina que rodeaba los rocosos despeñaderos. Esa cadena de altas montañas sobre otra cadena de tierras cultivadas estaba coronada por la imponente “Isten-Szék” (“Silla de Dios”), lugar de nieves eternas».
Leatherdale (Dracula Unearthed) encuentra un serio problema en los pasajes descriptivos de Harker: sostiene que no se refieren al desfiladero de Borgo. Y escribe: «un viaje real daría poco crédito a esta descripción atmosférica. Los rocosos despeñaderos no ascienden hilera tras hilera. El verdadero ascenso es gradual, y en ninguna parte llega más allá de la línea de árboles. La cima del desfiladero es abierta y descubierta, y desde ella se descubren espaciosos panoramas de distantes colinas y de pinares. Para encontrar ejemplos de paisajes mellados desigualmente, como los que existen en torno a la garganta de Bicaz, es preciso desplazarse a cierta distancia del desfiladero de Borgo».
Garganta de Bikasu (Bicaz).
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
En las descripciones de Johnson, de las cuales es evidente que Harker ha copiado cosas, no se dice que se trate del desfiladero de Borgo. Por el contrario, describen una zona cercana a la ciudad de Sächsich-Regen o Szász Régen, ahora llamada Regihn, situada a 80 kilómetros al sur de Bistritz y entonces con una población de 6.000 habitantes. De hecho, es posible que Harker llegase en tren a este lugar y no a Bistritz. El «Baedeker» (Austria, 1896) informa de que la distancia por ferrocarril desde Klausenburg era de 93 kilómetros, recorridas en cuatro horas a través del «fértil valle del Maros» (esto es, unos cuarenta y cinco minutos más corto que el viaje en tren hasta Bistritz). Desde Sächsich-Regen, Harker podría haber tomado un carruaje para ir al desfiladero de Pékas, cerca de Bikasu (hoy conocido como garganta o cañón de Bicaz; Cheile Bicazlui en rumano y Békás-szoros en húngaro, cerca de la ciudad de Bicaz). La zona, con numerosa población de székelys a la que pertenece el mismo Drácula (según su propia declaración, que puede verse más adelante), guarda una gran semejanza con la descrita por Harker, y resulta fácil imaginarse el castillo de Drácula en lo más alto de uno de los espectaculares riscos de tal garganta.
¿Auténtico emplazamiento del castillo de Drácula?
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
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Capítulo 3 - nota 63.
[76] El bocio (en latín struma) es una inflamación del cuello causada por un crecimiento excesivo de la tiroides. Suele producirse como consecuencia de un desequilibrio hormonal o de una dieta pobre en yodo. El que muchos de los habitantes de la zona tuviesen bocio es como una auténtica diagnosis. Por lo general, el yodo se consume en cantidades apropiadas bajo la forma de sal yodada. En ciertas regiones, su presencia resulta insuficiente en la sal natural o en las plantas. Además, verduras tales como repollo, coles de Bruselas, brécol y coliflor, especialmente si se consumen crudas, aumentan la necesidad de yodo. La soja, la linaza cruda, las batatas, el maíz y el mijo también incrementan dicha necesidad. Wilkinson (Account of the Principalities of Wallachia and Moldavia) da cuenta de la gran presencia del bocio entre los transilvanos, lo que ha persistido, pues datos de los años sesenta y setenta del siglo XX muestran que más del sesenta por ciento de la población adulta de los Cárpatos padece tal enfermedad.
Harker equivoca por completo la población del territorio. La región de Mittelland fue ocupada originalmente por rumanos (válacos) junto con un pequeño número de alemanes, menor aún en las zonas montañosas (véase nota 26). Sin embargo, la población rumana es prácticamente invisible a lo largo de toda la novela, tanto en el diario de Harker como en lo que dicen los cazadores de Drácula. Sobre los cambios hechos en el paisaje, véase «Locating Dracula», de Walker y Wright.
[77] Harker debió de tomar esto de Andrew Crosse, quien escribe que el leiter-wagon «es un vehículo desconocido en Inglaterra, y la traducción literal de ladder-waggon difícilmente conlleva la noción correcta del objeto mismo. Este carro, no es necesario decirlo, carece de muelles, pero tiene la facultad de adaptarse a las desigualdades del terreno de forma maravillosa. Tiene, por otra parte, unas vértebras como de serpiente, e incluso se retuerce sobre sí mismo en caso necesario» (Round About the Carpathians).
[78] La puesta de sol tuvo lugar a las 7:36 de la tarde, hora local.
[79] Compárese con Crosse: «Es curioso ver en ocasiones, en los Cárpatos más altos, cómo las nubes se deslizan continuamente por los sinuosos valles» (Round About the Carpathians).
[80] Son pocas, si es que hay alguna, esas empinadas cuestas en el desfiladero de Borgo.
Montañas cubiertas de nieve en el desfiladero de Borgo.
Fotografía de Leslie S. Klinger, mayo 2007.
[81] Como ya se vio (nota 46), el «Baedeker» (Austria, 1896) señala que los 127 kilómetros del trayecto de Bistritz a Kimpolung se recorren en diecisiete horas. El desfiladero de Borgo está de Bistritz a menos de la mitad de dicha distancia. La velocidad media de la diligencia es, de acuerdo con el «Baedeker», de 6 u 8 kilómetros por hora; por lo tanto, viajar unos 48 kilómetros hasta el desfiladero llevaría de seis a ocho horas. Si Harker salió de Bistritz después de comer, digamos a la 1:30 o 2:00 de la tarde, llegó probablemente al desfiladero entre las 8:00 y las 10:00. Sin embargo, si el viaje fue hasta la garganta de Bicaz (también conocida como el desfiladero de Pékas) corresponde de forma más ajustada a su llegada, como él dice, a medianoche. Véase más adelante mapa en p. 491.
[82] Conocido como desfiladero de Tihuta, a 1.200 metros sobre el nivel del mar.
[83] Las Notas indican que eran las 9:00 de la noche, «una hora de adelanto».
[84] La palabra «Bukovina» aparece insertada en un espacio en blanco del Manuscrito por la mano de un «editor». Ello indica que el destino inicialmente señalado no era Bukovina, sino más posiblemente la ciudad de Piatra (hoy Piatra-Neamt), a orillas del río Moldava, al otro lado del desfiladero de Pékas.
[85] Las Notas dicen que el olor a sangre que despide Drácula ha asustado a los caballos.
[86] Leatherdale (Dracula Unearthed) señala que no parece creíble que los «campesinos» que pudieran pagarse un viaje en diligencia tuvieran la más mínima razón para desplazarse a sitio alguno, especialmente en una noche como ésta.
[87] También llamada carretela o cabriolé, era un carruaje de cuatro ruedas tirado por caballos, con un asiento exterior para el conductor y plazas para cuatro viajeros en el interior; tenía un techo plegable.
Una calesa.
«¿Es este el coche del Conde Drácula?»
Bela Lugosi haciendo de cochero y Dwight Frye en el papel de Renfield.
(Nota: en esta película es Renfield y no Harker quien viaja al castillo.)
Drácula (Universal Pictures, 1931).
[88] Los comentaristas coinciden en que se trata de Drácula disfrazado. No queda claro el propósito de tal disfraz, pues tanto el cochero como todos los pasajeros parecen completamente capaces de identificar a ese «hombre alto».
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Capítulo 11 - nota 21.
[89] O bien Drácula lee la mente del cochero o tiene un oído extraordinariamente agudo. Leatherdale (Dracula Unearthed) hace notar que ni el cochero ni los pasajeros parecen tener miedo de Drácula, estando armados como están de crucifijos y otras protecciones de tipo casero, y que por esto es, precisamente, por lo que Drácula desea los «prados más verdes» de Inglaterra.
[90] Gottfried August Burger (1748-1794) compuso la balada Lenore, la oscura historia de una joven que está esperando que su William regrese de la guerra. Cuando finalmente regresa, no es sino un cadáver animado que propone a Leonora llevársela montada en la grupa de su caballo hasta su «lecho nupcial». Llegados al cementerio tras una salvaje cabalgada, es arrastrada por los fantasmas de la necrópolis hasta su ataúd. El verso citado, o una versión del mismo, funciona como especie de coro.
Publicada por primera vez en 1773, Lenore sufrió, en palabras de Montague Summers, The Vampire: His Kith and Kin, «legiones de comentarios hostiles y de parodias, [pero] subsistió por largo tiempo como algo muy conocido y familiar». En 1796 apareció una traducción inglesa; Sir Walter Scott hizo otra, que circuló privadamente. Se dice que Shelley estaba también encantado con el poema. Dante Gabriel Rossetti, vecino de Bram Stoker e íntimo amigo del amigo de Stoker, Sir Hall Caine (véase «El texto de Drácula», nota 3, p. 3), llevó a cabo su propia traducción en 1844, a la edad de dieciséis años, bajo el nombre de Gabriel Charles Rossetti (el cual, por lo demás era sobrino de John Polidori, autor de The Vampyre). Lenore es considerado como uno de los primeros poemas sobre vampiros, precedido sólo por Der Vampir (1748), de Heinrich August Ossenfelder, si bien en Lenore no se menciona el tema de beber sangre.
Es bien interesante que el Texto Abreviado omita tanto el verso en cuestión —una de las más memorables frases del diario de Harker— como la reacción del cochero.
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Apéndice 1 - nota 13.
[91] El slivovitz es un licor de ciruelas del Balcán eslavo. La variedad rumana es conocida con el nombre de tuica, destilada tanto caseramente como por empresas comerciales; tradicionalmente, toda comida comienza con un tuica. Con objeto de probar su eficacia, quien esto escribe consumió una gran cantidad de este licor durante un reciente viaje a Transilvania, y puede informar de que alivia el frío, incluso en las caliente noches de mayo.
[92] Harker había permanecido en el carruaje durante al menos tres horas. No queda claro por qué Drácula retrasa la llegada de Harker al castillo. La medianoche es considerada como el momento más importante de la víspera del Día de San Jorge, y así se lo han dicho a Harker; es cuando el poder de los malos espíritus está en su apogeo. Pero Drácula no se aprovecha de esta oportunidad. También oculta, sin aparente razón, el lugar donde se halla el castillo. Primero, el carruaje regresa hacia el desfiladero de Borgo (esto es, hacia el oeste); después da una media vuelta completa, presumiblemente hacia el este. El investigador Roger Johnson me sugiere, en carta personal, que el retraso forma parte del plan de Drácula para ocultar el sitio donde están los tesoros (véase más adelante el texto correspondiente a la nota 45, capítulo 2). Pero, igualmente, no queda claro por qué Drácula, que parece un potentado, habría de preocuparse en proteger tesoros tan insignificantes.
Esta frase no figura en el Texto Abreviado.
[93] Presumiblemente hacia el sur, si es que el extremo del desfiladero es su lado oriental. Esto coincide con la idea de que el castillo se halla situado en el lado oriental o meridional de las montañas.
[94] En su Transylvania: Its Products and Its People (1865) cuenta Boner un incidente ocurrido durante uno de sus viajes, cuando su cochero le señala un lugar en que había visto una «llama de oro»: «“¿Y qué es eso?”, pregunté». «Es una luz que baila sobre el sitio donde se supone que hay oro enterrado.» En «Transylvanian Superstitions», un artículo de Emily Gerard que aparece mencionado en las Notas de Stoker, se hace una observación semejante: «En la noche del Día de San Jorge (así dicen las leyendas) comienzan a arder [tesoros de oro] o, para decirlo con un lenguaje más místico, comienzan a “florecer” en el seno de la tierra, y la luz que emiten y que es descrita como una llama azulada que recuerda el brillo del espíritu de vino, sirve para guiar a los mortales así favorecidos al lugar donde esos tesoros están ocultos». La autora señala también que las luces vistas antes de la medianoche indican tesoros escondidos por espíritus buenos, mientras que las que aparecen después pertenecen a espíritus malignos. Esto podría explicar el retraso de Drácula: quería buscar tesoros no accesibles a gentes menos poderosas que él mismo.
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Capítulo 2 - nota 45.
[95] Ni esta ni las dos siguientes frases constan en el Texto Abreviado.
[97] Una página completa ha sido cortada del Manuscrito en este lugar (algo obvio por las señales del propio corte y del pegamento), y el único fragmento que parece haber sobrevivido figura en la página siguiente del Manuscrito: «nuestro camino más rápidamente que antes, y los lobos parecía que aullaban muy cerca en torno a mí».
[98] Lo que dice Harker sobre la aparición de la luna implica que esta tenía algún aspecto significativo que se había hecho presente. El 4 de mayo de 1893 —una fecha adscrita a estos acontecimientos por muchos investigadores— la luna hizo su aparición aproximadamente a las 11:30 de la noche, y estaba iluminada en un noventa por ciento. Así, pues, lo que dice Harker sobre la luna es correcto (compárese con la nota 56 del capítulo 3). Pero véase el apéndice 2 de la presente obra para un comentario completo acerca de lo que se dice sobre la luna.
[99] Esta frase, un tanto intrigante, no aparece en el Texto Abreviado. Hay un material eliminado aquí que nos da una pista para «El huésped de Drácula» (véase apéndice 1). Si bien es en parte ilegible, una de las frases eliminadas dice así: «Al tiempo que los miraba, me llevé la mano de modo instintivo al cuello, que tenía todavía dolorido de los lametones del lobo gris, cuya lengua parecía una lima»
[100] Otro término para «coche de caballos». Se refiere al carruaje ya conocido como «calesa».
[101] McNally y Florescu (The Essential Dracula) declaran que «Transylvanian Superstitions», de Emily Gerard, es la fuente sobre la creencia según la cual los vampiros controlan a los lobos, pero ello no figura aquí.
[102] En el Manuscrito se lee lo siguiente, que difiere del texto publicado: «hasta que desperté de una especia de ensoñación del sueño en que debí de haber caído…».