[1] Vincent Starrett, «221B», Sherlockiana: two sonnets, Ysleta, Edwin B. Hill, 1942.
[2] Gabriel Ronay, The Truth about Dracula, Nueva York, Stein and Day, 1972, p. 164.
[3] La profesora de Literatura Inglesa Nina Auerbach sugiere que Trilby influyó en la novela de Stoker (Women and the Demon: The Life of a Victorian Myth, Cambridge, Harvard University Press, 1982, pp. 15-34). Sin embargo, tal como se evidencia en las Notas, Drácula estaba muy lejos en el tiempo cuando se publicó Trilby.
[4] Jane Stoddard, «Mr. Bram Stoker. A Chat with the Author of Dracula», British Weekly, 1 de julio de 1897.
[5] Quienes contabilizan este tipo de cosas han coronado a Sherlock Holmes como el personaje más cinematográfico de todos los tiempos, seguido por Drácula y después por Tarzán. Sin embargo, las películas relacionadas con Drácula se estrenan con regularidad, mientras que Tarzán parece haberse perdido en las selvas.
[6] Para una lista parcial, véase J. Gordon Melton y Robert Eighteen-Bisang, «Vampire Fiction for Children and Youth, 1960-Present», Transylvanian Journal 2 (1996), pp. 24-30.
[7] En vernácula, «Acerca de cadáveres masticados».
[8] John William Polidori, «The Vampire», New Monthly Magazine, abril 1819.
[9] Todo ello aparece en la controvertida película de 1986 titulada Gothic, en la que Gabriel Byrne encarna a Byron y Natasha Richardson a Mary Shelley. Una imagen central del filme, aquí reproducida, es el inquietante cuadro La pesadilla, de Fuseli (1781), que bien podría representar a un vampiro.
La pesadilla.
Henri Fuseli, 1781.
[10] La finiquitada pero perdida novela es brillantemente imaginada por John Crowley en su Lord Byron’s Novel: The Evening Land, Nueva York, William Morrow, 2005.
[11] Existe todavía alguna controversia acerca de si fue Rymer quien escribió Varney o si fue obra de Thomas Peckett Prest (1810-¿1859?), autor de numerosos y vulgares folletines y creador del demoniaco barbero Sweeney Todd. Prest defendía que Varney se basaba en sucesos realmente ocurridos a comienzos del siglo XVIII, pero también que Sweeney Todd había existido.
Las citas que siguen proceden de Varney el vampiro, o la fiesta de la sangre, 1847 (reedición en Nuerva York, Dover Books, 1972).
[12] En Polidori, Ruthven desaparece después de matar a la hermana de Aubrey. Se dice que Sir Francis Varney se ha arrojado al Vesubio, pero (como se verá en Drácula) los rumores que corren acerca de la muerte de un vampiro son, a menudo, exagerados.
[13] Carmilla aparece por primera vez en la revista The Dark Blue, en los números de enero, febrero y marzo de 1872; más tarde fue incluida en el volumen de narraciones cortas de Le Fanu, titulado En un vidrio misterioso (1872).
[14] Joseph Sheridan le Fanu, «Carmilla», en Raymond T. McNally (ed.), A Clutch of Vampire, Greenwich, New York Graphic Society, 1974.
[15] La historia de Carmilla ha sido llevada a la pantalla en varios filmes. El director danés Carl Dreyer la adaptó en líneas generales en su película Vampyr, de 1935. Et mourir de plaisir, del francés Roger Vadim, distribuida en Inglaterra con el título de Blood and Roses (de 1960; con Annette Vadim como Carmilla y con cinematografía de Claude Renoir), se basa en Carmilla y está considerada como uno de los más importantes filmes del género vampiresco. Hammer Film Productions también llevó a cabo adaptaciones bastante libres de Carmilla con su trilogía Las amantes del vampiro (1970), Lust for a Vampire (1971) y Twins of Evil (1971). Ingrid Pitt personificaba a Carmilla en la primera de estas producciones, y Peter Cushing, al general Spielsdorf; pechos femeninos y sangre aparecían aquí generosamente, de acuerdo con el tradicional estilo Hammer. Aunque Cushing —también conocido por sus numerosas versiones de Van Helsing y de Sherlock Holmes— puede ser considerado como esencial en cualquier película de vampiros de Hammer Film Productions, no figura, curiosamente, en Lust for a Vampire.
Ingrid Pitt en el papel de Mircalla Karnstein.
Las amantes del vampiro, (Hammer Film Productions, 1970).
[16] «The Adventure of the Sussex Vampire», en Arthur Conan Doyle, The New Annotated Sherlock Holmes, vol. 2, con notas de Leslie S. Klinger, Nueva York, W. W. Norton, 2005, pp. 1556-1558 [ed. cast.: «La aventura del vampiro de Sussex», en Sherlock Holmes anotado. Relatos II, traducción de Lucía Márquez de la Plata, Madrid, Akal, 2011, p. 1556].
[17] Sir Arthur Conan Doyle, colega por largo tiempo del Dr. Watson, escribió a Bram Stoker el 20 de agosto de 1897 lo siguiente: «Le escribo para decirle qué bien lo he pasado leyendo Drácula. Yo creo que es la mejor narración diabólica que he leído en muchos años» (carta original en el Harry Ransom Humanities research Center, Universidad de Texas, Austin, citada por Elizabeth Millar [ed.], en Bram Stoker’s Dracula. A Documentary Volume, Detroit, Thomson. Gale, 2005).
[18] Bram Stoker, Personal Reminiscences of Henry Irving, vol. I, Nueva York, Macmillan and Co., 1906.
[19] Hall Caine, «Bram Stoker: The Story of a Great Friendship», Daily Telegraph, 24 de abril de 1912 (Londres).
[20] Phyllis A. Roth, Bram Stoker, Boston, Twayne Publishers, 1982, p. 137.
[21] Dracula’s Guest and Other Weird Stories, Londres, Routledge, 1914.
[22] Stoker encontró el nombre en la historia, incompleta, de Transilvania de William Wilkinson (1820), y lo adoptó para la criatura que había llamado originalmente «el Conde Vampiro».
[23] Elizabeth Miller, Dracula: Sense and Nonsense, Southend-on-Sea, Desert Island Books, 2006, p. 160.
[24] Sin embargo, Mina Harker le ve más adelante con bigote negro y barba puntiaguda (véase capítulo 13, nota 38).
[25] Clive Leatherdale, Dracula: The Novel and the Legend. A Study of Bram Stoker’s Gothic Masterpiece, (edición revisada) Westcliff-on-Sea, Desert Island Books, 2001, p. 125.
[26] La conducta médica del Dr. John Seward —y en especial su ética profesional— no eran sensiblemente mejores, quizá como consecuencia directa de la influencia de Van Helsing (véanse, por ejemplo, capítulo 10, nota 27, y capítulo 21, notas 1 y 7).
[27] Leonard Wolf, A Dream of Dracula: In Search of the Living Dead, Boston, Little, Brown and Co., 1972, pp. 208-209.
[28] Este es uno de los más problemáticos aspectos de los «Papeles de Harker»: ¿por qué Drácula eligió Whitby como su primer destino en Inglaterra? ¿Podría ser que hubiera tenido contacto telepático de larga distancia con Lucy Westenra antes del viaje de Harker hasta su castillo y planificase desembarcar en Whitby porque sabía que Lucy estaría allí? Dos películas proponen que Drácula se sintió atraído por Inglaterra al haber descubierto que Mina era la reencarnación de su primera mujer (en Drácula, de Bram Stoker, 1992, de Francis Ford Coppola y guión de James V. Hart) o bien Lucy (en Dracula, 1973, hecha para la televisión por Dan Curtis, con guión del eminente autor de ciencia ficción Richard Matheson y con Jack Palance como protagonista); en ambos casos, el Conde pretendía reunirse con su «esposa» por toda la eternidad. Sin embargo, nada en los «Papeles de Harker» sugiere que Drácula hubiese tenido ningún conocimiento previo de la existencia de Lucy (o de Mina), y, aunque satisfactoria desde un punto de vista romántico, es una idea que debe ser rechazada.
[29] No hay prueba definitiva de que Drácula fuese el causante de las muertes del capitán o de los tripulantes del Demeter. Lucy murió probablemente como consecuencia de las transfusiones de sangre a las que fue sometida. Morris fue muerto por los gitanos.
[30] Durante todo este proceso, Stoker trabajó in camera con Drácula, sin consultar a los Harker ni a nadie más. Al preparar y aprobar la versión final, Drácula, quizá de manera comprensible, puso de relieve los peores y más débiles aspectos del carácter de sus enemigos. Sólo después de publicada la novela, pudieron los supervivientes ponerse en contacto con Stoker y convencerle para que suavizara los retratos tan duros que había hecho de ellos, lo que llevó a cabo en un texto publicado en 1901. La edición del Drácula de bolsillo de dicho año (a partir de aquí mencionada como el «Texto Abreviado») había sido, en efecto, abreviada y revisada, y reducido su contenido en aproximadamente un quince por ciento. En la reedición de 1994, titulada Dracula: The Rare Text of 1901, el investigador Raymond T. McNally afirma en su introducción que el texto había sido abreviado por el propio Stoker, y lo mismo asegura el editor Robert Eighteen-Bisang en su prefacio, si bien ninguno tiene pruebas de ello. De modo semejante, Richard Dalby y William Hughes, preparadores de Bram Stoker: A Bibliography, afirman de modo rotundo que la edición de 1901 «fue hábilmente revisada y abreviada por el propio Stoker» (Dalby asegura poseer un ejemplar de Drácula con notas a lápiz con una letra que parece la de Stoker; aparentemente preparativos para un texto abreviado). La posibilidad de que el trabajo de reducir el texto sea la obra de un editor es apuntada por Elizabeth Miller en «Shape-Shifting Text: Editions and Versions of Dracula».
Si bien muchos de los cambios del Texto Abreviado han podido ser hechos para adecuarse a las exigencias editoriales de reducir la extensión previa (y facilitar así una lectura más sencilla), mucho mayor número de esos cambios parecen haberse llevado a cabo con objeto de mejorar la «imagen» de algunos de los personajes y actores de la narración, que sin duda no tuvieron ocasión de aprobar por adelantado la versión original. El prefacio de Stoker para la edición islandesa de la novela (véase un poco más adelante) pone en claro que él conocía personalmente a los principales personajes, y parece totalmente plausible que, con la inesperada popularidad alcanzada con su publicación, hiciese cambios en la obra para satisfacerles a ellos y a otros afectados. Hay cambios, por lo demás, que tienen orígenes más oscuros y podrían ser correcciones resultantes de un nuevo examen de los «Papeles de Harker» por parte de Stoker o de otras personas. También hay evidencias complementarias de que el propio Drácula haya podido hacer sus propios cambios y correcciones con objeto de ocultar sus secretos todavía más. Aunque el texto ofrecido en el presente volumen corresponde al de la primera edición, las diferencias dignas de ser notadas entre esta y el Texto Abreviado se indican in situ.