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DRÁCULA DESPUÉS DE STOKER
Narraciones sobre el Conde

¿Conoce todos los misterios de la vida y de la muerte?

— P R O F E S O R   A B R A H A M   V A N   H E L S I N G

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DESPUÉS DE DRÁCULA, historias y libros sobre vampiros se expandieron en círculos cada vez más amplios, «como las ondas de una piedra arrojada al agua», en palabras de Van Helsing. Aunque la investigadora Margaret L. Carter considera que Drácula es una obra de ficción, tiene razón al afirmar que «más rápida y más ampliamente que cualquier obra de ficción en cualquier otro campo… el Drácula de Bram Stoker ha llegado a ser el modelo definitivo de toda la narrativa vampiresca posterior»[1]. Los escritos subsiguientes a Drácula pueden dividirse en dos amplias categorías: historias de vampiros sin referencia directa a Drácula y serios trabajos que tienen en cuenta los sucesos que se describen en la novela y acontecimientos posteriores. La primera categoría es enorme, y su estudio detallado sobrepasaría con mucho nuestros límites[2]. Algunas de las más importantes obras —los libros de Anne Rice y de Chelsea Quinn Yabro, así como las crónicas de Buffy, la asesina de vampiros— son tenidas en cuenta en «El árbol genealógico de Drácula», más adelante, en el presente libro.

La primera reinterpretación de la novela de Stoker es The Dracula Archives (1971), de Raymond Rudorff. Relatando acontecimientos que conducen al encuentro de Jonathan Harker con el Conde (y fechados explícitamente de 1876 a 1890), la obra muestra los preparativos de conquista del señor de los vampiros, y sugiere que la destrucción que Van Helsing llevó a cabo de la descendencia de Drácula no fue tan completa como él había creído. Drácula aparece como un inalterable malvado y desposeído de todas sus características humanas cuando se transformó en un no muerto.

Raymond Rudorff, The Dracula Archives (1971).

The Dracula Tape (1975), de Fred Saberhagen, ofrece una divertida y refrescante mirada a los acontecimientos descritos en la narración de Stoker. Soberhagen afirma que Drácula es inocente de todos los crímenes que se le atribuyen y sus actividades no son bien comprendidas; todo lo que quiere es ser aceptado como «normal». Van Helsing es el malvado fanático de la obra, que mata a Lucy con sus equivocadas transfusiones de sangre y acaudilla al supersticioso grupo de cazadores en su implacable persecución de Drácula, quien acaba fingiendo su propia muerte para escapar de sus verdugos y mantener una relación informal con Mina Harker durante muchos años.

Fred Saberhagen, The Dracula Tape (1975).

El libro de Saberhagen constituyó todo un éxito y no es sorprendente que escribiera más historias acerca del «buen» Conde Drácula. Una de sus series[3] más interesante es la titulada The Holmes-Dracula File (1978), en la cual Drácula y Sherlock Holmes trabajan juntos para desbaratar una ridícula conspiración de John Seward (¡!). La serie va y viene en el tiempo, desde el Chicago de la última década del siglo XX hasta los orígenes de Drácula, y a menudo puede verse a este luchando contra enemigos vampíricos que no comparten su gusto por hacer el bien.

La relación entre Drácula y Sherlock Holmes ha sido explorada también en otros libros. La autora de obras de misterio Loren Estleman comenzó su carrera con Sherlock Holmes versus Dracula: or, the Adventure of the Sanguinary Count (1978), un «correctivo» a la novela de Stoker en que se revela el decisivo papel de Holmes en la derrota del Conde. Scarlet in Gaslight (1987-1988), una serie de cuatro libros ilustrados de Martin Powell y Seppo Makinen, es una compleja historia de Holmes contra Moriarty, en la cual intervienen Van Helsing, Lucy Westenra, la actriz Sarah Bernhardt y Drácula (que se alía con Holmes para derrotar al no muerto Moriarty). En A Tangled Skein (1995), de David Stuart Davies, Holmes debe resolver una serie de misteriosos crímenes en Hampstead Heath, que acaban llevando hasta Drácula[4].

Loren Estleman. Sherlock Holmes vs. Dracula: or, The Adventure of the Sanguinary Count (1978).

Martin Powell y Seppo Makinen, Scarlet in Gaslight (1987-1988).

Implicando tangencialmente a los hermanos Holmes (Sherlock y Mycroft), pero explorando el futuro de Drácula de una forma seria pero también muy entretenida, encontramos el Anno Dracula (1992), de Kim Newman, y sus secuelas[5]. Newman imagina que Van Helsing y sus colegas fracasan en su intento de destruir a Drácula, que consigue instalarse firmemente en Londres. Llega a ser príncipe consorte de la reina Victoria, y por medio de un decreto real hace de Inglaterra un santuario para los vampiros, que ocupan casi todos los puestos de autoridad y de prestigio. Anno Dracula narra el conflicto entre el Conde y el Diogenes Club, una hermandad secreta organizada por Mycroft Holmes. Aparecen abundantes personajes de la novela de Stoker y algunos otros de los «Papeles de Harker»; por ejemplo, Kate Reed, la amiga de Mina Harker, se transforma en mujer vampiro y figura en numerosas historias de Newman. En un escenario londinense de fin-de-siècle mucho más amplio de lo que aquí se menciona, incluyendo la sorprendente identidad de Jack el Destripador, el libro explica cómo los mortales se sienten seducidos por los atractivos del vampirismo y cómo las necesidades del vampiro no son otra cosa que una extensión del orden social.

Kim Newman, Anno Dracula (1992).

En The Bloody Red Baron (1995), también de Newman, Drácula ha sido expulsado de Inglaterra y encuentra nuevo estatus y poder como canciller del káiser Wilhelm, a quien ayuda a crear una fuerza aérea de vampiros dirigida por el vampirizado Barón von Richthofen. Drácula no muere hasta 1959, en la víspera de su boda con una princesa transilvana, destruido por un misterioso agresor en la Roma de Fellini y rodeado de la dolce vita. El investigador David L. Hammer coincide con el punto de vista de Newman sobre la potencial «civilización» del monstruo tradicional cuando escribe: «El vampirismo tiene una buena posibilidad de ser considerado en Inglaterra como esencialmente una excentricidad, con tal, claro está, de que el vampiro se comporte con las debidas formas, de acuerdo con lo que es correcto, evite excesivas exhibiciones en público y no haga daño a los pájaros ni a otros animales»[6].

La serie de libros de cómics de gran éxito de Marv Wolfman publicada con los títulos de The Tomb of Dracula y Dracula Lives! (1972-1979) imagina también las aventuras de Drácula después de su encuentro con Van Helsing. En un espacio de tiempo que va desde el siglo XV hasta el presente, estas historias ofrecen un Drácula que no es ni bueno ni malo. Muchas personas que buscan la inmortalidad y el poder se siente atraídas por él, pero Drácula sigue su propio camino, sencillamente sobreviviendo. En los tiempos modernos es perseguido por un equipo de cazadores dirigido por Quincey Harker, hijo de Mina y de Jonathan, y en el cual figuran un descendiente de Van Helsing y un descendiente mortal del propio Drácula. Al final, Drácula, desprecia un ofrecimiento de amor inmortal, diciendo a la mujer vampiro que se lo hace que todos ellos deben permanecer aparte y por encima del «rebaño humano», tras de lo cual regresa solo a su tumba.

Marv Wolfman, The Essential Tomb of Dracula

(vol. 1, Nueva York, Marvel Comics, 2003).

The Historian (2005), el gran éxito de Elizabeth Kostova, también sigue tras la estela de la novela de Stoker. Paul, el historiador que da el título a la obra, se embarcó siendo estudiante en una investigación histórica sobre Vlad el Empalador. La narradora es la hija de Paul, que cuenta el examen que lleva a cabo del misterioso pasado de sus padres. Mediante el estudio de antiguos textos y el descubrimiento de pistas dispersas por Europa, averigua que Vlad (o Drácula) continúa siendo lo bastante poderoso como para bloquear a quienes quieren encontrarle. El propio Drácula sólo aparece en unas pocas escenas del libro, pero lo que dice acerca de su origen y subsiguientes actividades tiene una buena base histórica y está íntimamente relacionado con la novela de Stoker.

Es más que probable que la poderosa narración de Stoker, con sus ambigüedades e incertidumbres, continúe desafiando a los escritores durante muchos años. Pese a que hay quienes critican obras como las de Saberhagen o Newman por considerarlas «pastiches» —palabra tomada del italiano pasticcio, «pastel», para describir obras imitadas y con una cualidad como de postre dulce y variado—, puede haber solidez en ellas. El escritor y cineasta Nicholas Meyer, él mismo un «pastichista», señala que, al igual que el breve texto de la misa católica ha inspirado a artistas desde Vivaldi a Leonard Bernstein para crear variaciones musicales altamente admirables, también las grandes narraciones inspiran a otros autores para crear importantes «variaciones»[7]. Los «Papeles de Harker» y la interpretación de Stoker continuarán inspirando a las futuras generaciones a pensar artísticamente la verdad de la historia de Drácula.