Días después, al regresar a casa tras un agotador día en la oficina, Kate entró a la habitación de Ollie con el pretexto de coger un CD de música. Sabía que estaba hablando con Sam a través de facebook o de algún chat de internet. Como buena actriz fingió que no lo encontraba en la estantería de Ollie, y su hija dejó de hablar con su padre para ayudarla. Ollie, al ver que allí no estaba el CD, salió de la habitación y Kate aprovechó y apuntó la dirección del chat donde se encontraba hablando Sam con su hija así como de su nick, Talabuki. A los pocos minutos regresó Ollie sin el CD que su madre le pedía y Kate, sin darle más importancia, salió de la habitación, sonriendo porque había conseguido lo que en realidad había ido a buscar.
La noche siguiente Kate puso el portátil sobre la cama y sacó el papel con la dirección que había apuntado. Ahora solo necesitaba reunir el valor suficiente para entrar en Internet y buscarle. Anhelaba hablar con él. Lo necesitaba. Con manos temblorosas entró en la dirección que tenía apuntada y vio varios nombres. Entre ellos Talabuki. Durante un rato miró la pantalla y al final sin darse un segundo más a pensar le abrió un privado y esperó. La contestación no tardó en llegar.
TALABUKI› ¿Querías algo?
LANA› hablar contigo, pareces agradable.
TALABUKI› aquí todos somos agradables, pero gracias por el cumplido.
LANA› ¿de dónde eres?
TALABUKI› Hawái ¿y tú?
LANA› Nueva York ¿Lo conoces?
TALABUKI› viví los mejores años de mi vida en NY.
LANA› suena triste como lo dices.
TALABUKI› la vida es triste a veces.
LANA› sí, tienes razón.
De esta manera Kate comenzó por Internet una relación de amistad con Sam sin decirle que se trataba de ella. Muchos días se conectaban desde sus respectivas ciudades y charlaban sobre cómo les había ido el día.