No es un caso para la red de amigos de los médiums

11 de julio de 2001

Leí la historia de Phil Egan sobre los encantamientos en el edificio Breviary con gran preocupación. Parecía interpretar equivocadamente que los fantasmas y los demonios son la misma cosa: no lo son. Los fantasmas son las manchas persistentes que los humanos dejan en la Tierra una vez que su espiral mortal es abandonada. Los demonios nunca fueron humanos y no existen en esta dimensión. Solo pueden interferir en las vidas de los hombres que los invoquen mediante sesiones de espiritismo u otros medios, brindándoles un portal. La naturaleza del encantamiento que el señor Egan describe no es específica de ninguna persona, ni tampoco su autor parece querer redención. Así que ya ven, no es un fantasma encantando a los inquilinos de la 110 oeste. Con los fantasmas se puede argumentar. Esto es un demonio, y el edificio en sí mismo es el portal. Advierto enérgicamente contra la práctica de exorcismos o el uso de médiums bajo estas circunstancias, pues la atención otorga fuerza a estas bestias. También recomendaría una evacuación inmediata del edificio.

Atentamente,

Ronald McGuinn

Doctor en Parapsicología, universidad de Edimburgo

Carta al editor, Star Magazine