Es la hija de Julián Martínez, el fiel mayordomo de los Echagüe. Desde su infancia estaba enamorada del joven César, sin que jamás descubriera sus sentimientos. Conocedora de la identidad del «Coyote» le ayudó fielmente. Al morir Leonor, ella se hizo cargo del pequeño César, cuidándolo mientras su padre marchaba lejos de California. Al volver don César a California, Guadalupe siguió siendo su mejor colaboradora, conservándose siempre fiel a su amor que al fin fue comprendido por don César, celebrándose la boda en «El Diablo en Los Angeles». Al poco tiempo nació del matrimonio. Leonorín de Echagüe.