RESUMEN

Los asesinatos en las Tierras de sangre adoptaron cinco formas. Primero, Stalin emprendió la modernización a través de la colonización de la Unión Soviética. Los soviéticos crearon un vasto sistema de campos de trabajo conocido como el Gulag, colectivizaron la agricultura y construyeron fábricas, minas y canales. Cuando la agricultura colectivizada condujo al hambre, se acusó de ello a determinados grupos, en primer lugar a los ucranianos. Más de cinco millones de personas murieron de hambre en la Unión Soviética a principio de los años treinta, la mayoría de ellos en la Ucrania soviética. El hambre fue causada por la agricultura colectiva, pero la hambruna letal fue obra de la política.

Después, los soviéticos efectuaron una retirada hacia el terror. En el Gran Terror de 1938 y 1939, el gobierno soviético identificó a los campesinos, las víctimas de la colectivización, como la principal amenaza contra el poder de la URSS. Los que habían sobrevivido al hambre fueron pasados por las armas. Al mismo tiempo, el gobierno soviético definió a ciertas minorías como enemigas. Casi setecientas mil personas aparecen en los archivos como ejecutadas en el Terror, aunque el verdadero número puede ser algo mayor. Una parte desproporcionadamente alta de ellas eran trabajadores agrícolas y polacos soviéticos.

En 1939, los soviéticos y los alemanes invadieron Polonia de manera conjunta y llevaron a cabo una política de desilustración. Razonando desde ideologías diferentes, pero extrayendo conclusiones similares, alemanes y soviéticos mataron a unos doscientos mil ciudadanos polacos entre 1939 y 1949, con una proporción excesiva de personas instruidas que representaban la cultura europea y que hubieran podido liderar la resistencia. Cuando los soviéticos ejecutaron a los 21 892 oficiales polacos y otros en Katyn y otros cuatro lugares en primavera de 1940, imitaban una campaña de asesinatos alemana que se estaba llevando a cabo al mismo tiempo. Los soviéticos y los alemanes deportaron además en esa época a alrededor de un millón de ciudadanos polacos, que fueron a engrosar los sistemas de campos alemanes y soviéticos. Los alemanes encerraron a los judíos polacos en guetos, con la previsión de deportarlos a todos. Decenas de miles de judíos murieron de hambre y enfermedades cuando los guetos se convirtieron en campos de trabajo improvisados.

Después de que los alemanes rompieran la alianza e invadieran la Unión Soviética en junio de 1941, los dos países enemigos mataron civiles siguiendo un esquema de complicidad beligerante. En la Bielorrusia soviética ocupada por los alemanes, los soviéticos estimularon la actividad de la resistencia y los alemanes ejecutaron a más de trescientas mil personas en respuesta. Estos asesinatos masivos tuvieron poco que ver con las represalias en el sentido convencional del término. Al final, los alemanes ejecutaban a las mujeres y niños bielorrusos porque eran un estorbo, y se llevaban a los hombres como trabajadores esclavos. En Varsovia, las fuerzas soviéticas estimularon primero un levantamiento polaco y después contemplaron, sin implicarse, cómo los alemanes mataban a más de cien mil polacos y destruían la ciudad.

Hitler concibió una desmodernización colonial de la Unión Soviética y de Polonia que hubiera costado decenas de millones de vidas. El gobierno nazi consideraba que la frontera del este debía ser despoblada y desindustrializada para después convertirse en el dominio agrícola de los amos alemanes. Esta visión constaba de cuatro partes. Primero, el estado soviético caería después de una victoria relámpago en verano de 1941, igual que se había hundido el estado polaco en verano de 1939, dejando a los alemanes con el control completo de Polonia, Bielorrusia, Ucrania, Rusia occidental y el Cáucaso. Segundo, un Plan de Hambre mataría de inanición a unos treinta millones de habitantes de esas tierras en el invierno de 1941-1942, cuando los alimentos se desviaran a Alemania y a Europa occidental. Tercero, los judíos de la Unión Soviética que sobrevivieran a la hambruna, junto con los judíos polacos y otros judíos bajo dominio alemán, serían eliminados de Europa en una Solución Final. Cuarto, un Generalplan Ost preveía la deportación, asesinato, esclavización o asimilación de las poblaciones restantes y el asentamiento en el este de Europa de colonos alemanes durante los años posteriores a la victoria. El espacio vital de los alemanes sería el espacio mortal de los demás.

Cuando la Unión Soviética se defendió y no fue posible una victoria relámpago, Hitler y los líderes alemanes adaptaron los tres planes restantes a la nueva situación y mataron a unos diez millones de personas, menos de las originalmente planeadas. Se abandonó el Plan de Hambre en su concepción inicial y se aplicó sólo a zonas bajo el control alemán. En consecuencia, un millón de personas fueron exterminadas por el hambre en la Leningrado sitiada, y más de tres millones de prisioneros de guerra soviéticos murieron de hambre y abandono. Al continuar la guerra, los alemanes empezaron a usar a los prisioneros como trabajadores forzados en lugar de dejarlos morir de hambre. El gran esquema colonial del Generalplan Ost no podía llevarse a cabo sin una victoria total y ésta no estaba a la vista. Se probó en áreas de la Polonia ocupada, donde se deportó a los polacos con el fin de crear espacio para las colonias raciales alemanas. Su concepto esencial también se hizo visible en la decisión alemana de destruir físicamente la ciudad de Varsovia en respuesta al levantamiento del verano de 1944. Tanto en el caso del Plan de Hambre como en el del Generalplan Ost, los planes de asesinato en masa hubieron de ser reducidos y aplazados. La meta general de la colonización nunca fue abandonada.

La Solución Final, en cambio, se ejecutó hasta donde fue posible. En su versión original debía tener efecto después de la guerra. Cuando, en la segunda mitad de 1941, se hizo evidente que la guerra no marchaba según lo planeado, Hitler dejó claro su deseo de que la Solución Final se realizara de inmediato. Por entonces ya se habían propuesto cuatro versiones de una Solución Final por deportación, que se descartaron por impracticables. La invasión de la Unión Soviética y su fracaso mostraron la forma en que se podía sacar a los judíos de Europa: mediante el asesinato en masa. Los Einsatzgruppen, dedicados en su origen a eliminar enemigos políticos, fueron usados para ejecutar a los judíos. Batallones de la Policía del Orden alemana cuya misión original era patrullar la Unión Soviética conquista da se emplearon en acciones de asesinato masivas. Para diciembre de 1941, cuando Hitler manifestó que esperaba que todos los judíos bajo control alemán fueran exterminados, se disponía de una nueva técnica de asesinato en masa. La asfixia por monóxido de carbono, utilizada primero en un programa de «eutanasia», se adaptó para su uso en camionetas de gas en la Unión Soviética ocupada, y después en instalaciones permanentes en la Polonia ocupada. Al campo de trabajo de Auschwitz se le añadió una factoría de la muerte donde se utilizaba cianuro de hidrógeno el lugar de monóxido de carbono como agente letal. Los judíos de la Polonia ocupada, ya agrupados en guetos con vistas a la deportación, fueron enviados a Bełżec, Sobibor, Chelmno, Treblinka, Auschwitz y Majdanek, donde los gasearon.