Notas del capítulo 6

[1] Browning y Gerlach han debatido sobre si la decisión de Hitler se produjo en verano-otoño o en diciembre de 1941. En este capítulo sostengo que la ejecución de judíos fue la quinta versión de la Solución Final, y la primera que mostró viabilidad. La idea de erradicar a los judíos de Europa mediante el asesinato tuvo que estar presente en las mentes de Himmler y Hitler no más tarde de agosto. Es bastante posible que ambos lo discutieran de manera explícita, aunque no era necesario que lo hicieran. Reinhard Koselleck (Futures Past, 222) cita a Hitler, quien a su vez estaba citando a Dostoievski (supongo que sin saberlo) en Crimen y castigo: para tener planes no es necesario admitir tenerlos, ni siquiera ante uno mismo. Para mis propósitos, la fecha más importante es diciembre de 1941, puesto que fue en esa época en la que otros colaboradores de Hitler comprendieron que la Solución Final implicaba el asesinato en masa de la totalidad de los judíos y no la ejecución de algunos y la deportación de otros. <<

[2] Véanse no obstante las importantes revisiones del papel de Speer en Tooze, Wages of Destruction. El problema en su forma clásica se plantea en Milward, German Economy, 6-7 y passim. Cita: Longerich, Himmler, 561. No es posible tratar aquí el amplio debate sobre institucionalismo y funcionalismo. Ese debate empezó antes de que se comprendiera la importancia fundamental del frente del Este para la cuestión del Holocausto. Como otros estudiosos, sostengo que la concepción y la posibilidad de llevar a cabo una Solución Final mediante el asesinato en masa surgió de una combinación de señales desde arriba (por ejemplo, de Hitler a Himmler, de Himmler a Bach) y desde abajo (por ejemplo, del Einsatzgruppe A a Himmler, de Himmler a Hitler) o de señales simultaneas en ambas direcciones (las relaciones entre Jeckeln y Himmler). El lugar donde el asesinato apareció como método de la Solución Final fue el frente del Este, donde la técnica principal fue la ejecución por las armas. <<

[3] Cita: Mazower, Hitler’s Empire, 368. Sobre Wannsee, véase Gerlach, «Wannsee», y Longerich, Unwritten Order, 95. Véase también, en general, Roseman, Villa. La conexión entre Hitler y la administración civil de Rosenberg se establece en Lower, «Nazi Civilian Rulers», 222-223. <<

[4] Einsatzgruppe A, B, C, D, respectivamente: 990 hombres, 655 hombres, 700 hombres, 600 hombres. Véase MacLean, Field Men, 13. Sobre «escasos en número», véase Browning, «Nazi Decision», 473. Sobre la importancia de la Policía del Orden, véase Pohl, «Scbauplatz», 152. El recuento de muertos es de Brandon, «First Wave». A finales de 1941 los Einsatzgruppen habían matado a, al menos, 457 436 judíos. <<

[5] Esto no se defiende de forma explícita en estos términos en Longerich, Himmler, pero considero que la interpretación cuadra con los argumentos presentados aquí. Comp. Gerlach, Kalkulierte Morde, 115, y Luck, «Partisanbekämpfung», 229. <<

[6] Cita: Wasser, «Raumplannung», 51. Véase también Mazower, Hitler’s Empire, 378 y passim, y Steinberg, «Civil Administration», 647. <<

[7] Las tierras de Rumanía tomadas por Stalin fueron invadidas por el ejercito rumano, no por el alemán. Las seguía el Einsatzgruppe D; véase Angrick, Besatzungspolitik. <<

[8] Véase Snydei; Reconstruction. <<

[9] Las cifras de deportaciones se encuentran en Angrick, Riga, 46. Si se incluye el reclutamiento, el total asciende a 34 000. <<

[10] MacQueen, «Wbite Terror», 97; Angrick, Riga, 59. En los doscientos mil incluyo a los judíos de Vilna y de zonas colindantes anexionadas a Lituania. <<

[11] Arad, Soviet Union, 144, 147; MacQueen, «Wbite Terror», 99-100; Angrick, Riga, 60. <<

[12] Tomkiewicz, Ponary, 191-197. <<

[13] Ibid. 203. <<

[14] Angrick, Riga, 66-76. Véase también Arad, Soviet Union, 148. <<

[15] Weiss-Wendt, Estonians, 39, 40, 45, 90, 94-105. <<

[16] La cifra de 9817 se encuentra en Verbrechen, 93. Véase también Wnuk, Za pierwszego Sowieta, 371 (11 000-12 000), y Hryciuk, «Victims», 183 (9400). <<

[17] Sobre las políticas antijudías de entreguerras, véase, en general, Polonsky, Politics, y Mendelsohn, Jews. <<

[18] Sobre Bialystok, véase Matthaus, «Controlled Escalation», 223, y Verbrechen der Wehrmacht, 593. Spektor (en «Zydzi wotynscy», 575) cuenta treinta y tres pogromos en Volhynia; y los autores y editores de Wokól Jedwabnego, unos treinta en la región de Bialystok. <<

[19] Sobre el número total de judíos muertos (19 655), véase Brandon, «First Wave». Sobre «cientos de judíos corren calle abajo…», véase Verbrechen der Wehrmacht, 99. Sobre la nacionalidad de los prisioneros, Himka, «Etbnicity», 8. <<

[20] La idea de la doble colaboración como medio de limpieza del historial personal se sugiere en Gross, Neighbors. Para ejemplos de doble colaboración en Estonia, Ucrania y Bielorrusia, véase Weiss-Wendt, Estonians, 115-119; Dubno: sefer zikaron, 698-701; Rein, «Local Collaborators», 394; Brakel, Unter Rotem Stem, 304; Musial, Mythos, 266, y Mironowicz, Bialorus, 160. Véase también Snyder, «West Volhynian Jews». Seria útil disponer de un estudio sistemático de la doble colaboración. <<

[21] Esto es lo máximo que puedo acercarme al argumento arendtiano sobre la alienación. El seguidor de Arendt Jan Gross formula un argumento similar sobre la privatización de la violencia en su estudio de la primera ocupación soviética, Revolution from Abroad. Pero después, en sus estudios sobre las consecuencias de las dos ocupaciones, Neighbors y Fear, se desplaza de la sociología a la ética, como si los polacos hubieran tomado conciencia de si mismos cuando la ocupación alemana se sumó a la soviética o la soviética a la alemana. Desde mi punto de vista, lo lógico hubiera sido llevar más allá el argumento arendtiano, aunque afirmando que el solapamiento de ambos regímenes «totalitarios» desempeñó el papel histórico que Arendt asigno a la modernidad. Esto no es exactamente lo que afirma Gross (aunque hace algún movimiento en esa dirección en Upiorna dekada y en algunos pasajes de Neighbors y de Fear), pero considero que es lo que se deduce de sus estudios sobre las ocupaciones en conjunto, si se leen como estudios sobre comportamiento humano (y no sobre ética polaca). Esta argumentación prosigue en la Conclusión de la presente obra. <<

[22] Westermann, «Ideological Soldiers», 46 (30% y 66%). <<

[23] Comp. Gerlach, «Nazi Decision», 476. <<

[24] Longerich, Himmler, 551; Kay, Exploitation, 106. Sobre Uman, véase USHMM-SBU 4/1747/19-20. <<

[25] Matthaus, «Controlled Escalation», 225; Gerlach, Kalkulierte Morde, 555; Kershaw, Fateful Choices, 456,458. Cuppers, en Wegbereiter, desarrolla el tema del temprano papel crucial de las Waffen-SS. <<

[26] Kay, Exploitation, 107; Browning, «Nazi Decision», 474. Pohl apunta que los refuerzos fueron primero a Ucrania; véase Herrschaft, 15Z. El autor especifica primeros de agosto como el momento en que el Einsatzgruppe C comprendió que había que matar a las mujeres y los niños; véase «Schauplatz», 140. <<

[27] Mallmann, Einsatzgruppen, 97. <<

[28] Pohl, «Schauplatz», 142; Kruglov, «Jewish Losses», 274-275; Verbrechen der Wehnnacht, 135. <<

[29] Kruglov, «Jewish Losses», 275. <<

[30] Ruß, «Massaker», 494, 503, 505; Berkhoff, «Records», 294; Pohl, «Schauplatz», 147. <<

[31] Berkhoff, Harvest, 65-67, y 65; FVA 3267. <<

[32] Testimonio de Darmstadt, 29 de abril de 1968, IfZ(M), Gd 01.54/78/1762. <<

[33] Ruß, «Massaker», 486; Berkhoff, Harvest, 68. Sobre Sara, véase Ehrenburg, Black Book, testimonio de Borodyansky-Knysh. Sobre los objetos de valor, véase Dean, «Jewish Property», 86. Sobre las personas que «ya estaban ensangrentadas», véase «Stenogramma», 24 de abril de 1946, TsDAVO, 166/3/245/118. Sobre los huesos, la ceniza y la arena véase Klee, Gott mit uns, 136. <<

[34] Testimonio de Darmstadt, 29 de abril de 1968, IfZ(M), Gd 01.54/78/1764-1765; Berkhoff, «Records», 304. <<

[35] Prusin, «SiPo/SD», 7-9; Rubenstein, Unknown, 57. Romanowsky plantea la cuestión de la rotación de los enemigos oficiales en «Nazi Occupation», 240. <<

[36] Rubenstein, Unknown, 54, 57, 6 1; Prusin, «SiPo/SD», 7-9. <<

[37] Sobre Jarkov, véase Pohl, «Schauplatz», 148 , y Verbrechen der Wehrtnacht, 179. Sobre Kiev, véase Prusin, «SiPo/SD», 10. <<

[38] Gerlach, Kalkulierte Morde, 544, 567. Nebe fue miembro de la resistencia contra Hitler en 1944. <<

[39] Megargee, Annihilation, 99. <<

[40] La cita y las cifras proceden de Gerlach, Kalkulierte Morde, 588, 585; véase también Ingrao, «Violence», 231. <<

[41] Para el «mar de sangre», véase Gerlach, Kalkulierte Morde, 182 . Para «por tanto debían ser destruidos», véase Verbrechen, 138. <<

[42] Este fue uno de los temas del capítulo anterior. <<

[43] El razonamiento soviético era típico. Primero, el NKVD «estableció» que Alemania tenía cientos de espías entre los alemanes del Volga. Después, sostuvo que toda la población era culpable, puesto que ningún alemán del Volga había informado a las autoridades competentes de todo aquel espionaje. Una actuación particularmente sutil del NKVD fue considerar que la presencia de esvásticas en los hogares alemanes era una prueba de colaboración con los nazis. En realidad, los propios soviéticos habían distribuido aquellas esvásticas en 1939, cuando Moscú y Berlín eran aliados y se esperaba una visita amistosa de Hitler. A finales de 1942 los soviéticos habían reasentado a unos novecientos mil alemanes, la inmensa mayoría de la población alemana de la Unión Soviética. Los soviéticos deportaron a unos ochenta y nueve mil finlandeses, la mayoría a Siberia. Sobre Stalin, véase Polian, Against Their Will, 134. Sobre Hitler, véase Longerich, Unwritten Order, 75; Gerlach, Krieg, 96; Gerlach, «Wannsee», 763; Pinkus, «Deportation», 456-458; Mazower, Hitler’s Empire, 370, y Friedlander, Extermination, 139, 263-264. <<

[44] Cita: Lukacs, Last European War, 154; véase también Friedlander, Extermination, 268. <<

[45] Angrick, Riga, 133-150. <<

[46] Cheimno se trata en el capítulo 8. La conexión la establece Kershaw, Fateful Choices, 462; Véase también Kershaw, Hitler, 66. Mazower hace hincapié en el papel central de Wartheland en el imperio de Hitler, por ejemplo, en la p. 191. Excluyo de esta evaluación a los judíos muertos en el programa de «eutanasia». <<

[47] Trataremos con más detalle de Himmler y Globocnik en el capitulo 8. <<

[48] Megargee, Annihilation, 115. <<

[49] Hablando desde la periferia, desde Bielorrusia y Ucrania a Berlín, Gerlach y Pohl destacan importancia de los suministros de alimentos en el exterminio de los judíos. Aly y Heim, partiendo de la lógica de la planificación de la preguerra, ofrecen una especie de explicación negativa del Holocausto: los judíos ya eran vistos como perjudiciales en los planes de futuro, y como consumidores inútiles de bienes imprescindibles en el presente. Ciertamente, Hitler emprendió la guerra contra la Unión Soviética en el entendimiento de que los suministros de alimentos quedarían así garantizados durante la guerra y para guerras futuras. Sin duda es cierto que el Plan del Hambre, las dificultades reales de suministros para la Wehrmacht, y la percepción de que era necesario satisfacer a los civiles alemanes, tuvieron gran importancia en el frente del Este en general. La preocupación por los alimentos hacia más fácil para los oficiales el respaldar la matanza de judíos. A medida que la guerra continuo, el argumento económico sobre el trabajo de los judíos seria contrapesado por el argumento económico sobre los alimentos consumidos por estos. Estoy de acuerdo en que los alimentos tuvieron un papel mucho más importante de lo que deja entrever la literatura sobre el Holocausto escrita en lengua inglesa, pero no creo que los alimentos (ni ninguna otra consideración económica) puedan explicar el calendario ni los contenidos exactos de las políticas de Hitler difundidas en diciembre de 1941. Se trató de una expresión ideológica y una decisión política a problemas acuciantes surgidos de una guerra colonial fallida. Fue, también, una elección. <<

[50] Cita: Edele, «States», 374. <<

[51] Sobre la reunión de Hitler con el embajador japonés el 3 de enero, véase Hauner, Axis Strategy, 384. Véase también Lukacs, Last European War, 143. <<

[52] Krebs, «Japan», 547-554. <<

[53] La propaganda alemana planteaba la cuestión de forma explícita; véase Herf, Jewish Enemy, 100, 128. Comp. Gerlach, «Wannsee». El reciente énfasis de los estudiosos en Himmler y diciembre tiene mucho que ver con la obra de Gerlach y con la publicación de los trabajos de Witte, Dienstkalendar, y de Longerich, Himmler. Himmler fue el ejecutor fundamental de una política de la que Hitler era responsable. <<

[54] Citado y comentado, por ejemplo, en Longerich, Unwritten Order, 95; Gerlach, Krieg, 123; Gerlach, «Wannsee», 783, 790; Kershaw, Fateful Choices, 466; Tooze, Wages of Destruction, 504, y Mazower, Hitler’s Empire, 376 (también para la cita de Frank). Como señala Friedlander en un persuasivo pasaje, se trata de una entre muchas declaraciones semejantes; véase Extermination, 281. <<

[55] Sobre Hitler («frente común»), véase Herf, Jewish Enemy, 132. Sobre Goebbels, véase Pohl, Verfolgung, 82. <<

[56] Madajczyk, «Generalplan Ost», 17; Mazower, Hitler’s Empire, 198. <<

[57] Comp. Browning, «Nazi Decision»; y Gerlach, «Wannsee». Véase también Kershaw, Fateful Choices, 433. <<

[58] Véase Kroener, «Frozen Blitzkrieg», 140, 148. <<

[59] Véase Gerlach, Kalkulierte Morde, 582, para la cita y su interpretación. <<

[60] Sobre Serbia, véase Manoschek, Serbien, 79, 107, 186-197, y Evans, Third Reich at War, 237, 259. Según esta concepción, la culpa de la muerte de los judíos no recaía en los alemanes. Si Estados Unidos era un Estado judío, razonaban los nazis, sus líderes deberían haber entendido que Hitler mantenía vivos a los judíos de Europa como rehenes. Si Estados Unidos entraba en guerra, seguía el razonamiento, Washington era responsable de la muerte de esos rehenes. Desde luego, nadie en Estados Unidos razonaba de este modo, y la entrada estadounidense en la guerra tuvo poco o nada que ver con los judíos de Europa o de EE. UU. Véase Longerich, Unwritten Order, 55; Friedlander, Extermination, 265, 281; Arad, Soviet Union, 139, y Gerlach, «Wannsee». <<

[61] Que se sintiera la necesidad de tal ocultación es sintomático, puesto que revela la suposición nazi de que alguien más pudiera leer sus documentos, algo que solo ocurriría si perdían la guerra. Ni los estalinistas ni el propio Stalin tuvieron tales impedimentos para escribir, firmar y archivar ordenes directas de matar a grandes cantidades de personas. <<

[62] Birn, «Anti-Partisan Warfare», 289. <<

[63] Para la cifra, véase Brandon, «The First Wave». <<

[64] Deletant, «Transnistria», 157-165; Pohl, Verfolgung, 78-79; Hilberg, Destruction (vol. I), 810. <<

[65] Deletant, «Transnistria», 172 ; Pohl, Verfolgung, 79. Véase también Case, Between States. <<

[66] Pohl, «Schauplatz», 153, 162. Las cámaras de gas son el tema del capitulo 8. <<

[67] Pohl cuenta treinta y siete mil policías auxiliares en activo en julio de 1942 en el Reichskommissariat de Ucrania; véase «Hilfskräfte», 210. <<

[68] Estas comunidades de Volinia se tratan con más detalle en Spector, Volhynian Jews, y Snyder, «West Volhynian Jews», 77-84. El destino de los judíos de Galitzia, que se expone en el capítulo 8, fue distinto: véase Pohl, Ostgalizien, y Sandkühler, Galizien. <<

[69] Arad, en Soviet Union, pp. 521 y 524, calcula entre 1 561 000 y 1 628 000 judíos muertos en las tierras anexionadas por la URRS, ademas de entre 946 000 y 996,000 judíos en la Unión Soviética de preguerra. Véase también Snyder, «West Volhynian Jews», 85-89. <<

[70] Grynberg, Źycie, 602; Spektor, «Źydzi wolyńscy», 477; Snyder, «West Volhynian Jews», 91-96; Pohl, «Schauplatz», 158-162. <<

[71] Sobre las negociaciones con el Judenrat, véanse cartas del 8 y 10 de mayo de 1942, DAR 22/1/10=USHMM RG-3 r. 017M-2. Véase también Grynberg, Źycie, 588; Spektor, «Źydzi wolyńscy», 477, y Snyder, «West Volhynian Jews», 91-96. <<

[72] 301/1982; ŹIH 301/5657; Sefer Lutsk, «Calendar of Pain, Resistance and Destruction»; Grynberg, Źycie, 584-586, cita en p. 586. <<

[73] Spektor, «Źydzi wolyńscy», 477; Snyder, «West Volhynian Jews», 91-96. Para «bocas inútiles», véase Grynberg, Źycie, 577. Sobre la Gran Sinagoga de Kovel y para las citas del próximo párrafo, véase ŹIH /1644. Las inscripciones fueron anotadas por Hanoch Hammer. Los soviéticos usaban la sinagoga como almacén de grano. <<