[1] La presente no es una historia del pensamiento, y solo puedo incluir en ella breves apuntes sobre temas tan complejos. Como individuos, Hitler y Stalin personificaron formas diferentes de la respuesta alemana de principios del siglo XIX a la Ilustración: Hitler encamo al héroe trágico romántico que debía soportar la carga de liderar una nación dañada; Stalin simbolizo el espíritu del mundo hegeliano que descubre la razón en la historia y la dicta a los demás. Una comparación más profunda, como sugiere Cristopher Clark, debería incluir sus diferentes visiones del tiempo. Los regímenes nazi y soviético rechazaron la idea básica de la Ilustración de que el tiempo evolucionaba por si mismo, proporcionando conocimiento y, por tanto, progreso. En cambio, los dos sistemas corrían hacia un punto que, se suponía, se hallaba en el pasado. El marxismo era, de hecho, un esquema del progreso, pero Lenin se saltó las predicciones de Marx e hizo una revolución en un país atrasado, mientras que los países más industrializados incumplieron las mismas predicciones de Marx al no tener revoluciones socialistas. Por ello, los soviéticos bajo el gobierno de Stalin trabajaban apresuradamente en los años 30 para que la patria del socialismo pudiera defenderse del mundo imperialista. Los nazis aún tenían más prisa por alcanzar un objetivo más fantasioso. Idearon un cataclismo que destruiría la Unión Soviética, reconstruiría la Europa del Este y restauraría la grandeza y pureza germanas. Hitler estaba ansioso por hacer realidad la Alemania de sus sueños durante su vida, que temía que iba a ser corta. En Bracher, Zeit der Ideologien, hay una introducción a los intentos de enmarcar los debates sobre la Alemania nazi y la Unión Soviética dentro de la historia del pensamiento. <<
[2] Esta es una revisión del argumento desarrollado en los capítulos 1 a 3. Sobre el «Jardín del Edén» (16 de julio de 1941), véase Mulligan, Illusion, 8. <<
[3] Comp. Gouldner, «Internal Colonialism» y Viola, «Selbstkolonisierung». <<
[4] En la presente obra Inglaterra es más un factor externo que una materia de investigación, pero aquí también conviene insistir en la importancia de las individualidades en la historia. Véase Lukacs, Hitler and Stalin y Lukacs, Five Days in London. Vase también el ensayo de Isaiah Berlin «Winston Churchill in 1940» en Personal Impressions, 1-23. <<
[5] Véase el Prefacio; también Streit, Keine Kameraden, 26-27. El petróleo era necesario tanto para la industria como para la agricultura. También en este aspecto Alemania dependía de las importaciones y parece lógico pensar que una verdadera autarquía exigiría la conquista del Cáucaso soviético y sus yacimientos de petróleo. <<
[6] Consúltese Tooze, The Wages of Destruction, 409, 424, 429, 452. Sobre «el Estado mas autárquico del mundo», véase Kennedy, Aufstieg, 341. Sobre las reservas de petróleo, véase Eichholtz, Krieg um Öl, 8, 15, passim. Comp. con Hildebrand, Weltreich, 657-658. El ejercito alemán estaba convencido de que necesitaba los recursos soviéticos para luchar en la guerra; véase Kay, Exploitation, 27, 37, 40, «inmensas riquezas» en p. 212. <<
[7] Sobre la capacidad naval alemana, véase Weinberg, World at Arms, 118, también Tooze, Wages of Destruction, 397-399 y Evans, Third Reich at War, 143-146. Cita: Mazower, Hitler’s Empire, 133. Alan Milward llamo la atención hace mucho tiempo sobre el significado de la presunción de una victoria rápida; véase German Economy, 40-41. <<
[8] Sobre el Generalplan Ost, véase véase Madajczyk, «Generalplan», 12-13, también 64-66; Aly, Architects, 258, Kay, Exploitation, 100-101, 216, Wasser, Himmlers Raumplannung, 51-52; Aly, Architects, 258, Tooze, Wages of Destruction, 466-467, Rutherford, Prelude, 217 ; Mazower, Hitler’s Empire, 206, 210 y Longerich, Himmler, 597-599. <<
[9] Sobre Himmler, véase Longerich, Himmler, 599. Sobre Hitler, véase Kershaw, Hitler, 651. Véase también Tooze, Wages of Destruction, 469. <<
[10] La proclama de Hitler del 31 de enero de 1944 se cita de Tooze, Wages of Destruction, 465. La forma definitiva de la Solución Final es el tema del siguiente capítulo. Evans argumenta que Hitler necesitaba empezar la guerra contra la Unión Soviética antes de que terminara la guerra contra Gran Bretaña porque los ciudadanos alemanes se hubieran opuesto a una nueva guerra; véase Third Reich at War, 162. <<
[11] Deutschösterreichische Tageszeitung, 3 de marzo de 1933, Kershaw, Fateful Choices, 267. Para el porcentaje citado, véase Kay, Exploitation, 56,143. <<
[12] Citas: Kay, Exploitation, 211, 50, 40. Véase también Tooze, Wages of Destruction, 469 y Kershaw, Hitler, 650. <<
[13] Cita: Gerlach, Kalkulierte Morde, 342. El aparato institucional se explica en Kay, Exploitation, 17-18 ,148. <<
[14] Kay, Exploitation, 138,162-163. <<
[15] Sobre la «extinción de… una gran parte de la población», véase Verbrechen der Wehrmacht, 65. La cita larga se encuentra en Kay, Exploitation, 133; véase también Gerlach, Kalkulierte Morde, 52-56. Dados los esquemas de asentamiento de los judíos soviéticos, las «personas superfluas» eran no solo rusos, bielorrusos, ucranianos y bálticos, sino, además, al menos tres cuartas partes de la población judía soviética. <<
[16] Kay, Exploitation, 164. En junio, Hitler confirmo a Goring como responsable general de la planificación económica. <<
[17] Hauner, Axis Strategy, 378-383. <<
[18] La capacidad de improvisación de Hitler hace difícil que podamos hablar de estrategia en el sentido convencional de la palabra. Desde mi punto de vista, la discusión entre quienes hablan de una estrategia continental y los que sostienen que la estrategia era mundial se resuelve fácilmente de este modo: Hitler y sus comandantes estaban de acuerdo en que era necesario conquistar la Unión Soviética para proseguir la guerra, tomara esta la forma que tomara. Hitler pensaba en una guerra entre continentes y creía que esta se produciría. Para ganar esa guerra mundial, era imprescindible vencer primero en la guerra continental. <<
[19] Sobre el pacto de neutralidad, véase Weinberg, World at Arms, 167-169, y Hasegawa, Racing, 13-14. <<
[20] Burleigh, Third Reich, 484, 487. <<
[21] Sobre las oscilaciones japonesas, ver Weinberg, World at Arms, 253. Sobre «por el momento», ver Hasegawa, Racing, 13 . Sobre la reafirmación, véase Krebs, «Japan», 554. Sobre el a menudo olvidado papel de Italia, véase Schlemmer, Italianer. <<
[22] Citas: Römer, Kommissarbefebl, 204. Sobre la cita de Hitler, véase Kershaw, Hitler, 566. Véase también Pohl, Herrscbaft, 64, y Bartov, Hitler’s Army, 16. <<
[23] Sobre el empleo de civiles como escudos humanos, véase la orden del 13 de mayo de 1941, texto en Verbrechen der Wehrmacht, 46. Véase también Bartov, Hitler’s Army, 71; Pohl, Herrschaft, 71, y en cuanto a las mujeres de uniforme, p. 205; Romer, Kommissarbefebl, 228, también 551, y Gerlach, Kalkulierle Morde, 774. <<
[24] Gerlach, Kalkulierte Morde, 244, 266; Bartov, Eastern Front, 132. <<
[25] Verbrechen der Wehrmacht, 344; Pohl, Herrscbaft, 185; Gerlach, Kalkulierte Morde, 266. <<
[26] Cita: Arnold, «Eroberung», 46. <<
[27] Comp. Edele, «States», 171. El problema de alimentar a los soldados alemanes sin reducir las raciones dentro de Alemania se analiza en Tooze, Wages of Destruction. <<
[28] Gerlach, Kalkulierte Morde, 798. Como señala Tooze, los alemanes estaban en realidad dispuestos a hacer sacrificios económicos a favor del esfuerzo de Guerra; ver Wages of Destruction. <<
[29] Streit, Keine Kameraden, 143, 153. Sobre Walther von Reichenau (28 de septiembre), ver Arnold, «Eroberung», 35. <<
[30] Streit, Keine Kameraden, 143, 153. Comp. Kay, Exploitation, 2. <<
[31] Véase Keegan, Face of Battle, 73; Gerlach, Kalkulierte Morde, 51; Forster, «German Army», 22 y Verbrechen der Wehrmacht, 288. <<
[32] Arnold, «Eroberung», 27-33. <<
[33] Sobre Kiev, véase Berkhoff, Harvest, 170-186, total máximo de muertes (56 400) en p. 184; véase también Arnold, «Eroberung», 34. sobre Jarkov, ver Pohl, Herrschaft, 192; Verbrechen der Wehrmacht, p. 328, da un mínimo de 11 918. <<
[34] Kay, Exploitation, 181,186. <<
[35] En 1944, Wagner fue uno de los conspiradores contra Hitler. Véase Verbrechen der Wehrmacht, pp. 193 y 311, para las citas. La estimación habitual en los textos occidentales es de un millón; véase, por ejemplo, Kirschenbaum, Siege, y Salisbury, 900 Days. La estimación soviética es de 632 000; véase Verbrechen der Wehrmacht, 308. Sobre alimentos y combustible, véase Simmons, Leningrad, 23. <<
[36] Gerlach, Krieg, 36; Salisbury, 900 Days, 508-509; Simmons, Leningrad, XXI; Kirschenbaum, Siege, 1. <<
[37] Glębocki, «Pierwszy», 179-189. <<
[38] Simmons, Leningrad, 51. <<
[39] El diario puede verse en el Museo Estatal de Historia de San Petersburgo, en la exposición «Leningrado en los años de la Gran Guerra Patriótica». <<
[40] Sobre las cifras citadas, véase Verbrechen der Wehrmacht, 209. Sobre el número de prisioneros previsto, véase Gerlach, Kalkulierte Morde, 783. <<
[41] Bartov, Hitler’s Army, 87; Polian, «Violence», 123; Overmans, «Kriegsgefangenpolitik», 800-801. Véase también Merridale, Ivan’s War, 28; y Braithwaite, Moscow, 165. <<
[42] Berkhoff, Harvest, 94-96; Gerlach, Kalkulierte Morde, 845-857. Para una perspectiva general del trato a los prisioneros de guerra, véase la esplendida Face of Battle, de Keegan, 49-51. <<
[43] Polian, «Violence», 121. Datner calcula entre 200 000 y 250 000; véase Zbrodnie, 379. <<
[44] Overmans, «Kriegsgefangenpolitik», 805; Gerlach, Krieg, 24. <<
[45] Sobre «camaradas», véase Dugas, Vycherknutye, 30. <<
[46] Sobre la cadena de mando, véase Streim, Behandlung, 7. Cita: Pohl, Herrschaft, 219, y Gerlach, Kalkulierte Morde, 801. Véase también Overmans, «Kriegsgefangenpolitik», 808. Sobre el canibalismo, véase Shumejko, «Atanasyan», 174, y Hartmann, «Massenvernichtung», 124. <<
[47] Sobre el recorte de las raciones, véase Megargee, Annihilation, 119. Sobre «puro infierno», véase Ich werde es nie vergessen, 178. Sobre Minsk, véase Verbrechen der Wehrmacht, 227-229; Gerlach, Kalkulierte Morde, 768, 856; Gerlach, Krieg, 51; Polian, «Violence», 121; Overmans, «Kriegsgefangenpolitik», 807, y Beluga, Prestupleniya, 199. Sobre Bobruisk, véase Pohl, Herrschaft, 224. Sobre Homel, véase Pohl, Herrschaft, 224, y Dugas, Sovetskie Voennoplennye, 125. Sobre Mahileu, véase Pohl, Herrschaft, 224-225. Sobre Molodechno, véase Gerlach, Krieg, 34, y Magargee, Annihilation, 90, también Bartov, Hitler’s Army, 79. <<
[48] Sobre Kirovogrado, véase Verbrechen der Wehrmacht, 239-244. Sobre Khorol, véase Pohl, Herrschaft, 226. Sobre Stalino, véase Pohl, Herrschaft, 227, y Datner, Zbrodnie, 404. <<
[49] Motyka, «Tragedia jeņców», 2-6; Kopówka, Stalag 366, 47. Sobre las 45 690 personas que murieron en los campos del Gobierno General, véase Dugas, Sovetskie Voennoplennye, 131. Comp. Młynarczyk, Judenmord, 245 (250 000-570 000). <<
[50] Sobre la falta de ropas de abrigo, véase Bartov, Eastern Front, 112. Sobre los tres soldados soviéticos, véase Dugas, Sovetskie Voennoplennye, 125. <<
[51] Ich tverde es nie vergessen, 113. <<
[52] Sobre los civiles que intentaban llevar comida a los campos, véase Berkhoff, Haivest, 95, 101; y Overmans, «Kriegsgefangenpotitik», 808. Sobre Kremenchuk, véase Pohl, Hetrschaft, 226. <<
[53] Comp. Verbrechen der Wehrmacht, 188. <<
[54] Sobre la intención de aniquilar a las élites soviéticas, véase Kay, Exploitation, 104. Sobre Hitler en marzo de 1941, Streim, Behandlung, 36. Sobre el texto de las directrices, véase Verbrechen der Wehrmacht, 53-55. <<
[55] Sobre las 2252 ejecuciones, véase Romer, Kommissarbefehl, 581. <<
[56] Sobre el 2 de julio de 1941, véase Verbrechen der Wehrmacht, 63; Kay, Exploitation, 105, y Kershaw, Fateful Choices, 453. Sobre las instrucciones dadas a los Einsatzgruppen y su cumplimiento, véase Datner, Zbrodnie, 153; Streim, Behandlung, 69, 99, y Berkhoff, Harvest, 94. Sobre octubre de 1941, véase Streit, «German Army», 7. <<
[57] Pohl, Herrschaft, 204 (153 y 235 para las estimaciones de cincuenta y cien mil). Overmans calcula cien mil ejecuciones en «Kriegsgefangenpolitik», 815. Arad estima en ochenta mil el total de prisioneros de guerra judíos muertos; véase Soviet Union, 281. Cita (doctor): Datner, Zbrodnie, 234. Sobre la medicina como profesión nazificada, véase Hilberg, Perpetrators, 66. <<
[58] Streim, Behandlung, 102-106. <<
[59] Para un cálculo a la baja, véase Streim, Behandlung, 244: 2,4 millones como mínimo. Para las estimaciones de entre 3 y 3,3 millones, véase Pohl, Henschaft, 210; Overmans, «Kriegsgefangenpotitik», 811, 825; Dugas, Sovetskie Voennoplennye, 185, y Hartmann, «Massenvernichtung», 97. Para un calculo al alza, véase Sokolov, «How to Calculate», 452: 3,9 millones, sobre la moral, véase Verbrechen der Wehrmacht, 204. <<
[60] Sobre el 7 de noviembre de 1941, véase Gerlach, Kalkulierte Morde, 817. Comp. Gerlach y Werth, «State Violence», 164. Véase también Streim, Behandlung, 99-102, 234. Sobre las cuatrocientas mil muertes totales entre los liberados, véase Pohl, Herrschaft, 2 15 . Cita (Johannes Gutschmidt): Hartmann, «Massenvemichtung», 158; una estimación similar de Rosenberg aparece en Klee, «Goif mit uns», 142. <<
[61] Bélgica: Kay, Exploitation, 121. <<
[62] Sobre Goebbeis, véase Evans, Third Reich at War, 248. Comp. Kay, Exploitation, 109; Longerich, Unwritten Order, 55, 60; Browning, Origins; Gerlach, Kalkulierte Morde, 747; Gerlach, Krieg, 178; Arad, Reinhard, 14; and Aly, Architects, 160. <<
[63] Sobre los experimentos de asfixia, véase Overmans, «Kriegsgefangenpolitik», 814; Longerich, Unwritten Order, 82; Longerich, Himmler, 567; Datner, Zbrodnie, 208, 428; Verbrechen, 281; Mazower, Hitler’s Empire, 383; Browning, Origins, 357 , y Klee, «Gottmit uns», 136. <<
[64] Sobre el número de prisioneros reclutados, Pohl, Herrschaft, 181. Véase también Black, «Handlanger», 313-317, y Gerlach, Kalkulierte Morde, 207-208. <<