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MIRAR LO INVISIBLE…

La tarde me está ofreciendo

en la palma de su mano,

hecha de enero y de niebla,

vagos mundos desmedidos

de esos que yo antes soñaba,

que hoy ya no quiero.

Y cerraría los ojos

para no verlo. Si no

los cierro

no es por lo que veo.

Por un mundo sospechado

concreto y virgen detrás,

por lo que no puedo ver

llevo los ojos abiertos.