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AMADA EXACTA

Tú aquí, delante. Mirándote

yo. ¡Qué bodas

tuyas, mías, con lo exacto!

Si te marchas, ¡qué trabajo

pensar en ti, que estás hecha

para la presencia pura!

Todo yo a recomponerte

con sólo recuerdos vagos:

te equivocaré la voz;

el cabello, ¿cómo era?

Te pondré los ojos falsos.

Tu recuerdo eres tú misma.

Ahora ya puedo olvidarte

porque estás aquí, a mi lado.