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LA DISTRAÍDA

No estás ya aquí. Lo que veo

de ti, cuerpo, es sombra, engaño.

El alma tuya se fue

donde tú te irás mañana.

Aun esta tarde me ofrece

falsos rehenes, sonrisas

vagas, ademanes lentos,

un amor ya distraído.

Pero tu intención de ir

te llevó donde querías,

lejos de aquí, donde estás

diciéndome:

«Aquí estoy contigo, mira.»

Y me señalas la ausencia.