39

Mendigo de los caminos,

pobre mendigo que vas

esperando de mañana

la limosna que hoy te niega,

cargado, al hombro, tu saco

de esperanza, no de pan.

Cuando llegues a mi casa

no te irás

con esas palabras malas

que en tanto zaguán te esperan:

«Hoy no puede ser, hermano,

otra vez será.»

Porque soy cobarde, hermano,

mi fardel llevo en el hombro,

tengo camino que andar

y me da miedo una puerta

de no sé cuándo ni dónde

y me da miedo una boca

—de quién no lo sé— que diga:

«Hoy no puede ser, hermano,

otra vez será.»