37

¿Por qué te entregas tan pronta?

(¡Nostalgia de resistencias

y de porfías robadas!)

Lo que era noche es de día

bruscamente, cual si a Dios,

autor de luz y tiniebla,

se le olvidara el crepúsculo

de las dulces rendiciones.

Cierro brazos, tú los abres.

Huyo. Y me esperas allí,

en ese refugio mismo

donde de ti me escondía.

¡Facilidad, mala novia!

¡Pero me quería tanto!…