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Dime, ¿por qué ese afán

de hacerte la posible,

si sabes que tú eres

la que no serás nunca?

Tú a mi lado, en tu carne,

en tu cuerpo, eres sólo

el gran deseo inútil

de estar aquí a mi lado

en tu cuerpo, en tu carne.

En todo lo que haces,

verdadero, visible,

no se consuma nada,

ni se realiza, no.

Lo que tú haces no es más

que lo que tú querrías

hacer mientras lo haces.

Las palabras, las manos

que me entregas, las beso

por esa voluntad

tuya e irrealizable

de dármelas, al dármelas.

Y cuanto más te acercas

contra mí y más te estrechas

contra el no indestructible

y negro, más se ensanchan

de querer abolirlas,

de afán de que no existan,

las distancias sin fondo

que quieres ignorar

abrazándome. Y siento

que tu vivir conmigo

es signo puro, seña,

en besos, en presencias

de lo imposible, de

tu querer vivir

conmigo, mía, siempre.