19

VIDA SEGUNDA

Sí, tú naciste al borrárseme

tu forma.

Mientras yo te recordé,

¡qué muerta estabas!

tan terminada en tus lindes,

Se te podía seguir

como en un mapa, clarísima,

al Norte

la voz seca, boreal,

tibia, abandonada, al Sur,

en litoral, la sonrisa.

Tú vivías, suficiente,

en tu color, en tus gestos,

encerrada entre medidas.

Pero un día de noviembre

dejaste en blanco tus atlas,

se abolieron tus fronteras,

te escapaste del recuerdo.

Estabas ya, sin tus límites,

perdida en la desmemoria.

Y te tuve que inventar

—era el segundo día—

nueva,

con tu voz o sin tu voz,

con tu carne o sin tu carne.

Daba lo mismo.

Eras ya de mí, incapaz

de vivirte ya sin mí.

A mis medidas de dentro

te fui inventando, Afrodita,

perfecta de entre el olvido,

virgen y nueva, surgida

del olvido de tu forma.