19

LOS SIGNOS

¿Ya te cansa, mundo, ser

enorme sueño indistinto?

¡Tantos espacios ofreces,

invitación, a los signos!

De día y de noche, playas,

páginas de lisa arena.

Las cubren olas y olas,

de curvas coplas concéntricas.

¡Qué cargada de iniciales,

de corazones y fechas,

la corteza del aliso,

cronista de amor agraz,

historiador de parejas!

Frescos pliegos, extendidos

céspedes, en la pradera.

Sol, ramas, hojas y sombras,

en ellos cuentan historia

de trémulas peripecias.

Pendolista, la mañana

sobre lámina de alborea

se inclina, y en trazos finos

de viento marcero, apunta

esdrújulas agudezas.

Áspero riscal, ¡qué blando

a escrituras, cuando nieva!

Penígeros, luna y sol

con letras de oro y de plata

lo convierten en leyenda.

A ese cándido papel

aun el candor se le aumenta,

si siente posarse el verso

que del vacío le salve

y a inmortalidad le ascienda.

¿Qué esperanza de ser fábula

mantiene al mundo rodando?

Abierto y sin prisa espera,

tan en blanco,

que sus más ocultas glorias

al fin se le vuelvan poema.