CXLVI

Flor de santidad. —Novela milenaria,

por D. Ramón del Valle-Inclán, 1904.

Esta leyenda en sabio romance campesino,

ni arcaico ni moderno, por Valle-Inclán escrita,

revela en los halagos de un viento vespertino,

la santa flor de alma que nunca se marchita.

Es la leyenda campo y campo. Un peregrino

que vuelve solitario de la sagrada tierra

donde Jesús morara, camina sin camino,

entre los agrios montes de la galaica sierra.

Hilando, silenciosa, la rueca a la cintura,

ádega, en cuyos ojos la llama azul fulgura

de la piedad humilde, en el romero ha visto

al declinar la tarde, la pálida figura,

la frente gloriosa de luz y la amargura

de amor que tuvo un día el SALVADOR DOM. CRISTO.