LXXII

La casa tan querida

donde habitaba ella,

sobre un montón de escombros arruinada

o derruida, enseña

el negro y carcomido

mal trabado esqueleto de madera.

La luna está vertiendo

su clara luz en sueños que platea

en las ventanas. Mal vestido y triste,

voy caminando por la calle vieja.