LXII

Desgarrada la nube; el arco iris

brillando ya en el cielo,

y en un fanal de lluvia

y sol en el campo envuelto.

Desperté. ¿Quién enturbia

los mágicos cristales de mi sueño?

Mi corazón latía

atónito y disperso.

…¡El limonar florido,

el cipresal del huerto,

el prado verde, el sol, el agua, el iris…,

el agua en tus cabellos!…

Y todo en la memoria se perdía

como una pompa de jabón al viento.