LI

(JARDÍN)

Lejos de tu jardín quema la tarde

inciensos de oro en purpurinas llamas,

tras el bosque de cobre y de ceniza.

En tu jardín hay dalias.

¡Malhaya tu jardín!… Hoy me parece

la obra de un peluquero,

con esa pobre palmerilla enana,

y ese cuadro de mirtos recortados…

y el naranjito en su tonel… El agua

de la fuente de piedra

no cesa de reír sobre la concha blanca.